Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina: «Nosotras no pedimos una entrevista con Obama»

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Por Victoria Ginzberg

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo cree que Obama no debe ir a la ex ESMA y cuenta que dejarán una nota en la embajada norteamericana con sus reclamos. Dice que no hay entrevistas previstas, aunque no se negarían a reunirse, si él se los pidiera.

En la casa de las Abuelas de Plaza de Mayo la actividad es continua, aunque sea viernes por la tarde y la semana se esté acabando. Entre las placas, cuadros, dibujos, fotos y afiches con agradecimientos y reconocimientos de agrupaciones sociales, gremiales y escuelas y organismos internacionales que se ven siempre en las paredes, hay ahora un pequeño cartel de Ni Una Manos en la puerta de la oficina de Estela Carlotto. Y, tal vez por la cercanía del día de la Mujer, se destacan otros dos, sobre la sala de reuniones, que dicen: “No queremos flores, queremos igualdad”. La presidenta de las Abuelas se disculpa, dice que está cansada. Tiene 85 años y una agenda casi sin huecos. El día anterior, cuenta, fue a un acto en el que recibió una distinción y antes estuvo en la embajada italiana. En marzo, con la cercanía del aniversario del golpe de Estado, los compromisos se duplican: charlas, homenajes, solicitudes de entrevistas de periodistas de todo el mundo. Pero Estela finalmente se sienta, se acomoda su conjunto azul, y habla con Página/12.

La presidenta de Abuelas repasa y detalla la reunión que hace diez días tuvo, junto a otros miembros de organismos de derechos humanos, con el presidente Mauricio Macri y las versiones que comenzaron a circular desde que se supo que el presidente norteamericano Barack Obama visitaría el país el 24 de marzo. Es bastante clara. Cuenta que las Abuelas de Plaza de Mayo no pidieron una reunión con el presidente de Estados Unidos ni hay ninguna entrevista arreglada. Que lo más seguro es que le hagan llegar una carta con pedidos de colaboración en la desclasificación de archivos y búsqueda de hijos de desaparecidos a la Embajada, aunque, si Obama pidiera verlas, no se opondrían. También dice que cree que Obama no debería ir a la ex ESMA, habla del rol del Departamento de Estado en tiempos de Henry Kissinger en los golpes de Estado en Latinoamérica y la Doctrina de Seguridad Nacional, aunque también reconoce el rol posterior del presidente Jimmy Carter y su secretaria de Derechos Humanos Patricia Derian. De la conversación se desprenderá que lo que no quiere es que, con este asunto, Macri saque un rédito político que no se merece y los organismos de derechos humanos queden en el medio. “Dijeron que Obama venía a reconocerlo por su contribución a los derechos humanos. Nosotros nos preguntamos ¿qué derechos humanos defendió Macri?”

–¿Va a encontrarse con Obama? Hay medios que lo dan por hecho.

–En la conferencia de prensa que hicimos después de la reunión con Macri nos preguntaron si aceptaríamos verlo. Dijimos que sí, que es un presidente de un país al que le tenemos que reclamar y pedir algunas cosas. Hablamos de la necesidad de pedir la desclasificación de archivos. En la reunión los funcionarios dijeron que había muchos archivos ya desclasificados y nosotros dijimos que faltan muchísimos. Y en el tema particular de Abuelas, queremos que la justicia norteamericana, los jueces, se avengan a colaborar en la identificación de los nietos con la asistencia de la justicia del país, con un extraccionista que documente la veracidad de a quien se le extrae la sangre, que es lo que marca la ley de Banco Nacional de Datos Genéticos. Ha habido problemas. Es difícil llegar a una persona si hay una denuncia sin acompañamiento de la justicia. Hubo con Estados Unidos un caso de un nieto, Martín Ogando, el nieto de Delia Giovanola, pero el nieto vino.

–¿Le parecería bien que Obama vaya a la ex ESMA?

–Creo que no es conveniente. Es una fecha muy delicada. El 24 de ninguna manera. Que venga el presidente de un país que fue el que hizo la Doctrina de Seguridad Nacional… el país de Kissinger y de la formación para reprimir en Latinoamérica.

–¿Y si fuera en otra fecha?

–Creo que no, que no tiene sentido.

–¿El Espacio de Memoria no es un lugar que se hizo para que todos puedan ir a conocer qué pasó durante el terrorismo de Estado? Y que personas de todo el mundo puedan verlo…

–Por supuesto. Es un lugar abierto y muchos presidentes lo visitan. Pero… creo que sería diferente si tuviéramos un gobierno con una sensibilidad distinta. Creo que más que molestarnos Obama nos molesta la insensibilidad del Gobierno, que trata de cambiar la terminología de lo que fueron los derechos humanos y la dictadura cívico militar.

–¿Le preocupa que Macri haga un uso incorrecto de esa visita?

–Está la necesidad de quedar como un líder de los derechos humanos. Se comentaba, porque nosotros desconocemos la agenda de Obama acá, que venía a distinguir a Macri por los derechos humanos. Nosotros nos preguntamos ¿qué derechos humanos defendió Macri? Obama hace lo mismo que hicieron con él, a quien premiaron sin conocerlo. Después vinieron tantos ataques a tantos países.

–Menciona a Kissinger y la Doctrina de Seguridad Nacional. Pero también estuvo Argelia y la escuela francesa para los represores y luego Francia fue activa en pedir justicia por los crímenes de la dictadura. Y a la vez Estados Unidos, después, durante el gobierno de Carter cambió algunas posiciones.

–Pero en el Pentágono se planificó la muerte de todos los latinoamericanos molestos. A Carter lo rescatamos, hay que reconocerlo. A Patricia Derian también. Pero cuando se habla de la visita de la Comisión Interamericana, hay que distinguir que no es el gobierno de Estados Unidos, es una comisión de países americanos.

–¿Esperan un mensaje de Obama en ese sentido, una especie de pedido de perdón en términos institucionales?

–Lo que queremos es que respete los lugares, que no vayan. Me llamó un funcionario de la embajada. Muy respetuosamente me preguntó mi opinión sobre la visita de Obama. Y le dije que es un presidente que viene a visitar a otro presidente, son dos gobiernos constitucionales que se van a ver, para tratar problemas de ambos países. Pero sobre la visita a la ex ESMA le dije que era un lugar y una fecha de mucha sensibilidad para nosotros. Y que lo que más me preocuparía, porque es un lugar abierto, que los jóvenes, que están enojados, le hagan pasar un mal momento. Me preguntaron si pedí ver a Obama, le dije que no. Creo que nosotros vamos a mandar a la Embajada un sobre con los pedidos que le vamos a hacer. Suponiendo que Obama quiera él vernos, creo que iríamos. No a la ex ESMA. A Macri le habíamos pedimos que con la visita de Obama, si venía el 24, la Casa de Gobierno iba a estar súper vallada y protegida y que nosotros queríamos tener la libertad de hacer el acto. Y dijo que sí. Y vemos que Obama se va a Bariloche.

–¿Cree que por eso se va a Bariloche?

–Sí.

Página 12

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