García Linera: demanda de Chile sobre el Silala “es una chambonada jurídica”
El vicepresidente Álvaro García Linera afirmó que la demanda de Chile por las aguas del Silala es jurídicamente una «chambonada”, porque en reiteradas oportunidades desconoció la competencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
«La demanda de Chile contra Bolivia jurídicamente es una chambonada, diplomáticamente un despropósito, geográficamente una aberración. Es una ‘chambonada’ jurídica porque el Gobierno de Chile intentó por todos los medios desconocer la competencia de la CIJ y en los debates internos el Gobierno de Chile y sus representantes se plantearon salir del Pacto de Bogotá”, sostuvo García Linera en conferencia de prensa.
El lunes, el Gobierno de Chile, mediante su directora de Fronteras y Límites de la Cancillería, Ximena Fuentes, informó que presentó una demanda ante el alto tribunal con el objetivo de que esa jurisdicción de las Naciones Unidas determine que el Silala es un «río de curso internacional” y que Chile tiene derechos sobre esas aguas.
García Linera dijo que la demanda contra Bolivia es una muestra de la desprolijidad y expone un mundo de contradicciones de la diplomacia chilena.
«Nunca hemos visto una diplomacia chilena tan contradictoria, tan desprolija, tan improvisada. Siempre se jactaron de una diplomacia seria”, dijo y agregó que Bolivia tiene la fuerza de la verdad porque las aguas del Silala son vertientes y no un río internacional, como dice Chile.
El alcalde de Potosí y presidente de la Federación de Asociaciones Municipales (FAM), Williams Cervantes, advirtió que Chile lleva las de perder debido a que en su demanda se olvidó de incorporar el estudio conjunto que realizaron pasados años sobre las aguas del Silala.
«La recarga viene de lo alto que es territorio boliviano y que esta recarga no llega en su cauce natural a Chile y por eso realizaron la captación y canalización de las aguas”, explicó Cervantes, quien anunció que como FAM emitirán un pronunciamiento de apoyo al Gobierno por el Silala, ubicado en el cantón Quetena Chico del departamento de Potosí, en la frontera con Chile.
El expresidente Jorge Tuto Quiroga recordó al Gobierno de Chile que «usar las aguas del Silala sin pagar es robar, así de sencillo; robarnos a los bolivianos y demandarnos a los bolivianos en La Haya es muy descarado y, tercero, demandar en La Haya a la que antes impugnaban es contradictorio, creo que existe mucho nerviosismo”.
Según el procurador Héctor Arce, la demanda chilena no representa ninguna amenaza para Bolivia en el ámbito jurídico. La contrademanda tendrá dos pilares. «Nos basamos en el pilar técnico-científico y el jurídico, basados en el derecho internacional, en el que Bolivia ya se mueve con mucha solvencia”, dijo.
En marzo pasado, Chile afirmó que las aguas del Silala corresponden supuestamente a un río internacional y para demostrar aquello aseguró que el mismo está señalado en un mapa que viene adjunto al Tratado de 1904.
No obstante, estudios técnicos indican que las aguas provienen de manantiales cuyo origen se encuentra en un acuífero confinado en Potosí.
A Insulza: Bolivia, cansada de robos
El vicepresidente Álvaro García Linera recordó al agente chileno ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, José Miguel Insulza, que Bolivia está cansada de las invasiones, usurpaciones, robos y saqueos de sus recursos naturales por parte de ese país trasandino.
García Linera hizo tal afirmación ante las declaraciones de Insulza, quien afirmó que el presidente Evo Morales «no tiene para qué seguir insultando, (porque) ya estamos saciados de insultos”, con respecto a las aguas del Silala y la demanda marítima.
El Vicepresidente rechazó enfáticamente las declaraciones del exsecretario general de la OEA y consideró que fue «grosero”, «prepotente”, «abusivo” y «descortés”.
