Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional de Cuba: “Hemos estado acostumbrados a que en determinados momentos los recursos aparezcan y ya no es así”

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Por Tubal Páez

Concluida la primera reunión del año con los presidentes de las asambleas provinciales y del municipio especial Isla de la Juventud, conversamos con Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional, sobre los resultados del encuentro y otros temas, entre ellos el aniversario 40 del Poder Popular.

En las exposiciones y análisis durante dos días en La Ha­bana participaron también Marino Murillo Jorge, ministro de Economía y Planificación y miembro del Buró Político; Ulises Rosales del Toro, vicepresidente del Consejo de Ministros; Roberto Morales Ojeda, ministro de Salud Pública; el también diputado Antonio Enrique Lussón Batlle; Ana María Mari Machado y Miriam Brito Sarroca, vicepresidenta y secretaria de la Asamblea Nacional, respectivamente y los presidentes de Comisiones de Trabajo Permanentes y otros funcionarios del parlamento cubano y del Gobierno.

—Fue una agenda amplia —refiere Lazo—, pero se aprovechó bien el tiempo, al enfocarse los temas desde su ángulo económico fundamentalmente, como la responsabilidad de los consejos de administración provinciales y municipales en el proceso experimental de creación y funcionamiento de las cooperativas no agropecuarias. En ese sentido, Grisel Tristá, miembro de la Comisión Permanente para la Implementación de los Lineamientos, recordó que el interés del desarrollo local es un requisito exigido a esta nueva forma de gestión no estatal.

También intercambiamos sobre los precios de los productos agropecuarios. En esto hubo coincidencia en que la solución fundamental del problema está en la producción de riquezas mediante una mejor y más eficiente explotación de las tierras; no obstante, en los territorios se han implementado medidas en la comercialización, que requieren control y se­guimiento, acerca de la cual se puso como ejemplo la complejidad de La Habana, donde se abastecen más de 2,2 millones de consumidores en 1 572 establecimientos de distintos tipos de propiedad.

Una cifra interesante señalada en el encuentro es que el 92 % de las ventas minoristas se hacen nacionalmente en la red comercial del Estado, con una importante función en el equilibrio de la liquidez monetaria.

—Las informaciones procedentes de las estructuras del Poder Popular denotan un lenguaje más apegado a la realidad económica.

—Es cierto, pero no suficiente todavía. Son temas que deben conocerse bien para dirigir y saberlos traducir y comunicar mejor a la población. En la reunión debatimos un informe, un buen documento, con los criterios emitidos por los delegados en las asambleas provinciales durante la aprobación del plan y el presupuesto. En este sentido se alertó asegurar que todos los gastos tengan fuente de financiamiento.

“Sobre la conciencia a tener ante los distintos problemas, co­mo el del sobreconsumo del combustible, expliqué que he­mos estado acostumbrados a que en determinados momentos los recursos aparezcan, y ya no es así; e incluso con los que puedan aparecer tampoco ya es tan así”.

—La Comisión de Salud y Deportes de la Asamblea Nacional en el último Periodo Ordinario de Sesiones debatió aspectos de la situación higiénico-epidemiológica y en esta ocasión se dio seguimiento al tema.

—No podía faltar, ahora menos, ante la amenaza del virus del Zika. Para los participantes fueron muy oportunas las intervenciones del Ministro de Salud Pública y la doctora Carilda Peña, directora nacional de vigilancia y lucha antivectorial del Minsap, sobre el estado higiénico-sanitario de los territorios, lo cual motivó que los presidentes de las asambleas provinciales, uno por uno, informaran acerca de la situación en general y de la lucha contra los mosquitos aedes aegypti y albopictus en particular.

A veces uno tiene la impresión, señala Lazo, de que no hay percepción de riesgo en la gente y en las instituciones, por eso coincido ciento por ciento con el llamado del propio Ministro de hacer las cosas con “minuciosidad, exactitud y honestidad”.

De igual forma tratamos otro tema importante —agrega el también miembro del Buró Político—: el perfeccionamiento del Poder Popular. El programa elaborado en la actual legislatura, es la respuesta a los retos y circunstancias actuales en un país donde se están produciendo cambios inéditos en la historia de la Revolución, con nuevos actores económicos en la sociedad y una realidad distinta en el escenario internacional; también nos pone en mejores condiciones para enfrentar el trabajo que se multiplicará tras los acuerdos del próximo Congreso del Partido.

El programa —aclara— no es solo del Poder Popular, que es el cimiento del sistema político cubano; también es del Partido, de la Administración, de los ministerios, de las organizaciones de masas y de los ciudadanos.

