Delcy Rodríguez, canciller venezolana: «La correlación de fuerzas todavía sigue siendo favorable a las fuerzas progresistas en América latina»

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Por Camila Vollenweider

CELAG entrevistó a la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, sobre temas de política exterior de gran actualidad e importancia para América Latina y el Caribe.

En la entrevista, la funcionaria mostró preocupación sobre el posicionamiento de la OEA y el avance de sectores de derecha, pero se mostró optimista y confiada respecto de los logros alcanzados.

CELAG (C): ¿Cómo describiría la nueva estrategia ofensiva de EEUU contra Venezuela tras el avance de la derecha en la Asamblea Nacional?

Delcy Rodriguez (DR): Es una ofensiva de acoso contra Venezuela. El presidente Maduro ha demostrado a la comunidad internacional cómo -a través de agresiones de distinta índole- se busca cercar a Venezuela y obviamente impactar así sobre la región. Sin duda alguna esto se debe a lo que Venezuela representa hoy para la región y lo que representa la Revolución Bolivariana con su mensaje de estabilidad, de paz, todo lo que han significado los programas de cooperación, por ejemplo Petrocaribe. Hay que considerar seriamente lo que significaría para el Caribe, por ejemplo, un gobierno que venga con políticas neoliberales. Ya sabemos que, como lo ha denunciado el presidente Correa, hay un intento de restauración conservadora en la región y, aunque han tenido avances en algunos países, nosotros sabemos que la correlación de fuerzas todavía sigue siendo favorable a las fuerzas progresistas, a las fuerzas que buscan la unidad política de nuestros países, basadas en identidades propias y que responden al proyecto histórico de la unión de la Patria Grande, de la América Grande.

C: ¿Qué le respondería al Secretario General de la OEA tras declarar que ante el reciente dictamen del Tribunal Supremo de Justicia -que declaró nulos los actos de la Asamblea- la Carta Democrática Interamericana le daría potestad para actuar en Venezuela?

DR: En la posición del Secretario General ni siquiera voy a enfocarme como Secretario General porque él, obviamente, está violentando todos los reglamentos internos que regulan y suponen su encuadre como Secretario General. Ha desconocido todo tipo de normativa de la Organización y se ha posicionado como un enemigo de Venezuela; un enemigo con una obsesión terrible en contra de Venezuela. La carta que recientemente ha publicado, en última instancia, muestra una profunda ignorancia sobre el marco constitucional de Venezuela, sobre el marco jurídico y legal de Venezuela. Una profunda ignorancia. ¿Por qué ha tenido esta posición? Porque es la posición de un enemigo obcecado de Venezuela que sin duda alguna está sirviendo a los intereses imperiales de los EEUU. Y yo imagino también que hay una agenda propia de posicionamiento. Por allí dicen que tiene intereses particulares en su país. El tiempo y la historia se encargarán de develar cuáles son las reales intenciones de su postura personal como enemigo de Venezuela.

C: ¿Cuál es la situación y la perspectiva del ALBA en estos momentos difíciles que está atravesando la región?

DR: Muy importante. El ALBA significa la unidad latinoamericana y caribeña con un mensaje basado en el proyecto histórico de unidad entre nuestros países. Significa, para la región, una alianza consolidada en lo político, en lo ideológico; en un modelo que buscan destruir los centros imperiales. ¿Qué es lo que se busca con esta contraofensiva conservadora? Significa destruir esta unidad política y lo que ésta ha significado en nuestros países, porque es un modelo que ha brindado progreso para nuestros pueblos, que ha brindado beneficios. Pero sobre todo, y principalmente, su concepción de unión política de países que defienden su soberanía y su independencia

C: El próximo 27 de enero habrá una nueva cumbre de la CELAC. ¿Con qué expectativas va Venezuela al encuentro?

DR: Primero, iremos con nuestra perspectiva histórica, y con un gran orgullo latinoamericano y caribeño, porque sabemos que la CELAC que existe hoy, este mecanismo de unión, de integración, de cooperación, fue gracias al Comandante Chávez. Luego, vamos con los retos de nuestra región. Hemos dado pasos importantes en la reducción de la pobreza, en la disminución de las desigualdades, pero aún tenemos retos que satisfacer en este sentido. Y respecto del tema central, que va a ser desigualdad social, nosotros vamos con un panorama muy amplio, que es el que tiene Venezuela al respecto, como las misiones sociales que han sido una experiencia inédita en el mundo. Eso es lo que buscan destruir: la unidad política, para impedir los avances sociales. Para impedir un modelo económico que beneficie identitariamente a nuestros pueblos. Por eso estamos aquí, para dar nuestra batalla y resistir el acoso imperial que busca destruir este modelo, no sólo en Venezuela sino en la región entera.

C: El triunfo de Macri abrió nuevas tensiones en el MERCOSUR rompiendo la sintonía de los últimos años. ¿Cómo ve el futuro del bloque de aquí en más? ¿Cuál es la postura de Venezuela ante el posible acuerdo comercial del Mercosur con la Unión Europea y un eventual acercamiento a la Alianza del Pacífico?

DR: Nosotros no participamos del acuerdo con la Unión Europea porque creemos profundamente que primero debemos consolidar la unión de nuestras plataformas productivas en la región y luego ver quizás otros caminos. Tenemos mucho que decirnos entre nosotros mismos, cómo relacionarnos con el Caribe, en otras zonas económicas de la región, especialmente entre el MERCOSUR y el Caribe. Nosotros creemos profundamente en este tipo de unidad donde se busque preservar las plataformas productivas de nuestras naciones suramericanas. El desafío que tiene hoy el MERCOSUR es preservar la unidad política para que no se destruyan los intentos de unir nuestras matrices productivas nacionales. Sin embargo, yo soy optimista. Nosotros estamos viendo lo que está pasando en Argentina. Y, con todo respeto, estamos viendo lo que está ocurriendo con los avances importantes en materia de Derechos Humanos, económicos, sociales, políticos y de libertad de expresión conseguidos en los últimos años. Y así como nosotros lo estamos viendo, los pueblos de la región lo están viendo. Ese es el modelo que busca retornar; un modelo al servicio de los grandes capitales, al servicio de las transnacionales de la comunicación, del capital financiero. Al servicio de intereses y centros políticos imperiales en desmedro de nuestra soberanía. Esos son los dos grandes modelos que están allí, contrapuestos y en colisión. Y nosotros somos optimistas en cuanto a que los pueblos son los que van a preservar esa unidad política.

CELAG

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