Presidente Varela afirma que tomará medidas para que Panamá no sea una «ruta irregular migratoria»

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El presidente panameño, Juan Carlos Varela, dijo este lunes que su Gobierno realiza gestiones diplomáticas para trasladar a más de 3.000 migrantes cubanos varados en la frontera de Panamá con Costa Rica, y que luego de que eso se haga su país tomará medidas para no seguir facilitando esta «ruta irregular migratoria».

Varela confirmó a los periodistas durante un acto público que se está buscando la vía diplomática para que los isleños puedan ser trasladados, como se hizo en marzo pasado con un grupo de 1.300 migrantes, pero que una vez se realice, advirtió, «tenemos que tomar medidas»

«Porque nosotros no podemos convertirnos en un respaldo logístico a una ruta irregular migratoria», afirmó el gobernante, aclarando, no obstante, que su Gobierno dará a los migrantes cubanos «todo el trato humanitario, todo el respaldo humanitario».

El mandatario añadió que ya se han dado instrucciones al Servicio Nacional de Fronteras sobre las decisiones que se van a tomar, que no reveló, y que la Cancillería hablará al respecto con otros países donde se origina esta migración, como Ecuador y Cuba.

«Se va a hablar con estos países para buscar un mecanismo que nos permita concienciar a estas personas (migrantes) de que nosotros no podemos seguir como país facilitando una ruta migratoria irregular», reiteró.

Aclaró que Panamá no cerrará sus fronteras, como hizo Nicaragua en noviembre pasado y Costa Rica un mes después, pero, remarcó: «Sí buscaremos mecanismos para tomar medidas disuasivas para que esta ruta no se siga utilizando de esta manera».

En Panamá hay varados unos 3.500 migrantes cubanos, a quienes Costa Rica no les permite ingresar porque considera que su capacidad para albergarlos y brindarles asistencia quedó agotada con la atención de los 8.000 que estuvieron en el país entre noviembre y marzo pasado.

A los migrantes cubanos aglomerados en Panamá se sumaron ahora cerca de 600 extracontinentales de 14 nacionalidades, la mayoría africanos indocumentados, que están varados en el lado costarricense de la frontera y que igual que los isleños buscan llegar a Estados Unidos.

La diferencia es que los cubanos lo hacen atraídos por los beneficios de residencia que les ofrece el país norteamericano.

La crisis migratoria en esta región inició en noviembre pasado cuando Nicaragua decidió cerrar su frontera al flujo de migrantes cubanos por razones de seguridad.

Entonces, Costa Rica recibió a casi 8.000, tras lo que decidió cerrar también su límite sur.

Entre enero y marzo pasado, gracias a un operativo especial que involucró a México, Guatemala y El Salvador, poco más de 6.000 cubanos que estaban varados en Panamá y Costa Rica fueron traslados a suelo mexicano, desde donde siguieron por tierra su viaje a EE.UU.

Telemetro

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