Ricardo Gebrim, dirigente de la organización política Consulta Popular (Brasil): «Sin el PMDB, el gobierno tiene más motivos para volcarse a los intereses populares»

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Por José Eduardo Bernardes

El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), oficializó este martes (29), la salida de la base aliada del gobierno nacional, días antes de la votación del impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff (PT). Bajo la articulación del vice presidente Michel Temer, los peemedebistas tendrán hasta el 12 de abril para abandonar todos los puestos ocupados en el Poder Ejecutivo.

Conformado en 1980 como partido opositor durante el régimen dictatorial brasileño (1964-1985), el PMDB se mantiene vigente desde la redemocratización de Brasil como un partido de centro, compuesto por una base heterogénea, sin un programa unificado que defina sus lineamientos. Desde hace 30 años, aunque el partido nunca hayan llegado a la presidencia de la República, sus siglas han participado de los sucesivos gobiernos nacionales y representa una de las mayores bancadas en el Poder Legislativo, logrando vigencia dentro del degradado sistema político brasileño.

Desde la victoria de Lula (PT) en las elecciones del 2002, el PMDB integra, no sin tensiones, la coalición que desde hace 12 años compone el Poder Ejecutivo brasileño. El reciente anuncio de su retirada de la base aliada, se suma a la ola de acciones que pretenden dar de baja al mandato de la presidenta Dilma Rousseff.

Para Ricardo Gebrim, abogado y miembro de la coordinación nacional de la organización política Consulta Popular, “sin duda, es un momento difícil, pero era esperado que el PMDB rompiese”. Sin embargo, según afirmó, es también el momento del gobierno retomar las pautas a la izquierda y movilizar a los sectores que comprenden la importancia de resistir.

Ahora, según Gebrim, la posibilidad de desplazar el proceso de impeachment en la Cámara de Diputados – que el gobierno parecía posible a través de la articulación realizada por el ex presidente Lula – se tornó más compleja. “Sin duda que la salida del PMDB fortalece el impeachment, pero el PMDB nunca tuvo tradición de actuar y tener control sobre toda su base parlamentaria”, explicó.

Acceda a la entrevista realizada por Brasil de Fato:

Brasil de Fato – Con la salida del PMDB como base aliada, ¿Cómo queda el gobierno?

Ricardo Gebrim – Evidentemente que eso es una mala noticia, principalmente por el impacto que esto causa y por la forma como fue hecho. Ese procedimiento del PMDB de aprobar la salida por aclamación es, la verdad, una gran jugada. Pero, tradicionalmente, el PMDB siempre fue un partido que tuvo posturas divididas y evidentemente que esa no es una posición unánime dentro del partido.

Lo que nosotros tenemos que considerar es que están creando un clima de hecho consumado. Los grande noticieros, principalmente el de la Rede Globo, que está siempre en la línea de frente, tratan como si fuese un hecho consumado: “el impeachment está dado, es prácticamente imposible revertir el impeachment”, pero el cuadro no es ese.

La verdad es que cada día que pasa aumenta la resistencia, surgen más elementos consientes entre los intelectuales, en los sectores populares, en el movimiento sindical. Entonces, no es tan simple como ellos están diciendo.

Brasil de Fato – Sin la presencia del PMDB en la base, teóricamente el gobierno perdería apoyo en el proceso de impeachment. ¿Cómo cree que podría quedar la votación en la Cámara de Diputados?

Ricardo Gebrim – Sin duda que la salida del PMDB fortalece el impeachment, pero el PMDB nunca tuvo tradición de actuar y tener control de toda su base parlamentar. Entonces, es bien razonable que una buena parte de esa base no va a acatar lo que el partido dice.

Por lo tanto, no da para tirar la toalla en este momento. Creo que hay algunos sectores, algunos parlamentares que pueden ser presionados, hay sectores que aún pueden ser convencidos. Ellos tienen que llevar 342 diputados el día de la votación, puede haber parlamentario que no asistan a la sesión especial. Eso no es tan simple.

Es sin duda un momento difícil, es un hecho duro, es una batalla complicada que perdimos en el día de hoy, pero era esperado que el PMDB se apartase, rompiese y articulase en torno a Tremer [vicepresidente] y al programa que ellos están lanzando. La cuestión es entender que no necesariamente el PMDB va a ir de forma unánime para el lado de allá.

