Luis Almagro, secretario general de la OEA: «A la democracia le hacen muy mal los presos políticos»

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Por Matías Bakit R.

Esta semana, Luis Almagro estará en Chile para dar una exposición en el Congreso y reunirse con la Presidenta Michelle Bachelet. Acá adelanta las razones de su visita, enumera los puntos que faltan para terminar con el conflicto en Colombia, critica fuertemente la situación en Venezuela y elogia a la Corte Suprema chilena.

«Chile es un país referente en nuestro hemisferio. Es una nación moderna, que supo salir de una dictadura terrible y construir un país avanzado que logra altos índices de bienestar social y que se destaca por su formidable capacidad para el desarrollo comercial y por la fortaleza de su democracia y sus instituciones», dice Luis Almagro, el secretario general de la OEA, respondiendo por escrito las preguntas de «El Mercurio», ad portas de la visita que realizará al país esta semana, durante la cual expondrá en el Senado y se reunirá con la Presidenta Bachelet y el canciller Heraldo Muñoz. Tendrá además un tiempo para visitar al ex ministro Alfredo Moreno, «el mejor amigo que tuve en mis cinco años como canciller (el cargo que ocupó antes de encabezar el órgano hemisférico)».

El sucesor de José Miguel Insulza -de quien dice que «redimensionó las condiciones de diálogo en el hemisferio»- afirma que «Chile tiene mucho que aportar en el contexto latinoamericano; ha sabido construir un sistema democrático sólido, con instituciones fuertes, con una cultura democrática que permea la sociedad y que mantiene al sistema político bajo permanente escrutinio. Ha demostrado también ser una potencia en afrontar catástrofes naturales. Creemos que Chile puede aportar a la región, en especial a los países centroamericanos y caribeños, su experiencia y conocimiento en esta área».

-¿Cuáles son los principales desafíos de la OEA hoy?

-Nuestra agenda es de fortalecimiento de la democracia y de asegurar más derechos para más gente. Se han ido abriendo espacios para las oposiciones de los países, otorgando cada vez más garantías a los derechos civiles y políticos, en hacer los procesos electorales más transparentes y legítimos, en facilitación de diálogo y en lucha contra la corrupción y atacando aquellos aspectos que erosionan las democracias, como la financiación indebida de partidos políticos. Las democracias no deben ser solamente ejercicios electorales, sino que tienen que ser cada vez más plenas en asegurar los derechos de participación política de la ciudadanía. Si ustedes analizan nuestras acciones en el continente, eso queda más que demostrado. Ponga el nombre del desafío que quiera y verá que lo hemos asumido.

-¿Qué iniciativa concreta destacaría?

-Entre nuestras iniciativas estratégicas, el impulso de una Escuela de Gobierno creada para gestionar la conflictividad social en las industrias extractivas, la interconectividad del Caribe, la creación de un sistema interamericano de educación, y la atención a los desastres naturales. Internamente, es necesario implementar plenamente la Visión Estratégica decidida por los países, y desde el primer día estamos trabajando en ello. Hemos reestructurado la Secretaría General y estamos colaborando con los Estados para generar un esquema financiero que aporte sostenibilidad a la organización.

-Un tema complejo en el continente es el conflicto en Colombia. ¿Qué rol le compete a la OEA ahí?

-El esfuerzo que realiza el gobierno del Presidente Santos es el camino adecuado, porque, luego de más de medio siglo de conflicto, los colombianos tienen derecho a vivir en paz y recoger los frutos de dicha paz. Sabemos que no es un camino fácil, y es evidente que, una vez que se alcance la paz, va a haber muchos desafíos en los que la OEA va a colaborar donde la necesiten. Ni el Gobierno ni las FARC han resuelto aún si el grueso de los acuerdos de paz serán verificados o necesitarán acompañamientos y apoyo, y los temas fundamentales, que son el 90 por ciento del proceso, están en la reintegración de los ex combatientes, el desarrollo territorial, la sustitución de cultivos ilícitos, la participación política y la justicia transicional. La OEA tiene las mejores condiciones para colaborar, porque ninguna otra organización tiene tanta gente en el terreno, salvo la Iglesia y la Cruz Roja.

-¿Cómo ha sido su relación con el gobierno venezolano?

-Hemos insistido públicamente en el respeto y la defensa de los intereses de los más débiles. Hoy nos preocupa la gente. Es lo que más nos preocupa: la situación humanitaria, lo que sufre la gente, lo que no llega al pueblo. El desasosiego y la angustia que sufre cuando hay escasez de medicamentos y comida. Esta debe ser una preocupación del Gobierno y de la oposición, y es para nosotros el tema prioritario a resolver hoy.

«En democracia es necesario que haya dialogo entre gobierno y oposición, y que se mantenga el equilibrio de poderes, el respeto por la voluntad del electorado y que todos tengan las mismas garantías que otorga el Estado de Derecho, aspectos estos válidos para todo el continente y no solo para Venezuela. La ley vale para todos; todos los actores políticos, ya sean Gobierno u oposición, tienen que apegarse al Estado de Derecho, a la Constitución y a los principios de funcionamiento de la democracia, y no deben promover nada fuera de la Constitución».

-¿Qué le parece que la Corte Suprema chilena pidiera a la OEA informes sobre la situación de Leopoldo López y Daniel Cevallos?

-A la democracia le hacen muy mal los presos políticos, en cualquier lado y todos los presos, se llamen como se llamen. En el caso concreto de Leopoldo López ya hice un extenso análisis de su condena y quedó claro que su sentencia dejó en manos de análisis judiciales muy subjetivos la interpretación de los discursos políticos opositores y el derecho a la asociación, algo que está en la base de la actuación de los partidos políticos.

«Que la Corte chilena haya tenido una iniciativa al respecto tiene un valor moral muy alto, por el largo camino que ha tenido que recorrer Chile y por todos los sufrimientos que ha padecido su país».

-¿Qué evaluación tiene del referendo boliviano?

-Respecto del resultado: respetamos la voluntad popular. La OEA envió una Misión de Observación Electoral a Bolivia, y el día después la misión emitió un informe preliminar alabando el espíritu cívico de los bolivianos, que también incluyó, como siempre, unas recomendaciones para mejorar el sistema electoral, basadas en sus observaciones.

-¿Cuál es su posición en el conflicto entre Chile y Bolivia?

-El caso está en la Corte Internacional de Justicia y la misma tiene competencia privativa. Es improcedente alimentar el caso con ninguna opinión o declaración. Y mucho menos a este nivel.

El Mercurio

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