Congreso del Partido Comunista debate el plan de desarrollo nacional hasta 2030

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Un futuro sin improvisación

Dejar atrás las soluciones coyunturales y di­señar un proyecto de país a largo plazo es el objetivo fundamental del Plan Nacional de De­sarrollo Económico y Social hasta el 2030, que fue debatido durante dos días por cerca de 180 delegados al 7mo. Congreso del Partido.

La Comisión 2, que abordó este tema, para dar continuidad a las consultas anteriores, coincidió en que no puede haber espacio para la im­provisación cuando se decide el futuro de 11 mi­llones de personas.

En esta ocasión, cerca 150 intervenciones pu­lieron los distintos componentes de la primera etapa de la elaboración del Plan: la visión de la nación, los principios rectores, así como sus ejes y sectores estratégicos.

Entre las transformaciones de más calado consideradas en las bases del Plan estuvo la in­corporación de la prospección, producción y refinación de petróleo y gas entre los sectores estratégicos del país.

Este tópico complementa el inciso dedicado al campo energético, enfocado al uso de las fuentes renovables de energía y la elevación de la eficiencia.
La propuesta surgió del delegado por Pinar del Río, Alfredo López, y fue respaldada unánimemente por los delegados.

López dijo que la autosuficiencia energética es  un asunto de seguridad nacional que preocupa a todos los países del mundo.

El también ministro de Energía y Minas dijo que Cuba satisface la mitad de sus necesidades de combustible con producción nacional, pero esa cifra debe crecer en el futuro para integrarse al volumen que se aspira a lograr con fuentes renovables, y así minimizar la dependencia de fuentes externas.

La única vía para lograrlo es explorar las potencialidades en aguas territoriales. “Si Mé­xi­co y Estados Unidos tienen petróleo, nuestro mar también”, dijo López. Pero puntualizó que por problemas de acceso a los recursos aún ha sido deficiente la prospección.

Aseguró que está en proceso una campaña pa­ra mapear con tecnología sísmica cerca de 22 000 kilómetros cuadrados de conjunto con una em­presa china, a pesar de que en la coyuntura ac­tual de precios bajos del petróleo, resultan me­nos llamativos los recursos ubicados en grandes profundidades.

Añadió que Cuba también debe contar con capacidades de refinación profunda, la técnica mediante la cual se obtienen combustibles más complejos y de mayor valor añadido.

En ese sentido, agregó que el país también necesita producir el gas acompañante que se utiliza para la producción energética.

Carlos Pérez Soto, directivo del Ministerio de Economía y Planificación, añadió que el bajo por ciento del PIB que se invierte actualmente en infraestructuras, en torno al 5 %, está entre los aspectos que se propone superar el Plan de Desarrollo hasta el 2030.

Esteban Lazo, miembro del Buró Político y presidente de la Comisión, aseguró que la integralidad es un principio que no se puede dejar a un lado si se pretende un “desarrollo armónico y proporcional”.

Un ejemplo de las potencialidades de los encadenamientos y la integralidad en los planes de desarrollo fue aportado por Manuel Ma­rrero, delegado por Holguín, quien abordó otro de los sectores estratégicos de Cuba: el tu­rismo.

Recordó que el año pasado el país recibió más de tres millones y medio de visitantes ex­tranjeros, una cifra que continúa en ascenso. Hasta el momento el turismo muestra un índice de crecimiento de 13 % en relación con igual periodo del 2015.

Esos números históricos se alcanzaron, añadió el ministro del ramo, con 51 000 habitaciones hoteleras, a las que se suman 14 000 ca­pacidades del sector no estatal. Estas últimas, dijo, están funcionando con eficiencia y se han convertido en un complemento importante.

Durante el último quinquenio se han incorporado unas 11 000 habitaciones nuevas y recuperado cerca de 7 000 que se encontraban en mal estado.

El ritmo de incorporación de nuevas capacidades se ha comportado en torno a las 2 000 o 2 500 por año, pero con las nuevas inversiones en marcha se espera duplicar esa cifra en el futuro próximo, dijo.

El objetivo es satisfacer una creciente de­man­da hacia el mercado cubano, en especial después del cambio de escenario en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

Marrero refirió que existe un proyecto para construir entre el 2016 y el 2030 unas 108 000 nuevas habitaciones, sumadas a otras actividades extrahoteleras como Marinas y campos de golf.