“Entre los puntos de la agenda figuró una valoración de los resultados del primer proceso de rendición de cuenta en las circunscripciones y la situación de los planteamientos. En el análisis insistimos en que para apoyar a los delegados debemos exigir una actitud consecuente a todos los que tienen que responder a los planteamientos de la población, y se apreció como mutuamente beneficiosa la participación de los jóvenes de las organizaciones estudiantiles como activistas en las reuniones con los electores.

“El próximo proceso debe caracterizarse por la solución de los planteamientos de la población o por la respuesta clara de los que no se puedan resolver en estos momentos. Alertamos a quienes encabezan las asambleas provinciales de que evalúen la situación de aquellos planteamientos incluidos en el plan de la economía ante cualquier reajuste en los presupuestos.

“Se vieron también los problemas relacionados con el completamiento de las plantillas y las condiciones de labor en los órganos globales en los territorios; la atención a los trabajadores por cuenta propia; el estado de los trámites de la población en las oficinas del Instituto de Planificación Física, y el fenómeno generalizado de indisciplinas en la imposición y cobro de las multas el pasado año”.

—A veces uno percibe que en la base, donde palpita la vida, las tareas no se desenvuelven como debieran. ¿A su juicio qué está fallando?

—No basta con que discutamos las cosas aquí arriba y después eso baje a la provincia y allá se hagan reuniones, seminarios, etc., después al municipio y suceda lo mismo; ¿pero quién prepara a los delegados y a todos los que tienen que hacerlo todo abajo? Entonces debemos tener un mecanismo de control allí donde suele estar la gente que más se equivoca, porque no sabe o no está preparada. La Contraloría lo comprueba a diario cuando detecta violaciones porque hay poca preparación y control a ese nivel.

“Por eso hemos decidido que el asesoramiento y control que hace sistemáticamente la Secretaría de la Asamblea Na­cional a las asambleas provinciales y municipales se extienda al funcionamiento de los consejos de las administraciones locales.

“Las presidentas y presidentes del Poder Popular deben dirigir con las normas del control interno permanentemente en la mano, y en consecuencia controlar a los consejos de administración, leer sus actas, exigir a los que están ahí el cumplimiento de lo establecido, comprobar el contenido de trabajo de cada cual y la responsabilidad de los que tienen el deber de controlar. O sea, controlar a los que controlan.

“Si tocamos ese punto se produce un efecto de dominó, porque se mueven las demás fichas y en estos momentos hace mucha falta mover todas las fichas”.

—El Poder Popular cumple 40 años. A la promulgación de la Constitución socialista, el 24 de febrero de 1976, siguió una secuencia de acontecimientos de enorme significación política en el ejercicio de la democracia revolucionaria por primera vez en nuestra historia.

—Es verdad, pero no podemos olvidar el antecedente inmediato: el experimento de Matanzas, con la elección de los representantes a las asambleas municipales, regionales y provincial, y el establecimiento de nuevas relaciones entre los órganos centrales y los locales. Los resultados teóricos y prácticos que arrojó el proceso fueron tenidos en cuenta en el proyecto de Constitución que fue sometido a referéndum.

—Usted participó activamente en los inicios y desarrollo de aquel proceso. ¿Qué reflexión puede hacer al respecto?

—Como matancero, por un lado, comparto el privilegio del territorio de haber tenido como inspiradores directos a Fidel, a Raúl, a Blas Roca y a otros muchos compañeros que pusieron toda su inteligencia, entusiasmo y experiencia política en función del cumplimiento exitoso de las tareas; y por otro lado, constatar que transformaciones tan profundas como aquellas obligaban también a cambios de mentalidad, pues se tuvieron que vencer incomprensiones surgidas en el desarrollo del experimento, sobretodo en aspectos relacionados con la descentralización y el traspaso de funciones de entidades nacionales a los órganos locales.

—El Poder Popular se fundó en un año muy complejo para Cuba: en África, luchábamos en defensa de la independencia de Angola frente a los invasores racistas; en unos países de América Latina coexistían gobiernos progresistas con dictaduras militares; aquí sufríamos los efectos de una crisis económica mundial y la mano del terrorismo contra la Revolución hacía estallar sobre Barbados un avión civil cubano en pleno vuelo.

—Desde el surgimiento del Poder Popular, la Revo­lución lo concibió en perfeccionamiento permanente, pero en determinadas circunstancias se cohesionó más la unidad nacional con procesos de amplia participación popular.

Momentos de profundización de la democracia, fueron los parlamentos obreros y la reforma de la Constitución en 1992, en lo más duro del periodo especial.

—¿Qué puede evocar Lazo de aquellos días al compararlos con los de hoy?

—Los mismos sentimientos de acercar más la relación entre elegidos y electores, de incorporar a las masas a la participación y el control en la toma de decisiones y el de lograr la mayor sensibilidad de los cuadros y funcionarios ante los problemas de las personas. Aquel año, en Matanzas, en el acto por el XXI aniversario de los asaltos del 26 de Julio, Fidel señaló que en la producción y los servicios, pero sobre todo en estos últimos, era una necesidad fundamental crear el hábito de tratar esmerada y exquisitamente al público.

