Perú con miras al balotaje: la esterilización forzosa de la política – Por Bárbara Ester

507

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

El sociólogo y politólogo, Martín Tanaka, considera la situación política actual peruana como una democracia sin partidos políticos, hecho que atribuye como herencia de un fujimorismo que eliminó las identidades políticas vigentes.

El pasado 10 de abril millones de peruanos concurrieron a los comicios presidenciales y legislativos, inaugurando el sistema de voto electrónico. En cuanto a los resultados Keiko Fujimori (Fuerza Popular) obtuvo el 39.85 % de los votos válidos, seguida por Pedro Pablo Kuczynski (Peruanos por el Kambio) con un 20.97 %. Ambos se enfrentaran en un balotaje el próximo 5 de junio. Verónika Mendoza, candidata presidencial del Frente Amplio por Justicia, Vida y Libertad fue la gran sorpresa registrando un 18.84% de votos; en orden la sucedieron Alfredo Barnechea (Acción Popular) con un 6.97% y el ex presidente Alan García (Alianza Popular) con 5.82%. La participación ciudadana alcanzó un 81.94%, con un ausentismo de dos puntos por encima de la elección pasada (18.06% frente a 16.03%). El record del faltazo se observa en el voto de los residentes fuera del país, donde más de la mitad no concurrió, alcanzando un ausentismo de 53.18%1.

Los resultados oficiales publicados por la ONPE, arrojan como saldo cinco partidos y alianzas políticas que perderían su inscripción al no haber superado la valla electoral del 5% de los votos válidos. Aquellos partidos a los cuales se les canceló su inscripción electoral, deberán volver a recolectar firmas y no podrán presentarse a cargos por un año después de concluido el último proceso electoral, es decir hasta el 10 de abril del 2017. Es el caso de Democracia Directa (4.01%), Perú Posible (1.31%), Frente Esperanza (1.32%), Progresando Perú (0.50%) y Partido Orden (0.43%).

En base a los resultados electorales, desde el 28 de julio el Parlamento peruano contará con una mayoría fujimorista que ha obtenido 70 escaños sobre un total de 130. En tanto, los resultados colocan como primera minoría al Frente Amplio con 20 escaños, seguido de Peruanos Por el Kambio con 18 – quien por primera vez tendrá representatividad en el Legislativo, ya que aunque en 2011 Kuczynski se postuló a la presidencia no contó con un partido propio-, Alianza Para el Progreso con 11, Acción Popular y la Alianza Popular con 5 parlamentarios cada uno.

Crisis de identidades políticas

Los tres presidentes electos que sucedieron al fujimorato, Toledo, García y Humala, han recibido un gran rechazo popular en las urnas producto de los escándalos de corrupción. A pesar de registrar un crecimiento económico sostenido, su imagen es deplorable. En el caso de Ollanta Humala excluyó a su candidato, Daniel Urresti -Partido Nacionalista Peruano-, a días de los comicios. Aunque la justificación fue el enrarecido proceso electoral que bajaba candidatos, las encuestas le otorgaban menos del 1 % de intención de voto, con lo cual el retiro de la contienda le ha permitido conservar su carácter de partido político, constituyendo la novedad de retirarse del poder y no tener ninguna participación en el Congreso. En el caso de Toledo y García, las elecciones 2016 suponen el ocaso de sus respectivas carreras políticas, al menos como candidatos presidenciales. El líder de la coalición Alianza Popular (integrado por el APRA y PPC) y dos veces presidente, Alan García, considera que su cuarta elección ha sido la última ante su escueto 5,82% obtenido. En el caso de Alejandro Toledo al no pasar la valla del 5%, ha perdido la inscripción en el Registro de Organizaciones Políticas del Jurado Nacional de Elecciones (JNE).

El sociólogo y politólogo, Martín Tanaka, considera la situación política actual peruana como una democracia sin partidos políticos, hecho que atribuye como herencia de un fujimorismo que eliminó las identidades políticas vigentes. A la vez que encontró la manera de generar consenso a partir de obras locales, clientelismo y propaganda respaldada por coerción.

Paradojas

Perú ha presentado un escenario de contrastes, mientras Keiko Fujimori candidata abiertamente de derecha es gran triunfadora; Verónika Mendoza, se consagra en la mejor elección de los últimos 31 años para la izquierda peruana, obteniendo la representación en el Parlamento de la primera minoría y a poco menos de 3 puntos de entrar al ballotage.