El programa tiene identificado los posibles lugares para instalar las capacidades, si cuentan o no con los servicios básicos de electricidad y agua potable, entre otros.

A la par, añadió, se llevará a cabo un programa inversionista para elevar la categoría y los estándares de la planta actual. “No podemos cometer el error de otros países que, al tener nue­vo desarrollo, dejaron en el olvido a los hoteles viejos”.

“El turismo tiene efecto multiplicador y el sector está en condiciones de impulsar el desa­rrollo de otras áreas de la economía para crear encadenamientos productivos”.

La aspiración, puntualizó Marrero, es que este sector estratégico finalmente se convierta en una locomotora de la economía nacional, como señaló el General de Ejército en el In­for­me Central al 7mo. Congreso del Partido.

“Este es un proceso que requiere una mayor integralidad para que todo el mundo incluya en sus planes los programas de desarrollo que respaldarían esta ampliación del turismo”, señaló Marrero.

Explicó cómo los planes de infraestructura hotelera en zonas apartadas pueden redundar en beneficios para las propias comunidades.

La delegada por Matanzas, Marilyn Ro­drí­guez, resaltó la importancia de armonizar el ordenamiento territorial con esas estrategias, con el objetivo de que tenga un mayor impacto social.

“De esa manera se puede dar respuesta a las necesidades de la población que conllevan una fuente de financiamiento con la que el Go­bierno muchas veces no cuenta”, agregó.

Joaquín Carvajal, miembro de la presidencia de la Comisión, sostuvo que los nuevos polos turísticos tienen implícito un proceso in­versionista de infraestructura  que se amortizará con los mismos ingresos que generen a mediano plazo.

Una nueva zona de desarrollo requiere carreteras, agua y comunicaciones, dijo. “Este es un poder de arrastre incalculable”.

El miembro del Buró Político y comandante de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez, apuntó que las condiciones básicas deben ha­cerse con antelación.

“Esto se hace con construcciones y hemos perdido la capacidad constructiva”.

Valdés Menéndez llamó a desarrollar y ampliar las potencialidades nacionales para no depender de las empresas extranjeras para llevar a cabo los proyectos.

Por otra parte, varios delegados coincidieron en que el eje estratégico de desarrollo humano pone en alto la necesidad de que las personas intervengan, de manera integradora y consciente, en la solución de los problemas de la sociedad y que al mismo tiempo, puedan en­contrar en el salario la satisfacción de sus necesidades.

La inclusión en las bases del Plan del reclamo por la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval estadounidense, ubicada en Guantánamo, también generó in­ter­cambio entre los asistentes.

Danys Parada, delegada de esa provincia, puntualizó que, desde el punto de vista económico, la devolución aumentaría el uso del transporte marítimo, permitiría utilizar los recursos naturales de la zona, desarrollar la actividad turística, más allá de los indiscutibles beneficios para nuestra seguridad nacional.

Josefina Vidal, delegada por La Habana, explicó que, hasta hoy, la decisión de devolver ese espacio usurpado a nuestra soberanía es una facultad Ejecutiva. Es decir, el Presidente tiene la potestad mañana mismo de tomar la decisión si así lo considera.

Sin embargo, algunos sectores del Congreso estadounidense, principalmente legisladores de origen cubano opuestos al acercamiento en­tre los dos países, están haciendo esfuerzos para codificar en Ley lo relacionado con ese tema, tal como hicieron con el bloqueo en 1996.

Los debates en torno a estos temas pusieron en evidencia la complejidad de armonizar los proyectos y estrategias a corto y mediano plazo con un Plan a futuro que trace líneas maestras integrales para el desarrollo económico y social del país.

Según el informe presentado a los delegados, la elaboración del Plan de Desarrollo hasta el 2030 transita por dos etapas: la primera ya está en marcha y concluirá con los debates del VII Congreso y su posterior consulta.

En la segunda etapa se establecerán las me­tas e indicadores precisos, cuyo cumplimiento se puede cuantificar y supervisar.
Pérez Soto explicó a Granma que en ese mo­mento tocará desarrollar la planificación en su alcance temporal, pues el largo plazo marca un camino y el plan anual se convierte en el mecanismo operativo con el que se va siguiendo la ruta.

