Julio Guzmán, excandidato a la presidencia de Perú por el Partido Morado: «Kuczynski es rival en democracia; Keiko Fujimori es una amenaza»

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Por Enrique Patriau

Julio Guzmán se encuentra de gira permanente por las regiones para impulsar la construcción del Partido Morado, con el que aspira a convertirse en candidato presidencial en el 2021. En la siguiente entrevista sienta su posición frente a las elecciones del domingo que viene. La tiene clara: aunque mantiene «diferencias profundas» con Pedro Pablo Kuczynski, votará por él. Y de paso hace un llamado de urgencia a los demás líderes políticos a que se definan de una vez por todas. «¿Dónde están ahora todos esos sectores progresistas?», se pregunta en diálogo con La República.

¿Qué sensación tiene de la elección presidencial del domingo que viene?

La verdad es que me da mucha tristeza, porque es una repetición de lo que venimos viendo en las últimas tres elecciones: el mal menor. Nuevamente, los peruanos estamos entre la espada y la pared, cuando había más opciones. Y eso es una pena, porque el Perú lo que necesita, de cara a su bicentenario, es iniciar un proceso de reconciliación nacional. Ver a una joven que, en vez de darles una lección a los jóvenes de cómo hacer política, luce arrogante y soberbia, y a alguien mayor que recurre a argumentos reduccionistas como “si tu papá es ratero, tú también”, es triste.

¿Y frente a ese escenario por quién piensa votar?

-Por Pedro Pablo Kuczynski.

¿Por qué?

Porque considero que el señor Kuczynski es un adversario en la democracia, mientras que el fujimorismo es una amenaza para la democracia. Con el señor Kuczynski yo tengo muy poco en común. De hecho, yo ingresé a la política porque me rebelé en contra del neoliberalismo, contra lo mismo de siempre de los últimos treinta años, que es esa obsesión por la gran inversión y los recursos naturales, en vez de pensar más en la educación, en la inversión de las personas, en sus talentos.

¿Qué implica su voto por Kuczynski?

Voy a votar por él, pero eso no significa ningún apoyo de parte de nuestro proyecto. Tampoco es ningún llamado a las personas que nos acompañaron en la campaña. Menos es una alianza…

Está claro. ¿Cuándo decidió votar por Kuczynski?

Semanas atrás, cuando decidimos apostar por un voto crítico. Y es crítico porque creo que las propuestas del señor Kuczynski no van a contribuir a que el Perú progrese.
Pero a pesar de esos reparos, ha decidido votar por él.

Porque tengo que tomar una decisión responsable. Yo me pregunto, ¿y dónde están los demócratas que en la primera vuelta se quedaron mudos frente a lo que nos pasó y en esta segunda vuelta tampoco se les escucha? ¿Y por qué otros tienen respuestas ambiguas y no toman posición? Si usted se pone a pensar, yo podría decir, luego de que me sacaron de carrera, que se vayan todos al diablo. Pero lo responsable no es eso, sino tomar una posición por el país.

¿Qué les pediría a los demás líderes políticos?

Para mí fue complicado, y a los demás les pediría que tomen una decisión, una posición. Está muy claro que Kuczynski tiene cosas que no gustan, y me incluyo. Está claro que su enfoque económico es el mismo que tiene la señora Fujimori, pero insisto en que existe una gran diferencia: Kuczynski es un adversario en la democracia, y no será posible construir integración nacional sin bases democráticas.

¿Qué es lo que más le preocupa del fujimorismo?

El fujimorismo tiene una tradición autoritaria, ¿de acuerdo? Ahora, si la señora Fujimori gana tendrá una concentración altísima de poder, lo que es un gran peligro. Y no es un peligro por lo que pasó, sino por lo que puede pasar, de acuerdo a las declaraciones de los mismos fujimoristas, que han evidenciado un total desprecio por las minorías, que han amenazado con una liberación de Alberto Fujimori sin respetar los procedimientos judiciales. Y si a eso sumamos los vínculos con el narcotráfico, se configura un futuro preocupante.

¿Cree que el fujimorismo es un peligro para la democracia, entonces?

Pero no me preocupa desde el discurso limeñista y elitista de la democracia. Me preocupa por cuestiones mucho más aterrizadas que tienen que ver con la democracia. Un grupo vinculado con el narcotráfico, ¿qué credenciales tiene para enfrentar la violencia y la corrupción? Un grupo vinculado con mafias universitarias, ¿qué garantías ofrece de que va a continuar con la reforma de la educación? Le repito, mi posición es estrictamente personal pero es el momento en que tiene que haber desprendimiento y unión, sin pensar en los votos del 2021, sino en algo más importante.