Entre las parlamentarias más votadas, sus biografías hablan por sí mismas3: Desde Fuerza Popular fue reelecta parlamentaria Cecilia Chacón -a quien la inmunidad parlamentaria resguardaba de una sentencia por enriquecimiento ilícito, luego anulado por la Corte Suprema-, hija de Walter Chacón, ministro del Interior del gabinete de Alberto Fujimori y comandante general del Ejército en el 2000. Mientras que desde el Frente Amplio Indira Huilca, autoproclamada feminista y socialista, ha obtenido su banca. Se trata de la hija de Pedro Huilca, secretario general del Sindicato de Trabajadores en Construcción Civil y Artes Decorativas del Cuzco, asesinado en la puerta de su casa a manos del grupo Colina por oponerse a la flexibilización laboral.

El 5 de abril, se conmemoró el 24º aniversario del auto-golpe de Estado, perpetrado por A. Fujimori (1992) con una oleada de marchas en todo el país, las más concurridas de los últimos años. El 10 de abril, triunfo en primera vuelta de su hija con casi un 40% de los votos válidos. En este escenario, Vargas Llosa ha manifestado públicamente y desde Washington que una victoria de Keiko sería a su parecer una “catástrofe” y una “reivindicación de la dictadura”4. Desde el comienzo el premio Nobel, apoyó públicamente a Kuczynski, aún cuando los sondeos de febrero ubicaban su candidatura en cuarto lugar. La exclusión de los candidatos con mayor caudal (segundo y tercer lugar) por parte de la JNE, allanaron el camino del candidato quien a diferencia del célebre escritor, apoyara ni más ni menos que a Keiko Fujimori en el balotaje de 2011. El gringo PPK, viejo lobo de mar, prefirió el pragmatismo ante todo: más vale neoliberal conocido que “chavista” por conocer.

De cara al ballotage

Los sondeos previos a los comicios indicaban un empate técnico entre Kuczynski y Mendoza, sin embargo se intensificó una campaña del miedo contra ésta última enmarcada en el fantasma de Sendero Luminoso quien reaparecería en las vísperas. El 4% obtenido por Gregorio Santos (Democracia Directa), candidato de izquierda y considerado un héroe por oponerse a las grandes mineras en su Cajamarca natal, -quien realizó su campaña desde prisión a causa del encarcelamiento preventivo por presunto cohecho- hubiera alcanzado para incluir a Verónika Mendoza en el ballotage. Transferencia que no ocurrió.

En términos económicos la ortodoxia liberal continuará. Para Jaqueline Fowks5, mientras Fuerza Popular representa de modo claro la derecha política, Peruanos por el Kambio, proyecta la derecha económica. Pedro Kuczynski reagrupa fuerzas en torno a tres ejes claves: el apoyo de Vargas Llosa, el respaldo de grupos mediáticos internacionales y la capitalización de un voto antifujimorista que, en última instancia, prefiera los business del lobista. En cuanto al indulto, gran tema tabú, ambos proponen dejarlo en manos de la justicia lo que supone validarlo sin grandes costos políticos. El poder judicial parece ser un actor clave a nivel regional por su apariencia: más aséptica que la política.

Las elecciones del 5 de junio se definirán en torno al Fujimorismo, sí o no. La estrategia de Keiko consiste en desligarse de su apellido paterno y convencer a los electores peruanos de ser una opción más o menos democrática y con respeto por las instituciones. Ya ha logrado con eficacia capitalizar la imagen de su padre situándose como garante de un proyecto que comenzó su padre (ex)terminando al terrorismo, mientras ella lo haría con la delincuencia. Especie de síntesis entre renovación y continuidad de la “mano dura” que permite el eterno retorno de una vía autoritaria frente al caos.

Cualquiera sea el resultado del balotaje, está en sintonía con el giro hacia la derecha en la región, comenzado en noviembre de 2015 en Argentina. El sociólogo Alberto Adrianzén homologa un posible gobierno de Keiko Fujimori con los primeros meses del gobierno de Macri: “Si gana Keiko, al inicio de su gobierno haría algo parecido a lo que hizo Macri en Argentina apenas llegó al poder, dictar inmediatamente un paquete de medidas para tratar de consolidarse y que le permitan asentarse en el poder. La diferencia es que Keiko no aplicaría esas medidas para cambiar y desmontar el modelo económico vigente, sino para profundizar el actual modelo neoliberal que tenemos en el país”6.

1 http://www.eleccionesenperu.com/resultados-onpe.php

2 http://internacional.elpais.com/internacional/2016/04/08/america/1460130620_422819.html

3 http://internacional.elpais.com/internacional/2016/04/12/america/1460419998_392619.html

4 http://internacional.elpais.com/internacional/2016/04/12/america/1460480353_580293.html

5 http://www.revistaanfibia.com/ensayo/la-mano-dura-papa/

6 http://m.pagina12.com.ar/diario/elmundo/subnotas/296693-77349-2016-04-11.html

TeleSur

Más notas sobre el tema