Fondo canadiense se queda con la segunda empresa energética de Colombia y crecen las críticas a Santos
A las 9:20 a. m. del día de ayer, en la Bolsa de Valores de Colombia se selló la suerte de Isagén, la segunda generadora de energía del país. A esa hora se destapó el sobre con la única propuesta que presentó el fondo de inversión canadiense Brookfield Asset Management para quedarse con la compañía colombiana.
El negocio se cerró con una oferta de 6,49 billones de pesos, es decir, el mismo valor que propuso el Gobierno, y sin que hubiera lugar a puja que incrementara sustancialmente el precio fijado. La energética pasó de ser la ‘joya de la corona’ del sector público a convertirse en una empresa más de un fondo que maneja alrededor de 225.000 millones de dólares en activos, especialmente en los sectores de infraestructura y energía.
La privatización se concretó luego de más de dos años de tropiezos jurídicos que llevaron a que la venta se aplazara en dos oportunidades ante las decisiones adoptadas por los altos tribunales que acogieron varios recursos en contra. Los demandantes denunciaban posibles detrimentos patrimoniales. Además, afirmaron que con la venta se pondría en riesgo la soberanía energética, teniendo en cuenta que Isagén es responsable de más del 20 % de la energía que demanda el país, con una capacidad instalada de 3.032 megavatios.
Además, es dueña de siete centrales hidráulicas y térmicas: Jaguas, Calderas, San Carlos, Termocentro, Miel I, Amoyá e Hidrosogamoso. Esta última es una moderna hidroeléctrica inaugurada hace un año y que demandó inversiones superiores a cuatro billones de pesos.
Sin embargo, contra viento y marea, el Gobierno hizo caso omiso de las voces de protesta y llevó a cabo la operación, que no estará exenta de problemas. Uno de ellos es el relacionado con la posición asumida por el procurador general de la Nación, Alejandro Ordónez, que advirtió sobre un detrimento patrimonial superior a dos billones de pesos al considerar que el precio de Isagén estaba 27 % por debajo a su valor real.
Varios partidos políticos también se fueron lanza en ristre contra esta operación, al punto de que el Partido Liberal propuso salirse de la Unidad Nacional si el Gobierno seguía adelante con el proceso.
El ambiente político quedó muy caldeado y no se descartan debates en el Congreso y una mayor oposición al Gobierno en momentos en que la administración Santos busca apoyo para el plebiscito por la paz que avale los acuerdos de La Habana.
Ahora habrá que esperar si surgen nuevas demandas y cómo se invertirán los recursos de la compañía, que irán a financiar el programa de infraestructura vial de la cuarta generación de concesiones. Con esos recursos se espera apalancar a los concesionarios para que puedan hacer su cierre financiero y seguir con los proyectos viales, que son los que tiene para mostrar el Gobierno en un año que luce muy complicado en materia económica por el desplome de los precios del petróleo.
Los recursos de Isagén eran vitales para apalancar este proceso si se tiene en cuenta que el presupuesto de la Nación está ajustado y presenta un faltante de recursos de cerca de 31 billones de pesos.
Primeros coletazos de la venta de Isagén
Isagén ya dejó de ser patrimonio de los colombianos. Este miércoles, a pesar de una enorme oposición, una de las empresas más rentables del país pasó a manos extranjeras. El consorcio canadiense Brookfield, un fondo de inversiones, se hizo con el 56,7 % de las acciones de la electrificadora.
La venta de Isagén se convirtió en una de las decisiones más controvertidas del gobierno del presidente Juan Manuel Santos. El Congreso, los partidos políticos, la sociedad civil en general y los organismos de control descalificaron el negocio.
Y aunque parecía que la controversia por Isagén finalizaría con su venta, al tema aún le falta mucha tela por cortar, por lo menos desde el punto de vista político. Un uribista, el representante Édward Rodríguez, pidió al presidente de la Comisión de Acusaciones de la Cámara, representante Édgar Gómez (P. Liberal), abrir una investigación de oficio contra el presidente Juan Manuel Santos por las presuntas irregularidades surtidas en la venta de Isagén.
Semana.com conoció el texto de la carta (será radicada este jueves en la mañana). En ella, Rodríguez pide que se esclarezcan por los menos cuatro interrogantes que rodearon el negocio de la empresa energética.
Primero, se pregunta por la existencia de un presunto detrimento patrimonial de 2,376.000 billones de pesos con ocasión de la venta del 57,6 % de las acciones de Isagén, tal como lo advirtió el procurador general, Alejandro Ordóñez, en una carta dirigida al propio presidente Juan Manuel Santos. Además una presunta negligencia en la venta de la empresa, pese a que la Contraloría y la propia Procuraduría emitieron advertencias.
Así mismo, se le pide a la Comisión de Acusaciones indagar sobre las presuntas irregularidades e inobservancia de requisitos constitucionales y legales propios de la contratación estatal, específicamente si se cumplieron o no los estándares propios de la venta de Isagén.
El urbismo también pide que se investigue la existencia de presuntos vínculos contractuales, personales o legales entre los directivos de la empresa Brookfield Asset Management y funcionarios de la Presidencia de la República, del Ministerio de Hacienda y el exprimer ministro británico Tony Blair.
Cárdenas, ¿pagará los platos rotos?
