Gobierno y partidos políticos sellan pacto para impulsar el proceso de paz
“Todos menos uno”. Así definió en la noche del martes el presidente Juan Manuel Santos la conformación de la nueva Unidad para la Paz, una coalición política que impulsará los diálogos con las Farc y que está conformada por los partidos que tienen asiento en el Congreso, excepto el uribista Centro Democrático.
La oficialización de esta nueva coalición se consolidó en una cita convocada por la Casa de Nariño, a la cual acudieron voceros de las colectividades y en la que quedó claro que, más allá de las diferencias ideológicas y de las posturas políticas, la consolidación del fin del conflicto es un asunto que les compete a todos.
La cita, liderada por Santos y su ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, comenzó pasadas las 4 de la tarde y se extendió a lo largo de dos horas. A ella también asistieron la ministra de la Presidencia, María Lorena Gutiérrez, y el jefe de la delegación oficial de paz, Humberto de la Calle. Se repartieron café y panecillos de queso.
Lo que quería el mandatario, y así lo cumplió, era que las bancadas ratificaran el apoyo a los desarrollos legales que requieren los acuerdos con las Farc en La Habana, y consolidar su compromiso en la campaña por el ‘sí’ en el plebiscito refrendatorio, que convocará a los colombianos a las urnas, lo más probable, en el primer semestre de este año.
“La decisión es crear un pacto por la paz. La paz no es de Juan Manuel Santos ni de mi Gobierno, es de todos y cada uno de los 48 millones de colombianos”, precisó en una declaración el Jefe de Estado, rodeado de los voceros de los partidos, al término de la cita palaciega.
A este encuentro asistieron delegados de los partidos Liberal, Conservador, ‘la U’, Cambio Radical, Polo, Alianza Verde, Mira, Mais, ASI y Opción Ciudadana, colectividades que se comprometieron a respaldar los desarrollos legislativos de los acuerdos de paz e impulsar la refrendación, pero, en algunos casos, sin apoyar del todo al Gobierno de Santos.
“Por encima de diferencias –dijo Santos–, por encima de si están o no de acuerdo con las políticas y decisiones del Gobierno” se oficializó esta nueva coalición.
“Todos menos uno han manifestado su apoyo a la paz. Lo que se consolida es un gran bloque donde están la izquierda, el centro y la derecha, en diversos matices, pero todos comprometidos en trabajar por la terminación del conflicto armado y la construcción de la paz”, precisó Santos, quien agradeció “este gesto generoso y patriótico”.
El senador Antonio Navarro, de Alianza Verde, aseguró que “mantenemos la independencia, pero estamos con el proceso de paz”, algo que fue respaldado el copresidente liberal, Horacio Serpa, quien calificó el encuentro como “esperanzador”.
Si bien el encuentro en Palacio giró en torno a los diálogos en La Habana, un tema que tocaron los congresistas invitados fue el reciente impasse por la ‘visita pedagógica’ de delegados de las Farc con guerrilleros armados en La Guajira, lo que generó el rechazo de diversos sectores.
Las colectividades políticas hicieron un llamado para que sea superado este inconveniente y continuar así con el buen ritmo de las conversaciones de paz.
Uno de los hechos que ayudó al buen tono de la reunión se dio cuando la Casa de Nariño le entregó al senador Horacio Serpa (Liberal) una de las cajas de almendras (con los colores amarillo, azul y rojo) que en los últimos días han generado debate. Serpa se comió primero una azul para saludar a sus colegas conservadores presentes en el encuentro.
Como la apuesta ya está hecha, y el mandatario no quiere dejar que su principal bandera pierda fuerza, ratificó que “las divisiones” no pondrán “en peligro el mayor logro histórico de los últimos tiempos”.
Antes del encuentro con el Presidente, en algunos sectores políticos había interés por conocer la postura de Cambio Radical, partido del vicepresidente Germán Vargas Lleras. Sin embargo, esa colectividad hizo presencia en la oficialización en la Casa de Nariño de la nueva Unidad para la Paz y ratificó que el proceso va más allá de cualquier cálculo electoral.