¿Ha conversado con el candidato Kuczynski?

Nunca. Y le repito: mis diferencias con él son sustanciales. Él simboliza los privilegios sobre las mayorías, en una sociedad en la que necesitamos que todos tengamos los mismos derechos y las mismas libertades. Y esto es algo que yo he dicho siempre desde que salí a la política. Sin embargo, por más que me duela, y por más que me resulte verbalizar tengo que sentar mi posición porque es lo que corresponde.

¿Esperaría algún pronuncimiento de otros líderes?

Lo que más me sorprende es que yo soy nuevo en política pero tengo una posición. Sin embargo, quienes ya tienen sus años la piensan quinientas veces…

¿A quiénes se refiere?

Hablemos claro: a todo el sector de la izquierda, a toda esa izquierda progresista…

¿Se refiere a Verónika Mendoza?

Es una. Pero no es la única. ¿Dónde están todos esos sectores progresistas que dicen que van a defender los derechos de todo el mundo? Que no lo hagan ahora, es bastante decepcionante. Y es decepcionante porque hay millones de jóvenes que nos están mirando, que están buscando su referente ¿Y qué les vamos a decir? ¿Que si y que no, que quizás, que tal vez?

¿Se refiere también a Alfredo Barnechea?

Bueno, me refiero en general a todo ese espectro que dice defender ciertos principios. Lo que la gente les pide hoy a sus políticos es que sean consistentes y transparentes. Yo creo que los otros líderes políticos deberían pronunciarse.

¿A futuro se ve como un opositor al nuevo gobierno, gane quien gane?

No. Yo me considero alguien que propone. No soy “anti” ni odio a nadie. Mi posición sobre el fujimorismo que le estoy planteando en esta entrevista no es porque yo odie, sino es porque yo estoy a favor de valores, como la democracia. Y, claro, hay temas con los que no se puede transar, entre ellos la corrupción, el narcotráfico y la discriminación en contra de las minorías, que no es un tema menor.

¿Qué piensa de lo que ha sido la campaña de Kuczynski?

Decepcionante. Yo quiero que se tome muy en serio esta campaña, porque hay muchas cosas en juego y ser candidato a la presidencia es un compromiso muy serio. Kuczynski ha tenido varias oportunidades y espacios para demostrarles a los peruanos de que lo que se ha avanzado en quince años no es por las puras. Si él hubiera entendido que los peruanos quieren ser escuchados, creo que la situación, hoy, sería completamente distinta. Ha habido errores en su campaña, y los sigue cometiendo.

¿Qué hubiese esperado de la campaña de Kuczynski?

Una campaña conciliadora, de unión, en la que les explique a los peruanos la amenaza del retorno del autoritarismo. Y hay argumentos abundantes para eso, para explicarle a la gente de Huancavelica que hay que luchar contra la corrupción, contra la inseguridad, contra el desempleo. ¿Qué hemos hecho estos quince años desde que recuperamos la democracia? Realmente creo que la situación por la que estamos atravesando es culpa de todos. Yo conozco el Estado y sé que si bien el presidente tiene mucho poder, las personas de su entorno pueden impulsar cosas fuera de su control personal. Y volvemos al tema anterior: ¿qué confianza puede ofrecer un entorno vinculado con temas de narcotráfico?

Si usted es tan diferente de Keiko Fujimori, ¿cómo se explica que quien iba a ser su ministro de Economía, Elmer Cuba, termine en Fuerza Popular?

Él es un buen técnico, pero los técnicos sirven de poco si no cuentan con los principios adecuados.

¿Siente que si el Jurado Nacional de Elecciones no hubiese decidido su exclusión estaría participando en la segunda vuelta?

Es probable. Pero lo que sí puedo decir es que el escenario político cambió con la exclusión de dos candidatos: yo y César Acuña. Las autoridades electorales cometieron más de diez contradicciones, contabilizadas, y eso, como es obvio, enturbió el proceso. Mi exclusión fue ilegal y fue inconstitucional. Pero yo ya no quiero mirar el pasado…

Bueno, es un pasado reciente. Seguimos dentro del mismo proceso que usted y sus seguidores cuestionaron.

Sí, pero hoy la urgencia es otra: entender qué podemos tener por delante en los siguientes cinco años, comprender que el futuro del país por el próximo quinquenio se está decidiendo en la elección del domingo. Eso es lo que nos debe mover ahora.

Keiko Fujimori ha tenido un trabajo político intenso desde el 2011 y ahora cosecha ello. ¿Lo veremos en un plan similar a usted hasta el 2021?

Eso es lo que estoy haciendo. Tomé la decisión de dedicarme cinco años a la construcción partidaria, y ya llevo en esto un mes.

La República

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