Fuerte tensión política y cruces en el acto por los 25 años del Mercosur

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En medio de una fuerte tensión en la que se mezclan cuestiones supranacionales y los propios asuntos internos de cada una de las naciones miembros del bloque, se realizó en la mañana de este lunes, en la sede del Parlasur ubicada en Montevideo, un seminario conmemorativo de los 25 años del Tratado de Asunción que dio origen al Mercosur. El presidente de la República de Uruguay, Tabaré Vázquez, fue la máxima autoridad presente y tuvo que sortear un inconveniente diplomático que se dirimió a los gritos en el recinto al inicio del acto. Pero no fue todo: los parlamentarios opositores venezolanos aprovecharon las cámaras encendidas de todo el continente para denunciar, por enésima vez, los atropellos que dicen sostiene el gobierno de Nicolás Maduro.

Fue en este marco en el que ocurrió el seminario “Reflexiones y desafíos para el Mercosur a 25 años del Tratado de Asunción”, en las portentosas instalaciones del ex Casino Hotel Parque, sobre la rambla Wilson, donde tiene sede el Parlamento del Mercosur.

Allí estuvieron además del ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay (en calidad de presidente Pro Témpore del Mercosur), Rodolfo Nin Novoa, el vicecanciller argentino, Carlos Foradori, y los demás ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros: Brasil, Paraguay y Venezuela. También asistió al acto y habló Enrique Iglesias, destacado mediador hispano-uruguayo, de más de 85 años y hasta hace poco secretario general del Foro Iberoamericano. En primera fila lo escucharon dos ex presidentes uruguayos: Julio María Sanguinetti y Luis Alberto Lacalle de Herrera, quien en contacto con El Litoral dijo no reconocer este Mercosur que creó con Carlos Menem en 1991.

Mientras, Tabaré Vázquez eligió sentarse en una de las últimas filas junto con los diputados de Brasil oficialistas, para salvar así un reclamo que a viva voz hicieron los parlamentarios cariocas que literalmente fueron corridos de los primeros espacios que siempre ocupan como consecuencia de su poderío dentro del Mercosur.

En lo que los asistentes de todos los países calificaron como un gesto de grandeza, Vázquez ocupó una silla cualquiera y el acto siguió, aunque a duras penas, debido luego a un ruidoso reclamo que hicieron los parlamentarios opositores venezolanos, que ahora son mayoría y aprovecharon este escenario internacional para machacar sobre la idea del gobierno despótico de Nicolás Maduro.

Con pancartas de todo tipo, en las que se denunciaban muerte y detención injustificada de cuadros políticos disidentes, hambre y desatención del pueblo venezolano, los parlasurianos irrumpieron en dos oportunidades, una de las cuales cuando le tocaba hablar al propio representante del Gobierno Bolivariano, quien hizo como si nada hubiese ocurrido.

Sumado a ello, la crisis política de Brasil (que encara un proceso de destitución para la presidenta Dilma Rousseff) y la situación no del todo clara de Argentina (que tiene en Brasil a su socio comercial mayoritario; que respeta el Mercosur pero que asimismo mira a la Unión Europea y a los Estados Unidos, en soledad); y que traba las funciones parlamentarias entre otras cosas no abonando el sueldo de los legisladores), hace de este encuentro uno de alta densidad política, con cruces de todo calibre, donde se mezcla la diplomacia con los desaguisados propios de cada país.

No obstante, el canciller uruguayo Nin Novoa al abrir la oratoria destacó que la “actitud del gobierno argentino ha traído aires renovados al Mercosur”, lo que implica, según varios parlamentarios, una vuelta a las acciones originarias del bloque: más negocio y menos política.

El canciller también habló de Brasil: “El Mercosur debe ser garante de la democracia, la igualdad y la legalidad. Debe estar por encima de posicionamientos políticos”, señaló.

A su turno el canciller brasileño, Mauro Vieira, resaltó la importancia de que el “Mercosur proporcione paz, estabilidad y democracia” a la región; y si bien no se refirió directamente a la presidenta Dilma Rousseff, puso el énfasis varias veces en la palabra “democracia”.

El vicecanciller venezolano, al referirse a Brasil dijo que “no se puede desconocer el poder dado por el pueblo” a Rousseff. En Argentina, nuevamente, las cuestiones están partidas. El sector del Frente para la Victoria y UNA consideran necesario un apoyo expreso a la Presidenta de Brasil, mientras que los referentes de Cambiemos optan por el silencio, por no inmiscuirse en los asuntos internos de otro país y lo hacen con advertencia a sus pares kirchneristas y masistas: nosotros ganamos la elección y manejamos el rumbo de las relaciones exteriores del país.

El seminario, que fue menos que eso y en cambio devino en una sucesión de demostraciones de fuerza política, culminó con la presentación del sello conmemorativo del 25° aniversario de la firma del Tratado de Asunción por parte de la Administración Nacional de Correos del Uruguay y la ceremonia de matasellado por parte de los ministros.

Las actividades parlamentarias propiamente seguían a la tarde en las distintas comisiones y con un plenario previsto para la noche, preludio de lo que será la sesión de hoy por la mañana donde se adelantan (algunos garantizan) nuevos focos de fuerte discusión.

En los intersticios de esa disputa, los diputados deben debatir proyectos que, sin dejar de ser importantes, carecen del poder de aplicación sin la posterior intermediación de los congresos locales, punta del ovillo para la discusión de legitimidad, no del todo zanjada, que deben sortear los parlamentarios, que no gozan de buena reputación casi como ningún parlamento del mundo.

El Litoral

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