“No tenemos por qué reafirmar un compromiso que ya tenemos con el Presidente y su principal bandera, que es el proceso de paz; además, el señor Vicepresidente hace parte del Gobierno”, enfatizó el representante Rodrigo Lara, presidente de Cambio Radical.
Como este habrá más encuentros en los próximos meses, en especial porque la campaña por el sí en el plebiscito por la paz será el nuevo gran reto de los diálogos de La Habana y el respaldo de los partidos, que mueven su electorado en las regiones, será clave para consolidar este objetivo.
Al nuevo pacto por la paz también se espera que se sumen sectores empresariales, civiles, sociales, sindicales y otras fuerzas que respalden la salida negociada a más de 60 años de guerra en Colombia.
Guerrilleros ya estarían viajando a La Habana
Versiones extraoficiales que circularon en la noche del martes indicaban que se habrían acordado las condiciones para el regreso a Cuba de los guerrilleros de las Farc que estuvieron en un acto en La Guajira.
Este arreglo se habría concretado después de que delegados de los países garantes, Cuba y Noruega, se reunieron en La Habana con miembros de la delegación de la guerrilla en procura de buscar una solución al impasse suscitado con las Farc en Conejo, corregimiento de Fonseca.
Este hecho produjo una fuerte polémica en distintos sectores políticos y sociales del país, que señalaron a las Farc de realizar proselitismo político armado. La reunión de ayer se produjo un día después del encuentro en La Habana entre los cancilleres de Cuba, Bruno Rodríguez, y de Noruega, Borge Brende, también con el fin de encontrar una solución al asunto.
En ese encuentro quedó claro que para poder sacar desde Colombia a los negociadores de la guerrilla era necesario activar protocolos y esto implicaba unos traslados a nivel interno y externo, y además de condiciones de seguridad.
Gacetilla presidencia
“Por eso hoy –por encima de diferencias, por encima de si están o no de acuerdo con las políticas y decisiones del Gobierno– la gran mayoría de los diversos partidos y movimientos representados en el Congreso han manifestado su apoyo a la paz”, expresó el Presidente Santos tras una reunión con voceros de las fuerzas políticas.
El Gobierno y la gran mayoría de los partidos políticos acordaron este martes un Pacto por la Paz, tras una reunión encabezada por el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, en la Casa de Nariño.
“Acabamos de terminar una reunión con los representantes de los diferentes partidos y las comisiones primeras del Congreso para revisar la agenda legislativa, el proyecto de Ley de Orden Público y el Acto Legislativo para la Paz”, informó el Mandatario y agregó que “una de las conclusiones a las que llegamos es la decisión de crear el Pacto por la Paz”.
El Jefe de Estado reiteró que la paz no es algo suyo, ni del Gobierno, sino de todos los colombianos.
“Por eso hoy –por encima de diferencias, por encima de si están o no de acuerdo con las políticas y decisiones del Gobierno– la gran mayoría de los diversos partidos y movimientos representados en el Congreso han manifestado su apoyo a la paz”, expresó.
Explicó que lo que hoy se consolidó “es un gran bloque político –donde están la izquierda, el centro y la derecha, en sus diversos matices– comprometido a trabajar por la terminación del conflicto armado y la construcción de la paz”.
Precisó que en ese pacto están el Partido de la U, el Partido Liberal, Cambio Radical, el Partido Conservador, la Alianza Verde, el Polo Democrático, los partidos Mira, MAIS, ASÍ y Opción Ciudadana, “diciendo sí a la paz”.
El Presidente señaló que el objetivo común es garantizar una paz estable y duradera para Colombia.
“Por eso agradezco, en nombre de los colombianos, en nombre de las nuevas generaciones, este gesto generoso y patriótico”, sostuvo.
Indicó que en la reunión estuvieron partidos que forman parte de la coalición de gobierno, partidos independientes y otros que están en franca oposición, lo que consideró como es respetable.
“Pero todos los presentes, sin excepción, apoyan la solución dialogada al conflicto armado”, agregó.
El Presidente Santos dijo que las fuerzas políticas trabajarán juntas en la divulgación y pedagogía sobre el proceso de paz y sus acuerdos; y en la adopción de las reformas legislativas –como la de la ley de orden público, que se tramita ahora en el Congreso– necesarias para garantizar la paz.