“Después hay que buscar los financiamientos para ir conformando ese plan, y entonces comienzan a jugar su papel los sectores priorizados”, añadió.

Pérez Soto destacó la importancia del debate que se ha llevado a cabo hasta ahora y el momento en que ocurre. “Que lo discutamos ahora en un Congreso del Partido y que después se haga una consulta a otros niveles es una forma muy democrática de cómo los cubanos conducimos el país y además compromete a todos los que en su momento van a intervenir en la implementación”.

La Comisión discutió finalmente el informe de los resultados del trabajo y aprobó la resolución que será presentada hoy en sesión plenaria.

UN PROGRAMA DEL MONCADA PARA EL SIGLO XXI

En la jornada matutina de este domingo los delegados reunidos en esta comisión coincidieron en que el informe presentado por el General de Ejército Raúl Castro, durante la jornada inaugural del Congreso, constituye un documento histórico que traza el camino irreversible de la Revolución.

Abel González Santamaría, delegado por Cienfuegos, lo calificó como “un nuevo programa del Moncada para el siglo XXI, una guía pa­ra la acción de las presentes y futuras generaciones” y enfatizó en el “enfrentamiento a la subversión, sobre todo hoy que son frecuentes las sugerencias de olvidar el pasado”.

No podemos perder de vista, apuntó, que desde 1996 hasta el 2015, el Congreso nor­tea­mericano asignó 284 millones para programas subversivos, denominados programas para pro­mover la democracia en Cuba. De igual for­ma, entre 1984 y 2015 fueron destinados cerca de 797 millones de dólares para transmisiones ilegales de radio y televisión. Y por si fuera poco, tres días después de la visita de Obama, se anunció un programa de apoyo a supuestos líderes emergentes de la sociedad civil, respaldado por casi 800 000 dólares.

Afirmó que ante el complejo escenario de restablecimiento de las relaciones con los Es­tados Unidos urge fortalecer el estudio de la His­toria y al mismo tiempo, es preciso destinar re­cursos para que esa enseñanza resulte atractiva.

La delegada de Mayabeque Beatriz Pérez aseguró que el informe es una clase de democracia e insistió en la importancia de someterlo a debate en los núcleos de base, de involucrar a todos en su análisis posterior como expresión genuina de la participación popular.

Ahí no solo se habla de la vida interna del Partido, sino de los desafíos del país, las deficiencias que hay que resolver, los principios de política exterior… y sobre todo, deja claro el carácter socialista e irrevocable de la Revo­lu­ción, sentenció.

También Josefina Vidal respaldó la decisión de someter a una amplia consulta con la militancia del Partido y la UJC, representantes de las organizaciones de masas y de amplios sectores de la sociedad, los documentos referidos a la conceptualización del modelo económico y al Plan Nacional de Desarrollo 2030.

“No debemos asumir estos textos como proyectos acabados. En la medida que demos ma­yor espacio al debate estaremos involucrando a más cubanos en la construcción del futuro del país y en la toma de decisiones importantes”, puntualizó.

La delegada capitalina Norbelis del Rosario Infante aludió al tema de la alimentación y los precios y resaltó la importancia de continuar debatiéndolo en aras de encontrar, con celeridad, soluciones definitivas.

Ello, insistió, solo depende de nosotros y de la creatividad y voluntad de los responsables de adoptar las medidas correspondientes. Las ex­periencias obtenidas en Santiago de  Cuba, por ejemplo, demuestran que es posible resolver las problemáticas existentes, acotó.

La necesidad de continuar elevando la participación de la mujer en actividades trascendentales fue el tema abordado por la delegada granmense Rosmery Santiesteban.

Reiteró que tal y como indica el informe, “las mujeres son el 49 % de la masa de trabajadores del sector estatal civil en el país y el 66,8 % de la fuerza de mayor calificación técnica y profesional; sin embargo, solo están ocupados por mujeres el 38 % de los cargos en los órganos del Estado, or­ganismos del gobierno, entidades nacionales, con­­sejos de la administración y organizaciones superiores de dirección empresarial.

También llamó la atención sobre la necesidad de perfeccionar e intensificar el trabajo en las comunidades, en términos de prevención y en­frentamiento a las indisciplinas sociales y las manifestaciones de corrupción, asuntos donde no siempre los militantes participan de manera enérgica.