“El experimento actual en Artemisa y Mayabeque, además de la búsqueda de una economía más eficiente y estructuras estatales más funcionales, persigue también un vínculo más estrecho e inmediato con los ciudadanos por parte de los servidores públicos, tanto de los electos como de los designados.

“Las acciones para el perfeccionamiento del Poder Popular tienen propósitos similares a los de aquellos años, en cuanto a la necesidad de romper esquemas, desatar el potencial creativo de la comunidad, utilizar de forma coordinada e integrada la fuerza de las organizaciones de masas y sociales, y utilizar la comunicación social como una herramienta más para lograr una verdadera participación popular en la gestación y desarrollo de las políticas de la Revolución”.

—Usted reitera una y otra vez la importancia de dignificar y defender el papel del delegado.

—Y no me cansaré de decirlo: porque ostenta la representación de la base de nuestro sistema político, que es garantía de todo lo alcanzado en la dignificación de los cubanos y en la obra material levantada y defendida en más de medio siglo de desafíos y resistencias frente al bloqueo y otras agresiones, los azotes climatológicos y la condición de país pobre en recursos naturales. Si esa base se debilita, porque se obstaculiza o se ignora la autoridad del pueblo que eligió a sus delegados, o se tergiversa el papel de estos, se resiente la estructura de la institucionalidad que nos hemos dado.

“A lo largo de estos 40 años, más los de la experiencia de Matanzas, cientos de miles de mujeres y hombres del pueblo se han desempeñado como delegados o diputados, a veces simultaneando ambas representaciones, asumiendo desinteresadamente esas responsabilidades, y no pocas veces recibiendo incomprensiones como pago. Ellos merecen los ma­yores elogios y agradecimientos en esta ocasión”.

—Usted recorre con frecuencia las provincias y allí visita consejos populares, se reúne con sus presidentes, intercambia con los trabajadores, comprueba la marcha de proyectos de desarrollo y cierra con una plenaria con los principales dirigentes del Partido y del Poder Popular de la provincia y los municipios, de las organizaciones de masas y sociales, directores de empresas, y representantes de los organismos rectores. ¿Continuará ese estilo de trabajo?

—Es una tarea asignada que cumplo con suma satisfacción conjuntamente con otros dirigentes, desde antes de ser presidente de la Asamblea Nacional. Hemos hecho esos recorridos de control e intercambio por todas las provincias durante varios años sin interrupción.

“El conocimiento que me han propiciado esos encuentros, no los mido tanto por lo que se desprende de los análisis de la marcha de los planes económicos, tanto de la producción como de los servicios, y otros asuntos, sino por la enseñanza colectiva que representan, por lo que se aprende en las discusiones, en cómo se comprenden mejor los problemas al analizarlos desde nuevos ángulos y de manera integral. Al hablar mucho con la gente de este país descubres que dondequiera te encuentras un sabio”.

—Al respecto, en una entrevista periodística hace algunos años, usted declaró, que aprendió desde sus inicios a estar vinculado con la gente y que era un defensor número uno del trabajo directo e individual con las personas, pues no todas son iguales, y que había que reflexionar más con ellas, analizar, dialogar, oírlas… “No quedará, dijo, un minuto, un segundo, en que deje de luchar por hacer mejores cosas para el pueblo”. ¿Qué pudiera agregar ahora?

—Que ese es el principal deber de todo revolucionario.

—¿Podría adelantarnos algunas ideas sobre el programa de la Asamblea Nacional por el 40 aniversario?

—Se puede resumir como un conjunto de acciones e iniciativas para seguir y recordar la huella del pueblo cubano en esos 40 años de historia, por un camino trazado y construido bajo la dirección del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien el 13 de agosto cumplirá su 90 aniversario, y continuada por el General de Ejército Raúl Castro Ruz.

“La efeméride se impregnará de los acuerdos del VII Con­greso del Partido y en torno a las fechas habrá conmemoraciones, asambleas solemnes en todos los municipios, encuentros, homenajes y reconocimientos a fundadores y trabajadores destacados del sistema de órganos de Poder Popular, así como audiencias públicas, concursos, exposiciones, ediciones de textos, entre otras actividades.

“Un momento especial será el recuerdo de la constitución de la Asamblea Nacional, ocurrida el 2 de diciembre de 1976, día del desembarco de los expedicionarios del yate Granma, de lo cual se cumplirán 60 años. Todas son fechas cargadas de un simbolismo muy profundo, que celebraremos ‘Con la dignidad de nuestra historia’, como expresa el lema central de las actividades”.

Granma

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