¿Por qué no aplicaron la Carta Democrática contra Venezuela? – Por Franco Vielma

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

El objetivo fundamental de las gestiones de Luis Almagro solicitadas por la MUD, auspiciadas por Estados Unidos, de aplicar la Carta Democrática Interamericana contra Venezuela, no se concretó. Fracasó. Este nuevo episodio de la pulseada internacional, terminó incluso favoreciendo la postura del Gobierno venezolano en emprender los caminos del diálogo interno bajo la intermediación de la Unasur.

Envalentonados por la retoma del poder de la derecha en Argentina y por el gobierno de facto en Brasil, ambos deslizamientos que representan un cambio de situación regional, los actores del frente externo contra Venezuela iniciaron confiados la invocación de la famosa carta. Pero los países miembros determinaron por vía de consenso (con la excepción de Paraguay que salvó su voto), el reconocimiento del orden constitucional venezolano y al diálogo político entre las partes que acompaña Unasur, iniciativa que precisamente surgió por parte del gobierno venezolano.

Evidentemente, el juego se veía trancado. La matemática para una eventual votación parecía difusa y quienes promovieron la vía de la Carta Democrática necesitaban dos tercios para aprobarla. La aplicación de la Carta fue desestimada en el debate y se tomaron vías alternas, que resultaron en un documento donde se instará al dialogo para la resolución interna de las situaciones de conflicto, que en teoría, son las que auspiciaron la solicitud de aplicación de la carta. Venezuela promovió la iniciativa en el marco de este debate.

El resultado del debate

La resolución levantada en la jornada del Consejo Permanente de la OEA ratificó el espíritu de las gestiones que el gobierno venezolano venía realizando y en las cuales la MUD ha participado reaciamente. El embajador y representante permanente de México en la OEA, Luis Alfonso de Alba Góngora, destacó que todo Estado tiene derecho a elegir su sistema político sin injerencia. En ese sentido, leyó un documento en el que resaltó:

1. El respaldo al diálogo abierto e incluyente entre el Gobierno, diversos actores políticos y líderes influyentes internacionales para preservar la paz.

2. El respaldo a la iniciativa de los expresidentes de España, José Luis Rodríguez Zapatero, República Dominicana, Leonel Fernández y de Panamá, Martín Torrijos para la reapertura de un diálogo efectivo entre el Gobierno y la oposición y la consecutiva recuperación económica y paz nacional.

3. El respaldo a las diferentes iniciativas de diálogo nacional apegada a la Constitución y respeto a los derechos humanos.

4. El apoyo a todos los esfuerzos de entendimiento entre las partes.

El informe entregado por Almagro para activar por iniciativa particular la Carta Democrática, sometía a Venezuela a las sanciones reseñadas en el instrumento, pero además era contentivo de un conjunto de imposiciones que Venezuela debería cumplir para «estar a tono» con el ordenamiento democrático. Las imposiciones iban desde nombrar a otro TSJ, liberar a lo que llaman «presos políticos», como también realizar (aún violentando la propia normativa del CNE) el referéndum revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro este mismo año.

El tema del revocatorio era la joya de la corona de los ítems sobre los cuales yacían las presiones de los promotores de la Carta. En el marco del debate incorporar la realización del referéndum revocatorio este año como una condición, habría sido la piedra de tranca. Significa avanzar con el documento por consenso o trancar la posibilidad de una resolución, ya que no habían los votos suficientes para imponer ni la Carta ni ese ítem. Ya era bastante paradójico saber de países como México, Chile o Paraguay, donde no existe referéndum revocatorio de mandato, hablando de que Venezuela tiene que haberlo porque sino no somos democráticos.

El resultado es que el tema del referéndum revocatorio ha quedado ausente de la resolución final. Sin siquiera nombrarse el referéndum en la resolución, se deja de manera tácita que las instituciones venezolanas funcionen acorde a su estamento, sin imposición de instancias internacionales. Solo el CNE podrá determinar los destinos de este asunto.

Lo que pudo convertirse en una partida trancada, terminó siendo un consenso basado en una propuesta alterna realizada por Argentina, en la que todos estuvieron “de acuerdo”, pues esta fue la única solución amable para quienes por votos perderían en su intento de aplicar la Carta Democrática.

Vale reseñar que Luis Almagro estuvo ausente, por razones que en el momento no se explicaron, de la larga jornada en el Consejo Permanente de la OEA y que el mismo había promovido, ya que el encuentro se basó en la discusión de su informe y su invocación de la Carta. La propuesta Argentina de «favorecer el dialogo interno en Venezuela» desconcertó a muchos, Henry Ramos Allup la calificó de «hipócrita» y de «pena», pues «esperaban otra cosa» de Macri.