“Juntos vamos a trabajar para garantizar el éxito del plebiscito en el que los colombianos decidirán si aprueban o no el acuerdo final que se logre en La Habana”, continuó el Mandatario.
Advirtió que los colombianos no pueden darse el lujo “de que las divisiones pongan en peligro el mayor logro histórico de los últimos tiempos, que es la paz”.
Manifestó que “el Pacto por la Paz es de puertas abiertas y una demostración de sensatez y de unión de los diferentes partidos y movimientos políticos del país. Y esperamos que se unan– gusten o no de este gobierno, no importa– los sindicatos, los empresarios, los artistas, los intelectuales, los jóvenes, los campesinos, ¡todos los colombianos!
“Así que esta es la mejor noticia para el país: superando las diferencias políticas ¡hoy nos unimos por la paz!”, concluyó.
Declaración del Presidente sobre el pacto de la paz
Acabamos de terminar una reunión con los representantes de los diferentes partidos y las Comisiones Primeras del Congreso para revisar la agenda legislativa y el proyecto de Ley de Orden Público y el acto legislativo para la paz que está tramitándose en el Congreso.
Una de las conclusiones a las que .llegamos es la de crear un Pacto por la Paz.
La paz –lo he dicho muchas veces– no es de Juan Manuel Santos, no es de mi gobierno: es de todos y cada uno de los 48 millones de colombianos.
Por eso hoy –por encima de diferencias, por encima de si están o no de acuerdo con las políticas y decisiones del Gobierno– la gran mayoría de los diferentes partidos y movimientos representados en el Congreso, yo diría todos menos uno, han manifestado su apoyo a la paz.
Lo que hoy se consolida es un gran bloque, donde está la izquierda, el centro y la derecha, en sus diversos matices, pero todos comprometidos a trabajar por la terminación del conflicto armado y por la construcción de la paz que seguirá a esa terminación del conflicto armado.
Estuvieron presentes y aquí están el Partido de la U, el Partido Liberal, Cambio Radical, el Partido Conservador, la Alianza Verde, el Polo Democrático, los partidos Mira, MAIS, Así, la Alianza Social Indígena, y Opción Ciudadana, todos diciendo sí a la paz.
Nuestro objetivo común es uno solo: garantizarle a los colombianos una paz que sea estable que sea duradera.
Y repito: este pacto no es alrededor del Gobierno o del Presidente. Es sobre la paz.
Por eso agradezco, en nombre de todos los colombianos, en nombre de las nuevas generaciones que van a ser las que van a beneficiarse con esta paz, este gesto generoso y patriótico.
Aquí hay partidos que forman parte de la coalición de gobierno, hay partidos independientes, hay partidos que están en franca oposición, que es respetable, así es la democracia, y que seguirán oponiéndose a algunas o muchas de las políticas de mi gobierno.
Pero todos los presentes, sin excepción, apoyan la solución dialogada al conflicto armado.
Juntos vamos a trabajar en la divulgación y pedagogía sobre el proceso de paz, sobre los acuerdos a que lleguemos en La Habana.
Juntos vamos a trabajar en la adopción de las reformas legislativas –como la de la Ley de Orden Público, que se tramita en este momento en el Congreso– que son necesarias para implementar y garantizar la paz.
Juntos vamos a trabajar para garantizar el éxito del plebiscito en el que los colombianos van a decidir si aprueban o no el acuerdo final que se logre en La Habana.
No nos podemos dar el lujo de que las divisiones pongan en peligro el mayor logro histórico de los últimos tiempos, que es precisamente la paz.
El pacto por esta paz es de puertas abiertas y una demostración de sensatez y de unión de los diferentes partidos y movimientos políticos del país.
Una demostración además de la madurez de nuestra democracia, podemos ponernos de acuerdo sobre cosas que realmente sean importantes para todos y seguir las diferencias sobre otros aspectos.
Y esperamos que se unan a este pacto– gústenles o no el gobierno, no importa– los sindicatos, los empresarios, los artistas, los intelectuales, los jóvenes, los jóvenes que son también los grandes beneficiarios de esta paz, los campesinos, ¡todos los colombianos!
