La desunida derecha ecuatoriana pone su mira en el poder legislativo – Por Eloy Oswaldo Proaño

649

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Para algunos resulta sorprendente, para otros sospechoso, pero lo cierto es que el líder de la derecha ecuatoriana, Jaime Nebot, se abstuvo nuevamente de ser candidato presidencial para augurar una segunda vuelta, donde según él su candidata, la hoy parlamentaria Cynthia Viteri, ganará al postulante del gobernante Movimiento Alianza PAIS (AP) del presidente Rafael Correa.

Fue el propio Correa el que anunció que no irá por un nuevo período en los comicios de febrero próximo, tras haber ocupado la presidencia desde enero de 2007. Una medida transitoria en las enmiendas constitucionales aprobadas en diciembre impide la reelección de funcionarios con dos o más períodos. La figura de Correa, un líder carismático, atrae la simpatía de la ciudadanía, pero deja poco espacio en AP para que alguien tome su posta. Cuando él ya no esté en el escenario político, AP va a perder más apoyo, coinciden los analistas.

AP, que prefirió estructurarse como movimiento y no como partido, informó que definirá su binomio presidencial y el resto de candidatos recién en octubre. En el oficialismo aún no se define el formato de democracia interna que aplicarán, como lo exige el Código de la Democracia.

Doriz Soliz, secretaria ejecutiva de AP señaló que se trabaja en un plan de gobierno, a través de unas dos mil conferencias ideológicas en todo el país, mientras se atiende otra prioridad, la de reforzar la estructura, de cara a las elecciones. Sus líderes están conscientes de que la situación económica del país ha mermado el apoyo al gobierno, aun cuando su credibilidad y popularidad supere ampliamente el 50% de la población.

Hoy la alianza oficial debate entre dos posibles candidaturas: una, la del exvicepresidente Lenin Moreno y, la otra, del actual vicepresidente Jorge Glas.A finales de junio, Correa hizo pública una encuesta relativa a la adhesión territorial a la Revolución Ciudadana, lo que aclara el futuro panorama electoral, tanto en lo referido a la presidencia como a la conformación de la Asamblea Nacional.

Una encuesta a nivel nacional, cerrada a 12 de junio y a la que se refirió Nebot, muestra las siguientes cifras: Jorge Glass: 27%, el empresario Guillermo Lasso 14%, Cynthia Viteri, propuesta por el Partido Social Cristiano y Madera de Guerrero, 12%. Lo que llama la atención de este anuncio del líder de la derecha, es que se omite el nombre de Lenin Moreno, quien según distintas encuestas superaría el 40% de los votos en primera vuelta, en caso de ser candidato (lo que lo haría presidente). Y sorprende que hable de la posibilidad de que en segunda vuelta Cynthia Viteri, pueda ganar al postulante de AP.

Lo cierto es que Nebot rompió desde el vamos la supuesta unidad opositora, con grupos y personas tan dispares como Paúl Carrasco, Ramiro González o Marcelino Chumpi; con los demócrata-cristianos (Osvaldo Hurtado); los de CREO (Guillermo Lasso), e incluso los de Sociedad Patriótica (Lucio Gutiérrez). A todos ellos, cuando le servían, los convocó, abrazó, felicitó, e incluso llegó a hacer con ellos acuerdos que nunca fructificaron.

A lo que aspira Nebot, y es la tradición socialcristiana, es gobernar desde la Legislatura y no quemarse en el gobierno como lo hizo todos estos años en Guayaquil. Y, sin duda, hay problemas de fondo entre Guillermo Lasso y él. Nebot insiste en que alrededor de esa candidatura se forme la “unidad” de la oposición para “derrotar al correismo”, y “si no fuera posible” (ya Lasso dio un portazo) “mantener dicha unidad en la propuesta de conceptos y valores, y en la coincidencia legislativa, vía diferentes formas de unión o alianzas que ya hemos discutido”.

Lo cierto es que es difícil llegar a una unidad. El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, salió del juego presidencial cuando no se sumó al llamado de Nebot para que saliera a las calles el año pasado, en un intento de desestabilización del gobierno.

Y para consolidar su idea de “unidad”, ya está buscando al compañero o compañera de fórmula de la Viteri. Algunos analistas hablan de Esteban Paz, otros del ex lassista Andrés Páez. Pero hay muchos indicios de que lo que realmente busca es un binomio femenino, junto a una de las precandidatas de Pachakutik, Lourdes Tibán.

Las elecciones en Ecuador cobran especial importancia en el contexto continental, en el cual se intenta dar un viraje a la etapa de gobiernos progresistas. La situación en Argentina, Brasil y Venezuela es la evidencia de un vigoroso retorno de la derecha y constituye al mismo tiempo una advertencia para Bolivia y Ecuador. Y en los dos últimos casos, recordando también el golpe blando contra Fernando Lugo en Paraguay, hay que recordar que desde el poder legislativo se trabaja la desestabilización y el derrocamiento de los gobiernos constitucionales.

Hoy los mecanismos para apoderarse de una nación son diversos, entre ellos, la vía violenta a través de la invasión armada y la acción cruenta del derrocamiento, o el camino agresivo del debilitamiento ejecutivo-legislativo-judicial junto a una táctica económica, soterrada aunque efectiva.

Nuestra región transita hoy un consenso en torno a la necesidad de pacificar el continente y respetar la soberanía de sus integrantes, aunque algunos gobiernos derechistas quieran retomar sus viejas actitudes vasallas.

En Ecuador, con la complicidad del terror mediático lanzado desde una prensa hegemónica, se trata de lograr la desestabilización y el poder a través de tácticas parlamentarias, judiciales y de calle, con el objetivo de destruir un sistema organizado de conquistas sociales y soberanía popular.

*Investigador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico

Alai

Más notas sobre el tema