La derecha venezolana se conforma con hacer control de daños y anuncian como una victoria que el tema de la crisis venezolana haya sido discutido en la OEA y que el Gobierno venezolano «al fin reconoce», suscribiendo un documento, que hay una crisis. Suena a quien va por libras esterlinas y se contenta porque le salen con peniques. Clásica fórmula para mantener contentos a los incautos, pues el Gobierno venezolano no ha negado las situaciones internas, de hecho, viene desarrollando encuentros con instancias internacionales como la misma Unasur para buscar apoyo internacional en busca de soluciones a la situación venezolana.

La Carta no fluye por varias razones

Una de ellas es que Venezuela mantiene un nivel de apoyo muy importante, pese a los reveces en Argentina y Brasil. Este foco de apoyo se mantiene especialmente en el eje ALBA-Petrocaribe y ha resultado ser impoluto, sólido. Venezuela es un actor clave en la geopolítica regional, de influencia. No pudieron tratarnos como colonia.

En segundo lugar, la Carta y otro tipo de presiones, se propusieron siguiendo una agenda programada de desestabilización en nuestro país y esta agenda ha quedado al desnudo, exponiendo a una OEA que cada vez más se debilita como institución. En el escenario hipotético de que hayan tenido los números habrían aplicado la Carta creando precedentes que varios países no quieren que se establezcan: sin haber ruptura del hilo constitucional y además, por iniciativa del Secretario General a solicitud de una parte interna de un país. Fue improcedente desde siempre, pues era cuchillo para la garganta de varios allí.

Pensemos en un caso hipotético: ¿Qué tal si fueran los países del ALBA los que asumieran una diplomacia intervencionista? ¿Qué tal si Bolivia solicita activar la Carta Democrática contra México por solicitud de las familias de Ayotzinapa? ¿Cuál sería el daño político tendría esa sola intención para Peña Nieto? La creación de precedentes, fue la segunda razón del fracaso. Activaron la iniciativa tan torpemente que no cuidaron el estilo.

Otra cuestión importante es que la dirigencia chavista había picado adelante hacía mucho, años luz antes. Fueron mucho más diligentes, eficaces y oportunos que la burocracia «muy bien pagada en odólares» de la OEA en Washington. Todos los acercamientos de la derecha venezolana con Almagro no funcionaron con la rapidez con la que el Gobierno venezolano ha interactuado con los actores políticos que apoyan la iniciativa Unasur-Zapatero-Fernandez-Torrijos. La fórmula política a la diatriba venezolana, ya estaba encaminada, el dialogo político y económico se activó en una reunión preparatoria en República Dominicana y tanto el chavismo como la MUD ya habían reconocido a un grupo interlocutor.

Mientras a Almagro le redactaban un informe de más de una centena de páginas para montarnos en una olla, ya las condiciones elementales de diálogo se habían iniciado en medio de una rápida y hábil acción del chavismo. Es por eso que en lugar de aplicar la Carta, la OEA no tiene otro remedio que ratificar la iniciativa de diálogo emprendida por Maduro con el apoyo de Unasur y los expresidentes, y más bien, instan ahora a la derecha venezolana a permanecer como dialogantes, dado que hay sectores en la MUD que claramente están reacios a esa iniciativa o que imponen condiciones antes de iniciarla. Para la MUD, ahora será menos elegante políticamente hablando, patear la mesa. Es como el carajito armando el berrinche frente a la maestra para que regañe a Jaimito y termina regañado por la maestra y lo obligan a sentarse al lado de Jaimito.

El chavismo gana otra pulseada en el frente externo, teniendo actores fácticos muy poderosos abiertamente en contra y esto significa mucho en el mundo que vivimos, en las condiciones geopolíticas que persisten. La posición de Estados Unidos fue prácticamente la de oyente en el Consejo Permanente de la OEA, presenciando el derrumbe de la iniciativa intervencionista, luego de haber actuado sin éxito tras bastidores. Tuvieron que suscribir el consenso.

A los venezolanos (sin distinciones políticas) nos queda mucho por reflexionar, sobre los esfuerzos tremendos que ha realizado el presidente Maduro por la preservación de la paz en nuestro país. Es inestimable la cantidad de vidas que ha salvado, por su capacidad de lidiar en simultaneo frente a muchas amenazas, sucesivas y profundas. La agenda política chavista navega en aguas profundas y hasta en las charcas (como la OEA) para proteger la estabilidad nacional frente a todas las tormentas, frente a quienes intentan incansablemente destruirla. Encarrilar a la política a los monstruos del golpismo y el enfrentamiento, no es cosa fácil y debemos aceptar que se salvan vidas con ello.

Franco Vielma. Sociologo venezolano. Columnista del sitio web Misión Verdad.

Alai

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