Colombia: seis mil indígenas awá analizan plan de lucha contra los cultivos ilícitos

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Seis mil indígenas awá deciden su movilización en Nariño

Aunque siempre ha estado en la mira de los actores armados del conflicto colombiano, los líderes de la comunidad awá en el departamento de Nariño sienten que se acaba el tiempo y que las opciones que les brindan los gobernantes no son reales.

Por eso, cuando cerca de 6 mil indígenas de esta comunidad se encuentren en El Diviso durante los primeros días de junio, la propuesta de una gran y contundente movilización será primordial y tratada con toda la seriedad que esto implica.

Para Javier Cortés, secretario general de la Unidad Indígena del Pueblo Awá, existe agotamiento entre los miembros de los 30 resguardos que componen la organización, porque ven que el Estado los sigue ignorando a la hora de hablar de inversión en desarrollo, en educación y salud, pero además los agrede, a través del Ejército y la Policía.

“La gente piensa que los falsos positivos ya no existen y eso no es verdad. Nosotros somos víctimas constantes de los atropellos de las autoridades armadas, que siguen abusando de nuestra gente, ingresando sin autorización a nuestros territorios y viviendas y maltratando a hombres y mujeres”, sostiene el señor Cortés.

Precisamente en su muro de Facebook la Unipa acaba de publicar una denuncia pública, según la cual, “El pasado 17 de mayo de 2016, siendo las 4 p.m. el Resguardo indígena awá de Chinguirito Mira (municipio de Tumaco) sufrió un atentado en contra de su autonomía a manos de una tropa adscrita al Ejercito Nacional, un helicóptero (el cual aterrizó en cuatro ocasiones) de manera abusiva aterrizo dentro de la comunidad de Chinguirito y sin mediar palabras un sin número de efectivos entre soldados y personal de la Fiscalía empezaron a bajar de la nave como si se encontraran dentro de un campo de guerra, armados hasta más no poder, acto que generó zozobra dentro de todos los indígenas que se encontraban alrededor del lugar”.

En su denuncia también señalan que “Como si estuvieran dentro de su propia casa, se dirigieron al hogar de un hermano awá e ingresaron de manera abusiva sin presentar ninguna orden que avale su presencia ahí; como ha sucedido en reiteradas ocasiones y en diferentes resguardos de nuestro pueblo, la Fiscalía acompañada del Ejército empezaron a buscar y desbaratar todo lo que estaba a su paso dentro de la casa awá”.

Los hechos que terminaron de generar confusión tienen que ver con un arma que apareció o se le cayó a alguien en esa vivienda: “uno de los efectivos militares hizo caer un arma de fuego dentro de la casa que estaban y empezaron a querer intimidar a quienes estaban dentro del hogar que acepten que esa arma de fuego les pertenecía, al ver que no lograban nada con la intimidación uno de los soldados aseguró que el arma de fuego era de él y que por “error” se le había caído”, dice el comunicado de los awá.

Lo cierto es que alrededor de este asunto aún hay muchas cosas que tanto el Ejército como la Fiscalía deberían aclarar, porque lo que se aprecia es que esta comunidad viene siendo atropellada por absolutamente todos los actores armados del Conflicto y en este momento, son las fuerzas institucionales las que están obrando de esa manera con los indígenas. El secretario de la Unipa asegura que “ahora hay más gente del Ejército en nuestro territorio que guerrilleros o miembros de cualquier grupo armado. A la guerrilla solo se la ve ahora de vez en cuando cuando van de paso hacia alguna parte”.

Sobre este asunto, Javier Cortés también comentó que la persona violentada por personal del Ejército fue obligada a firmar un documento sobre el que se desconoce su contenido y por lo tanto no saben que implicaciones tendrá.

Los cultivos ilícitos

Si bien el secretario de la Unipa asegura que la organización no está participando en las movilizaciones de campesinos e indígenas cultivadores de coca, que en este momento se registran en el pie de monte costero y en la Costa Pacífica, no descartan que en determinado momento tengan que promover una actividad similar, para la cual ya están informados y en proceso de preparación los cerca de 6 mil awá que hoy viven en condiciones sociales y económicas bastante deplorables.

“Vienen a fumigar y erradicar los únicos cultivos que dejan algo para vivir a la gente del campo; la tratan mal y no tienen ni siquiera una alternativa para que nuestra gente se pueda defender y conseguir para el sustento diario. Con las fumigaciones acaban de contaminar las aguas, que ya están muy deterioradas y a nadie le preocupa si nuestras necesidades básicas están por lo menos medianamente satisfechas”, señala Javier Cortés.

“El señor presidente Santos no puede hablar de paz sin hacer inversión, sin darle alternativas a la gente y mucho menos si arremete contra ella, quitándole la única oportunidad económica que tiene”, agregó.

III Congreso del Pueblo Awá

Muchas decisiones importantes se deberán tomar durante la realización del III Congreso del Pueblo Awá, que se llevará a cabo entre el 3 y el 6 de junio en El Diviso, en donde se concentrará el grueso de la comunidad.

La movilización general, el paro campesino que para esos días estará en pleno fervor y la búsqueda de mecanismos alternativos para que el Gobierno Nacional le cumpla a las comunidades indígenas, figuran entre los temas a tratar.

La situación de la comunidad es lamentable. El abandono institucional y la violencia promovida por todos los actores armados son para los awá, argumentos muy sólidos para justificar una gran movilización e intensificar su lucha por la defensa de sus territorios, su cultura y sus derechos.

Prensa Rural

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