Sebastián Piñera, expresidente de Chile: «Las reformas de Bachelet han sido un error»

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Por Cecilia Ballesteros

El expresidente chileno Sebastián Piñera (Santiago, 1949), de visita en Madrid para, entre otras citas, asistir al homenaje a Mario Vargas Llosa por su 80 cumpleaños repasa la situación actual en América Latina. Entre burlas y veras, el empresario y político de centroderecha no descarta presentarse a un nuevo mandato y, aunque critica a su sucesora Michelle Bachelet, muestra su «esperanza» hacia el futuro de Chile.

El ciclón Obama acaba de pasar por Cuba y Argentina. ¿Qué lectura hace de su visita a la región?

El presidente Obama está innovando en la relación entre Estados Unidos y América Latina con mucha fuerza y voluntad. Lástima que al término de su mandato, pero yo diría que la región está pasando por un momento muy difícil. En la segunda década de este siglo, América Latina entró nuevamente en crisis y es en ese contexto en que uno debiera ver esta visita. Creo que los cubanos ponen todo el énfasis en levantar el bloqueo económico, pero hay otra cosa igualmente importante y tal vez más aún, que Cuba recupere su su libertad, su Estado de Derecho, los derechos humanos y hasta ahora no han avanzado prácticamente nada hacia una verdadera democracia. Con respecto a Argentina, creo que el peronismo, que ha sido un movimiento muy popular, terminó empobreciendo al país. Siento que el Gobierno de Mauricio Macri representa una gran esperanza de cambio y de que Argentina recupere por fin la senda del progreso y del bienestar.

Brasil vive una crisis política y económica, además de una continua espiral de escándalos. ¿Cómo ve la situación?

Brasil vive una crisis total, política, económica, moral y social. Política porque hoy día Brasil no tiene Gobierno, la presidenta Dilma Rousseff está preocupada esencialmente porque no la destituyan y el expresidente Lula está preocupado de que no lo metan en la cárcel. En segundo lugar, una tremenda crisis económica y en tercer lugar, una tremenda crisis social. El grado de descontento, de violencia en las calles de Brasil es gigantesco, y finalmente una gran crisis moral con toda esta corrupción… el hecho de haber aprovechado Petrobras como caja de pago de favores políticos… La crisis se venía incubando desde el segundo Gobierno de Lula y el primero de Rousseff. Brasil lo único que hizo fue acumular desequilibrios, vivir más allá de sus medios. Hoy día los desequilibrios les pasaron la cuenta.

¿Qué evolución ve en el caso venezolano?

Si el caso brasileño es difícil, oscuro y complejo, el de Venezuela es simplemente desesperante y desesperado. Durante el boom petrolero, Venezuela recaudaba más de 100.000 millones de dólares al año con el petróleo. Debieron aprovechar esos 10 años de bonanza para haberse industrializado, construido infraestructuras, creado las bases del desarrollo y, sin embargo, los Gobiernos de Chávez y de Maduro se lo cargaron con una irresponsabilidad y una demagogia gigantesca. La crisis es casi terminal porque hay una crisis política, una falta de respeto por la separación de poderes y los derechos humanos, caos, presos políticos. Por tercer año, está en recesión y probablemente a las puertas de un default con su deuda externa. Y en lo social, el desabastecimiento, la angustia de la población, la violencia, la inseguridad…

También parece que el modelo chileno está en crisis.

Desde que Chile recuperó la democracia, tuvimos 23 años extraordinariamente luminosos. El país no solo recuperó su democracia de forma ejemplar, sino que en ese periodo, logró pasar del séptimo al primer lugar en América Latina en términos de ingreso per cápita. Hasta 2014 logramos reducir la pobreza del 40% al 8%, pasamos de ser un país de clase muy precaria a uno de clase media, tenemos tratados de libre comercio con Europa, Estados Unidos, China, India, Japón o Corea. Sin embargo, por alguna razón el Gobierno de Michelle Bachelet decidió hacer un cambio de rumbo. Empezó a implementar un conjunto de reformas tributarias, laborales, educacionales, y ahora la constitucional, basadas en una ideología socialista. Me parece un tremendo error y los resultados de dos años están a la vista: la tasa de crecimiento se redujo a menos de la mitad, la capacidad de creación de empleo y de mejorar los salarios se redujo a menos de la mitad, la inversión y la productividad están cayendo, tenemos graves problemas de seguridad ciudadana y en salud. Cuando terminó el Gobierno que yo presidí, cuatro de cada cinco chilenos pensaban que Chile iba por buen camino, hoy cuatro de cada cinco creen que va por mal camino. Estoy absolutamente convencido de que aún estamos a tiempo de corregir errores y recuperar el rumbo.

Hay quien dice que Chile podría ser terreno abonado para que surja un fenómeno similar al Podemos español…

No creo. La democracia chilena siempre se ha basado en partidos políticos serios, sólidos. Ahora, por supuesto que el populismo es un riesgo que siempre está latente.

Tampoco Chile se ha salvado de la corrupción…

Ha habido, pero yo diría que, sumando y restando, sigue siendo un país probo y honesto.

Descarta por completo presentarse a las elecciones de 2017?

No está hoy día en mis planes, pero esa decisión tendré que tomarla el próximo año, no este.

¿Entonces no lo descarta?

En la vida no hay que descartar nada, uno tiene que estar abierto y dispuesto para evaluar. Este año hay además elecciones municipales, ya vendrá el tiempo de las parlamentarias y presidenciales. No es el momento oportuno ni conveniente para empezar a pensar en candidaturas presidenciales.

El País

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