La asignación de recursos para 30 universidades públicas se duplicó en 8 años
El presupuesto inicial con el que las entidades de educación superior cuentan cada año, por parte del Estado, casi se duplicó en los últimos ochos años (2009-2016) de forma global.
Esto se debe, principalmente, a que en la Constitución del 2008 y, luego en la Ley de Educación Superior (2010) se estableció la gratuidad de la educación hasta el tercer nivel (pregrado). Hasta el 2008, la mayoría de instituciones públicas tenía la potestad de cobrar aranceles a los estudiantes, con lo que cubrían en parte sus presupuestos operativos, pero a partir del 2009 dependen exclusivamente de las asignaciones del Gobierno central.
Para este año, el presupuesto inicial total para 30 universidades y escuelas politécnicas es de casi USD 1200 millones, según los registros del Ministerio de Finanzas. Esto es casi el doble del 2009, cuando se asignaron USD 632 millones. También hay que tomar en cuenta que en el 2009, el Estado financiaba a 26 universidades, actualmente se han sumado cuatro a la lista: las universidades de las Artes, de Educación, Amazónica y Yachay.
El crecimiento del gasto público en educación superior le ha posicionado al país como uno de los que más invierte en este sector, a nivel regional. En el 2015, esta asignación llegó a representar el 5,9% del total del gasto del Gobierno. Pero, según la Senescyt, el esfuerzo de financiamiento que realiza el Estado se ve disminuido por la subejecución presupuestaria de hasta el 20% y por una sobreadministración (4 de cada 10 dólares que invierte el Estado se destinan al área administrativa)
Aunque, han ido mejorando en los últimos años. Por ejemplo: en el 2012 el 54% del gasto total era para administración, dos años después, en el 2014, cayó al 35%.
Si se toma en cuenta la distribución de los recursos, de acuerdo con la categoría en la que están se ve que solo dos están en la A; 10 están en la B. Otras 7 están en la C y 6 en la D.
También hay que destacar que actualmente cinco universidades no están en ninguna categoría: las cuatro creadas en los últimos años y la ESPE. Esta última, según un comunicado del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) del pasado lunes 1 de febrero del 2016, se encuentra en evaluación.
La categoría que recibió esta entidad por el ex Conea fue la A. Asimismo está en proceso de acreditación la Universidad Agraria del Ecuador (D); en recategorización están las universidades públicas: de Cuenca, que está en categoría B, Nacional del Chimborazo, Técnica de Cotopaxi, Técnica de Manabí y la Politécnica Agropecuaria de Manabí Manuel Félix López, que están en categoría C.
Las universidades que lideran la lista por presupuestos asignados en estos ocho años son las universidades de Guayaquil, que está en categoría D y la Central del Ecuador, que se encuentra en la B y que son las que más estudiantes tienen. De acuerdo con la Senescyt, la distribución de recursos para las instituciones públicas considera cinco criterios: calidad, excelencia, eficiencia administrativa, académica y número de estudiantes.
Este Diario solicitó a esta entidad el número de alumnos matriculados por años de cada universidad, a lo que respondió que “antes de la implementación del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior no existía un levantamiento de datos centralizado. Las otras fuentes son encuestas y no registros administrativos y tienen problemas metodológicos”. La información del 2015 se levantará en este año con los registros administrativos de las universidades.