“Hay que buscarse problemas”, sentenció, en oposición a la actitud de algunos militantes que permanecen ajenos a las problemáticas de sus comunidades, sin tener en cuenta que es allí donde se concretan las medidas.

Sobre la imprescindible labor ideológica, mu­cho más compleja en el contexto actual, abundó el Héroe de la República de Cuba Ra­món La­bañino, invitado a la Comisión. “Las enseñanzas contenidas en el documento nos salvaguardan para el futuro. Hay que aprender de nuestros líderes; hay que aprender a dirigir, a tomar decisiones correctas sin esperar las orientaciones de arriba. Hay que romper la inercia”.

El delegado guantanamero Tony Matos pu­so la mira en la ejemplaridad y la combatividad del Partido y sus militantes, quienes deben ser intransigentes ante cualquier violación, porque más allá de los perjuicios económicos, el daño moral desmoviliza.

Esteban Lazo instó a estudiar el informe pa­ra convertirlo en un arma de acción diaria y re­tomó el valor de la unidad para preservar tantos años de luchas y conquistas.

A los desafíos del país se refirió José An­tonio Carmona, delegado por la provincia de Pinar del Río y señaló, además, la confianza que en­traña tener un Partido único con una visión de futuro que pondera el bienestar del pueblo.

Nombró como asignatura irresuelta la eficiencia en la economía, y destacó la responsabilidad de los militantes de hacer un trabajo dinámico y creíble.
Frank Tejeda, delegado de Artemisa, alertó so­bre la importancia de analizar la realidad cu­bana a partir de los nuevos desafíos que se despliegan con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos; entretanto la delegada holguinera Grisel Castro enfatizó en la preparación económica que deben poseer los militantes.

Todos los temas abordados, concluyó Lazo, “hay que discutirlos con la juventud, pero hay que llegar a la conciencia mediante el análisis en las escuelas, los barrios, en el seno de las or­ganizaciones políticas y de masas, para que es­tas banderas que se le están entregando jamás las dejen caer”.

granma


Informe de Congreso del PCC plantea un reto a la sociedad cubana

El miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), Bruno Rodríguez, llamó la atención sobre el desafío que representa el Informe Central del VII Congreso de la organización política.

Durante el trabajo en comisiones del cónclave iniciado la víspera, expresó que este documento plantea un reto al Partido, a las organizaciones, a los revolucionarios, a la sociedad socialista en su conjunto.

Como parte de su intervención, Rodríguez hizo referencia a que el primer secretario del PCC, Raúl Castro, anticipó la realización de un Referendo Constitucional, en el cual cada persona votará en la soledad de las urnas por el socialismo, la Revolución y el Partido único.

Esa es un batalla que hay que dar en una sociedad muy heterogénea, con mayor diversidad de intereses individuales y familiares, en la cual existen cambios en la percepción del enemigo, que está ahí, en el Norte, dijo en alusión al imperialismo norteamericano.

Al referirse al informe de la cita que se prolongará hasta el martes en el Palacio de Convenciones de La Habana, expresó, además, que no se podría separar nunca el modelo económico y social del modelo político, pues esa es la unicidad del socialismo cubano.

Pero uno de los problemas clave que empata los dos modelos, y que nunca resolvió el socialismo -tampoco en Cuba- es que los trabajadores sientan la condición de propietarios sobre los medios fundamentales de producción, uno de los elementos principales que está en la agenda de este Congreso, manifestó.

De acuerdo con Rodríguez, con la visita a Cuba del mandatario norteamericano, Barack Obama se produjo un ataque a fondo a la concepción política, la historia, la cultura y los símbolos de la isla caribeña.

Se trató de encandilar al sector no estatal de la economía, como si el Presidente de los Estados Unidos fuera, no el defensor de las grandes corporaciones, sino de los que venden perros calientes, de los pequeños negocios en ese país, advirtió.

Al respecto, consideró que la garantía para que en Cuba haya un sector no estatal de la economía, que no sean las grandes corporaciones norteamericanas y la empresa transnacional, es el socialismo y la Revolución.

Por su parte, el delegado Homero Acosta manifestó que el socialismo al que se aspira en el país es más democrático, participativo, con más justicia social, próspero y sostenible en el tiempo gracias al esfuerzo propio.

prensa-latina


Informe Central al VII Congreso del Partido Comunista Cuba


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