Fujimori vs. Guzmán – Por Alfredo Torres
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
En medio de la batahola generada por los dictámenes del Jurado Nacional de Elecciones, ante los errores cometidos por el partido Todos por el Perú en su desprolija inscripción, su candidato presidencial Julio Guzmán ha seguido ganando respaldo popular. En la encuesta de Ipsos de este mes, registra 18% de intención de voto, muy lejos del 5% que registró en enero. En el camino, las encuestas de GfK, CPI y Datum registraron 10%, 14% y 17%, sucesivamente. Es probable que la visibilidad alcanzada por Guzmán como consecuencia de esta controversia y la naturaleza formal –y no moral– del caso haya coadyuvado al avance de su candidatura.
El crecimiento de Guzmán ha sido a costa de todos sus principales contendores. Keiko Fujimori bajó de 33 a 30%, Pedro Pablo Kuczynski, de 13 a 9%; César Acuña de 13 a 6%; y Alan García, de 8 a 5%. El retroceso de PPK es importante: por primera vez su respaldo cae por debajo del 10%. La caída de Acuña es estrepitosa: en un mes perdió la mitad de su electorado. La contracción de García es embarazosa: lo pone apenas por encima de la valla electoral.
En el caso de Fujimori, la pérdida de tres puntos no es tan grave, pero el surgimiento de un rival que podría derrotarla en la segunda vuelta sí lo es. A diferencia de lo que ocurre con otros candidatos, el escenario de una segunda vuelta entre Fujimori y Guzmán termina con una diferencia mínima, dentro del margen de error. Ello se debe tanto a que Guzmán tiene un reducido antivoto como a que Fujimori ha incrementado el suyo el último mes, lo cual podría deberse a la iracunda reacción de algunos dirigentes de su partido a los insultos recibidos por su candidata en una contramanifestación en Arequipa.
El desplome de Acuña es significativo porque ocurre luego de denunciarse los plagios en su tesis doctoral y su apropiación del libro del profesor Otoniel Alvarado. El debate sobre si a los peruanos les parecería una falta menor el plagio queda parcialmente zanjado: al 78% le parece un hecho grave o muy grave. Sin embargo, solo 58% piensa que las acusaciones contra Acuña son totalmente ciertas, mientras que 28% cree que cometió faltas involuntarias y 10% que las acusaciones son falsas. Lo que revela que la caída de Acuña en su intención de voto no sería solo por estos hechos sino también porque no habría sabido llenar las expectativas que despertó y porque Guzmán habría terminado arrebatándole al electorado golondrino.
A falta de grandes diferencias ideológicas, un tema central en esta campaña es el contraste entre experiencia y novedad. Si bien 63% declara preferir candidatos con experiencia política, los candidatos que muestran mayor crecimiento son los que recogen el sentir de 34% que prefiere alguien nuevo en política. Y en este campo, más valen las percepciones que la realidad. Por ejemplo, la principal razón de voto por el veterano político Acuña es porque “es nuevo”, mientras que Fujimori es considerada experimentada a pesar de su juventud. En el caso de Guzmán, sin embargo, no hay dudas: la gran mayoría lo califica de nuevo en política y la principal razón para votar por él es, precisamente, esa característica.
De los restantes 12 candidatos que siguen en carrera solo dos han subido en el último mes: Verónika Mendoza y Alfredo Barnechea, ambos posiblemente por actuaciones destacadas en entrevistas en televisión. El hecho es doblemente relevante, de un lado, porque de seguir creciendo pasarían la valla electoral y, del otro, porque de ser excluido Guzmán del proceso electoral se beneficiarían de su salida. La encuesta de este mes encuentra – como la de enero – que el candidato más favorecido con la eventual exclusión de Guzmán sería PPK pero no de manera muy significativa. También se irían algunos votos hacia Fujimori y Acuña y otros hacia Mendoza y Barnechea. Sin embargo, si el criterio de la novedad prevalece en la motivación de esos votantes, los principales beneficiarios serían Mendoza y Barnechea.
Para cuando salga la próxima encuesta de Ipsos, el JNE ya habrá resuelto en última instancia sobre la viabilidad de la candidatura de Guzmán. Si resuelve a favor, el proceso del que habrá salido victorioso lo habrá beneficiado políticamente, en desmedro de los demás contendores. Si resuelve en su contra, sus simpatizantes sentirán que se les ha expropiado su derecho al voto. Independientemente del tema de fondo, está claro que esta situación no debe volver a presentarse. El JNE debe resolver este tipo de situaciones mucho antes, no cuando faltan menos de 50 días. Como lo ha sostenido la asociación civil Transparencia, la reforma del sistema electoral debe ser una de las mayores prioridades del próximo Congreso de la República.