Porque tenemos que dejar atrás esta absurda confrontación entre hijos de una misma nación, y tenemos que comenzar a sanar las heridas y a construir esa paz.
Así que esta es la mejor noticia para el país: superando las diferencias políticas ¡hoy nos unimos por la paz!
Muchas gracias
AUDIO
El otro tribunal para la paz que propone el uribismo
Sería exclusivo para militares y civiles comprometidos en el conflicto armado, y contempla como máxima pena cinco años de prisión y beneficios de libertad condicional. La propuesta será presentada al Congreso.
La información de que el exministro Diego Palacio Betancourt, uno de los altos exfuncionarios del gobierno de Álvaro Uribe condenados, estaría pensando en acogerse a los beneficios de la justicia transicional acordados entre el gobierno y las FARC, generó molestias y reacciones de todo tipo en el Centro Democrático.
No es para menos. El uribismo ha rechazado sistemáticamente la jurisdicción especial de paz que gobierno y FARC acordaron en La Habana para sancionar los graves delitos cometidos por la guerrilla en medio siglo de conflicto.
Ese acuerdo también contempla un componente diferenciado, según lo ha explicado el gobierno, que acogerá a militares y policías que hayan cometido delitos en el marco del conflicto.
Sin embargo, el caso del exministro Palacio es bastante particular al tratarse de un civil que ninguna relación ha tenido con el conflicto. Su intención de acogerse a esos beneficios puede obedecer al desespero con el que, según sus cercanos, ha afrontado la privación de la libertad.
Hay una información, aún no confirmada, que el exministro Palacio habría tenido algún contacto con Álvaro Leyva y el abogado de las Farc, Enrique Santiago, quienes le habrían dibujado esa posibilidad. Se dice que podría ser una estrategia para sumar al uribismo al proceso de paz, y el exministro, pensando más en su situación, la contemplaría como una buena posibilidad.
La otra que analiza el exministro Palacio proviene del uribismo. El senador Alfredo Rangel le envió el borrador de lo que sería un proyecto de reforma constitucional para crear un tribunal de paz exclusivo para civiles y militares que no hayan tenido vínculos con organizaciones terroristas.
En diálogo con Sermana.com Rangel explicó la columna vertebral de este nuevo tribunal de paz, contenido en el proyecto que está diseñando, y que presentará al Congreso el próximo mes de marzo.
“Lo que estamos analizando es la propuesta legal para crear un tribunal distinto al que se ha creado para la guerrilla. Este sería exclusivamente para militares y civiles, sería independiente, garantizará el debido proceso”, explica Rangel.
Este tribunal contemplaría penas de hasta cinco años de prisión para civiles y militares. Y quienes sean procesados podrían quedar en libertad provisional mientras se les define su situación.
Este nuevo tribunal, además, tendría la facultad de revisar sentencias ya impuestas por la justicia colombiana, o asumir procesos que estén en curso pero que aún no hayan derivado en condenas. “Sería totalmente diferente al que se acordó en La Habana. Creemos que no se debe mezclar en el mismo saco la guerrilla, los militares y los civiles”, aclaró.
Para Rangel, la propuesta del Centro Democrático, que hasta el momento se desconoce en quién esté pensada, garantizará que no habrá impunidad, pues a diferencia de lo que se acordó en La Habana, “no basta con reconocer un delito para que ningún criminal pise un solo día de cárcel”.
Según el senador, el exministro Palacio ha hecho algunos “comentarios positivos” a la propuesta, y aclaró que esta debe verse a la luz de las reformas contempladas para poner fin al conflicto.
Es probable que el uribismo presente esta iniciativa y que llegue a acuerdos con el gobierno en torno a ella. Por lo menos Rangel invita al ejecutivo para que sea en el Congreso donde se discuta con garantías, y no se archive sin debates por provenir de la oposición.
«En el Congreso buscaremos estos acuerdos. No queremos hacer tratos detrás de las costosas cortinas de la Casa de Nariño ni comer almendras”.
La propuesta parece utópica, pero podría ser una alternativa para que el uribismo se sume al proceso de paz.