«Decirle al señor Insulza que los bolivianos estamos cansados de las invasiones, usurpaciones, robos, saqueos de nuestros recursos naturales. Nosotros somos los cansados, nosotros no hemos invadido un país, no hemos usurpado la riqueza natural de un país, nosotros somos un país que defiende lo suyo”, dijo y recordó que el mundo ya no vive en el siglo XIX.
Morales envía un mensaje a políticos chilenos: ‘No estamos en tiempos de invadir y saquear’
El presidente Evo Morales recordó a «algunos políticos chilenos» que estos son tiempos de integración y no de «invasión» y «saqueos». Lo hizo mediante su cuenta en Twitter, a dos días de que el gobierno de Michelle Bachelet presentara ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) una demanda contra Bolivia por el uso de las aguas del Silala.
«Para algunos políticos chilenos: no estamos en tiempos de invadir y saquear. Son tiempos de integración y liberación de nuestros pueblos (sic)», escribió el Mandatario, en medio del clima de tensión entre Bolivia y Chile.
En respuesta a la demanbda chilena, Morales anunció ayer que Bolivia contrademandará a Chile por el uso ilegal de las aguas del manantial Silala, que nacen en el departamento de Potosí. Chile, en su demanda, planteó que la CIJ reconozca al Silala como un río de curso internacional.
«Tiempos de la colonia quedan para la historia. Tiempos de la república eran para las oligarquías. El Siglo XXI es el tiempo de los pueblos (sic)», tuiteó luego el Jefe de Estado.
Esta es la demanda de Chile contra Bolivia por el Silala
Ayer, el Ministerio de Relaciones Exteriores dio a conocer el documento de la demanda que presentó contra Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia por el uso de las aguas del Río Silala.
En el escrito fechado el pasado lunes 6 de junio consta de 10 páginas, está firmado por la agente chilena Ximena Fuentes y en 54 puntos menciona los argumentos de nuestro país para demandar a Bolivia.
«Chile siempre ha estado dispuesto a entablar conversaciones con Bolivia respecto a un régimen de utilización de las aguas del Silala. Chile y Bolivia han sostenido tales conversaciones mediante una serie de reuniones bilaterales entre 2004 y 2010», detalla el documento.
La demanda sostiene que «a la larga, dichas conversaciones terminaron sin resultado alguno, debido a que Bolivia insistía en negar que el Río Silala es un curso de agua internacional y a que Bolivia alega que tiene derechos a usar el 100 por ciento de sus aguas».
«Históricamente y por más de un siglo, las aguas del Río Silala han sido usadas en Chile para distintos propósitos, incluyendo el abastecimiento del suministro de agua a la ciudad de Antofagasta y a los pueblos de Sierra Gorda y Baquedano», agrega el escrito.
«Las aguas han sido además usadas con fines industriales por The Antofagasta (Chili) and Bolivia Railway Company Ltd. (también conocida como Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia) y por diversas compañías mineras incluyendo la empresa estatal Corporación Nacional del Cobre (Codelco)», se detalla en uno de los puntos del documento.
«Chile debía pagar una compensación»
El escrito también relata que «en julio de 2010, en una reunión acerca de los puntos de la agenda bilateral, Bolivia volvió a su postura original de ser propietario del 100 por ciento de las aguas del Silala e introdujo la noción de que Chile debía pagar una compensación por su centenario uso de las aguas».
«En la medida de lo que Chile ha podido determinar, Bolivia ha construido un estanque piscícola, un puesto militar y casas al lado del Río Silala. Dichos proyectos podrían tener efectos negativos en la calidad y cantidad de las aguas del Río Silala, sin embargo, Chile no ha sido informado ni de planes para tales medidas ni de alguna medida que Bolivia haya tomado para evitar y controlar cualquier contaminación», agrega.
Finalmente, la demanda remarca que «Bolivia sigue negando y limitando los derechos de Chile como país ribereño al uso de cursos de agua internacionales compartidos por ambos países (tal como lo ha hecho con un segundo río, el Río Lauca, cuyas aguas son parcialmente usadas por Chile con fines de riego)».