Pero la venta de Isagén también podría traerle consecuencias al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría, quien promovió la transacción. El amplio bloque de congresistas que se opuso a la venta de la electrificadora parece que no se quedará de brazos cruzados, y ahora no descartan pedir su retiro del gabinete.
Jimmy Chamorro, uno de los pocos senadores del partido de la U que se opuso a la venta de Isagén, pide responsabilidades políticas y cree que el mensaje puede ser a través de la moción de censura contra el ministro de Hacienda.
“Hay que hacer un juicio político a un gobierno que no oye a los organismos de control, al Congreso, a la sociedad civil organizada. Eso no se puede tolerar en un país democrático”, considera la senadora liberal Sofía Gaviria.
Incluso, desde el Partido Conservador, al que pertenece el ministro Cárdenas, también hay voces que promueven la moción de censura. Marta Lucía Ramírez, excandidata presidencial y una de las dirigentes de mayor jerarquía en el conservatismo, lo considera necesario: “Se debe hacer una moción de censura a quienes participaron de esta venta por que ha sido un despropósito por parte de la Nación”, ha dicho la dirigente.
Para que la moción de censura prospere se requiere que el 10 % del Senado (12 senadores) o el 10 % de la Cámara (16 representantes) la propongan. El ambiente que se respira por estos días entre los dirigentes políticos la podría favorecer.
Tanto que este asunto se podría anticipar. La semana pasada el presidente Juan Manuel Santos anunció que convocaría a sesiones extraordinarias al Congreso para tramitar una reforma a la ley de orden público para habilitar las zonas de concentración para los guerrilleros de las FARC. El 16 de febrero se volverá a reunir el Congreso y seguramente también aprovechará las ‘extras’ para poner en aprietos al ministro de Hacienda.
Por ejemplo, la representante Angélica Lozano (Alianza Verde) celebró que haya sesiones extraordinarias. “Un efecto positivo colateral es que comenzaremos la moción de censura pronto, sin esperar hasta marzo”.
En su cuenta de Twitter, además, la congresista Lozano realizó un sondeo sobre si el Congreso obtendría las mayorías necesarias para la moción de censura contra Cárdenas. Nunca en la historia un ministro ha salido del gabinete por decisión del Senado o la Cámara. Eso lo sabe el actual presidente, Juan Manuel Santos, el último ministro en haber sido propuesto para moción, en el año 2007. El entonces ministro de Defensa salió respaldado por el Senado.
Sin embargo, ahora las cuentas son diferentes. En la Comisión de Acusaciones, a la que sólo le quedan seis meses de existencia, lo más probable es que no pase nada con la investigación. Pero en el caso de la posible moción de censura contra el ministro Cárdenas la historia puede ser diferente. Y como el Gobierno desatendió los pedidos de congresistas de todos los partidos, hay ambiente para que alguien pague los platos rotos por la venta de Isagén. El ministro de Hacienda parece ser el señalado.
Lo que hay detrás de Brookfield, el nuevo dueño de Isagen
El fondo canadiense Brookfield Asset Management anunció este miércoles la compra de la generadora eléctrica colombiana Isagen a cambio de 6.48 billones de pesos. La empresa canadiense cuenta con el 57.61 por ciento de sus acciones que le pertenecían al Estado colombiano.
Esta compañía se especializa en la generación eléctrica. Cuenta con más de 7 mil 284 unidades eléctricas en todo el mundo, 5 mil 372 de generación hidroeléctrica, mil 577 del tipo eólico y 335 de otro tipo; juntas suman una capacidad de producción de 7 mil 300 megavatios (MW).
Conoce lo que hay detrás de esta multinacional con más de 100 años de experiencia dedicada a la administración de activos:
– Brookfield tiene activos por más de 200 mil millones de dólares en Estados Unidos, Canadá, Europa y Brasil.
– Genera energía en tres diferentes estados de EE.UU.: Nueva York, Luisiana y California.
– En Brasil, Brookfield tiene investigaciones por el presunto pago de sobornos. La Fiscalía de Brasil prosiguió con las investigaciones a mediados del 2012, luego de los presuntos sobornos que habría ofrecido en ese país para obtener licencias de construcción.
– La compañía canadiense también habría afrontado investigaciones por parte de la Comisión de Bolsa y Valores del Departamento de Justicia de EE.UU. al parecer por posible violación de la ley de Prácticas Corruptas en el extranjero.
– Esta compañía adquirió en 2011 a la Electrificadora de Boyacá (EBSA), el precio pagado por el Fondo Brookfield fue de 807 mil millones de dólares versus la base que era de 503 mil millones. El 75 por ciento de los recursos fue aportado por fondos de pensiones colombianos, mientras que Brookfield, aportó solo el 25 por ciento restante.
– La transacción de la empresa energética Insagen contó con varios intermediarios, que representaron a la banca de inversión canadiense en Colombia, quienes ganaron una importante comisión con un negocio al que se opone buena parte del país.
Los colombianos que se beneficiaron con la vente de Isagen:
– David Valores, Firma Comisionista del Grupo Davivienda, obtendrían entre 0.3 y 0.5 por ciento.
– Los asesores juridicos: el bufete Philippi, Prietocarrizosa & Uría.
– El exministro de Hacienda, Rudolf Hommes habría pactado un bono de éxito como asesor del ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas.
– La Bolsa de valores de Colombia recibe una comisión.