Brasil de Fato – Frente a la determinación de dejar el gobierno hasta el día 12 de abril, el gobierno quedará sin ministros del PMDB, ¿Cómo queda la composición del gobierno de Dilma?

Ricardo Gebrim – Sin el PMDB, es un motivo más para que el gobierno de Dilma dé un guiño y una señal clara para los intereses populares. Si el gobierno no retoma esa pauta, si no fuese capaz – mismo con esas dificultades como la que tiene hoy con el Congreso paralizado en una correlación de fuerzas difíciles- de presentar medidas y planes que dejen en claro que se está dispuesto a construir con la mayoría de la población, con los sectores populares, otra manera más avanzada, él pierde la capacidad mínima de movilizar a los sectores que comprenden la importancia de la resistencia.

El gobernó tiene ahora esa obligación, libre del PMDB. Nada lo prende en este momento de optar por medidas más osadas, que comiencen a apuntar para el gobierno en el que las personas votaron.

Brasil de Fato – ¿Es posible una retomada a la izquierda en este momento de crisis política y económica?

Ricardo Gebrim – El margen político es muy estrecho, evidentemente. Tanto el margen económico, cuanto el legal, una vez que el Congreso Nacional, por donde pasan muchas de las medidas decisivas, está paralizado aguardando la votación del impeachment. Pero existe sí un margen, que puede ser ejercida, que puede ser anunciada.

Existen medidas que el gobierno puede tomar de forma mas enfáticamente, que muestren a la población que ese gobierno tiene compromiso con las transformaciones populares, tiene compromiso con el pueblo brasileño, creo que si el gobierno hiciera eso, dentro de ese pequeño margen, por menor que sea, creo que da una señal, que alimenta, da fuerza para mucha gente que, en ese momento, está percibiendo que está sucediendo y comience a entender, a cada día de pasa, lo que está en juego en el país.

Es interesante que la mayoría de la población sepa que el impeachment de Dilma no tiene nada que ver con la corrupción, ni con cualquier otra acusación de crímenes, es solo un problema presupuestario de pedaleadas fiscales. Ese hecho es ignorado por la mayoría de la población, las investigaciones están mostrando eso. Entonces, si el gobierno comienza a asumir una postura más osada, más clara, se da un guiño para el programa por el que fue electo, honrando los compromisos de aquellos que votaron en él, yo creo que el gobierno va a propiciar que las personas comprendan mejor lo que está en juego en esa disputa y comprendan mejor la naturaleza de ese golpe.

Brasil de Fato- ¿Cómo los movimientos populares recibieron la salida del PMDB del gobierno?

Ricardo Gebrim – Los movimientos nunca tuvieron ninguna esperanza que el PMDB no traicionase al gobierno. Nunca hubo mucha ilusión, principalmente en que la figura del vicepresidente Tremer no tuviese una postura de traición. Eso ya era previsto, se venía diseñando, y el propio programa que el PMDB presentó, como privatizaciones y cambios del marco regulatorio del petróleo, que es claramente neoliberal; ya era una señal del partido, para buscar componer ese conjunto de fuerzas neoliberales que está empeñada en el impeachment.

La verdad, que lo que estamos percibiendo es que los grandes medios de comunicación están creando, en torno de esa salida, la lógica del hecho consumado, de que ahora no existen más chances de resistir al impeachment. Y eso no es verdad, no es real.

Brasil de Fato – Entonces, ¿es posible decir que las manifestaciones en las calles deben ganar volumen?

Primero, nosotros tenemos que exigir que el gobierno retome el camino del programa por el cual fue electo y hasta ahora, él no ha demostrado eso. Sigue hablando de ajuste fiscal, como se no estuviese comprendido el momento histórico que estamos viviendo. Y hoy sólo tiene un camino que puede generar una fuerza social capaz de desplazar el golpe: es la capacidad de movilizar a la clase trabajadora, especialmente parar la producción y hacer más de que actos.

Los actos que fueron hechos hasta ahora, tanto contra cuanto a favor del impeachment, sólo neutralizan el campo político. El único elemento diferencial que puede cambiar esa calidad es la paralización de varias categorías importantes, un día nacional de luchas que paralice la producción, como el julio del 2013, cuando varias categorías importantes pararon. Eso puede mostrar a los sectores golpistas que habrá una resistencia fuerte, que ella tiene base social.

*Traducción: María Julia Giménez

Brasil de Fato

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