Cinco claves de la disputa entre Bolivia y Chile por el Silala
Río internacional o manantial, son las dos opciones que se disputan los gobiernos de Chile y Bolivia, bajo la mediación de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, para determinar el uso de las aguas del Silala.
Este lunes el gobierno de Michelle Bachelet, entabló una demanda para determinar que el Silala es un río internacional y que la nación chilena tiene derechos sobre su torrente.
Un día después, la Cancillería boliviana anunció que va a contrademandar para dejar establecido que el Silala es un manantial y pertenece a cada uno de los ciudadanos del Estado Plurinacional.
Planteamiento histórico chileno
El Gobierno austral defiende que el Silala es un «río internacional transfronterizo» y se basa en el Tratado de 1904 firmado con Bolivia, del cual se desprende un mapa que presuntamente resolvió las fronteras entre ambas naciones.
«Este mapa es decidor y es un antecedente muy importante para nosotros, porque Chile siempre ha defendido la integridad del Tratado de 1904 que fijó las fronteras de manera definitiva entre ambos países», sostuvo el canciller de Chile, Heraldo Muñoz, en marzo pasado.
Planteamiento histórico boliviano
Bolivia mantiene que las aguas del Silala son manantiales o vertientes que afloran de manera natural y que alcanzan territorio extranjero, por las obras de canalización realizada a principios del siglo XX por empresas chilenas.
Al respecto, el autor boliviano Rodrigo Fernández argumenta: «Por los diversos estudios e investigaciones realizados por especialistas en el campo, se puede concluir que las aguas del Silala son manantiales y que, por consiguiente, no configuran, en sentido estricto, un río».
Concesión de 1908
Para 1908 la Prefectura de Potosí entregó la concesión del uso de aguas del Silala a la empresa anglo-chilena The Antofagasta and Bolivia Railway Company Limited, para abastecer el funcionamiento del ferrocarril en el tramo entre Antofagasta (norte de Chile) y Oruro (oeste de Bolivia).
El contrato establecía que la empresa solo podía usar la venia otorgada, para potenciar las locomotoras de vapor, sin embargo, una vez los ciudadanos comenzaron a utilizar locomotoras de diesel, la compañía vendió las aguas a consumidores chilenos de ciudades cercanas.
Así lo refirió el historiador Castulo Martínez entrevistado en el semanario Hora 25 en 1999, donde agregó: «El contrato de concesión de 1908 a favor de esta empresa debió quedar sin efecto, pero una vez más la inteligencia de la geopolítica de mi país se movió para anticiparse a los hechos y contando con el silencio cómplice de las autoridades bolivianas, comenzó el robo indiscriminados de las aguas».
Fin de la concesión
El 14 de mayo de 1997 la Prefactura del Departamento de Potosí decretó la revocatoria y anulación de la concesión de las aguas del Silala, en pro del uso local.
«Ya no existían las motivaciones condicionantes reales como normativas que dieron lugar a la concesión, por lo que no se justifica mantener subsistente la concesión de las augas que formaron las vertientes del Silala», expone la Prefactura mediante la resolución N° 71/97.
Dos años después, las autoridades bolivianas decidieron convocar a una licitación pública nacional, donde solo participaran empresas nacionales, para así otorgar la concesión del uso y aprovechamiento de las aguas del Silala.
Deuda histórica
Dentro de las reuniones que han sostenido diversas delegaciones de ambas naciones desde entonces, el Gobierno boliviano considera como fundamental que Chile «reconozca la deuda millonaria» con el pueblo boliviano al haber usado las aguas por más de 100 años.
De hecho, en 2006 ambos países logran un acuerdo, que luego fue inhabilitado y repudiado por organizaciones populares de Potosí, al no incluir el pago de la «deuda histórica».
En 2010 se retomaron los intentos de diálogo al respecto, sin embargo la comisión chilena se mostró disconforme con el pedido y rechazó firmar el acta de la reunión, porque se planteaba «definir el monto y la forma de erogación por parte de Chile».