Uruguay, el BID y el arte del discurso… maquiavelista – Por Eduardo Camin

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Se suele caracterizar al político como un hombre apto para aprehender la realidad concreta y actual; y así es, en efecto. Pero esta simple caracterización no es suficiente. Cada día apreciamos la similitud entre el político y el periodista, es decir grandes conocimientos generales, cierta inevitable superficialidad, agilidad, síntesis de interpretación y expresión obvias concepciones al gusto mayoritario, es decir una buena dosis de demagogia.

Recientemente en un prolongado pasaje por la República Oriental del Uruguay, me llamo la atención el tenor del discurso en algunos de sus principales ministros. Tal vez sea porque hoy está de moda hablar de la imagen de las cosas, la cual no siempre corresponde al valor real de las mismas. Ya hemos dicho alguna vez que de la multifacética crisis que aflige a nuestro tiempo nos parece que el problema más grave, el más lamentable, el más difícil de solucionar es el que se refiere al lenguaje. Asistimos en efecto, a una verdadera malversación del lenguaje, a una inacabable perversión de las palabras, a una larga procesión de sonidos vacíos de significados o cargados de falsos contenidos. Es evidente que tal situación provoca, lógicamente, la imposibilidad de entendernos, pero es obvio que en plano político las gravísimas consecuencias de la perversión semántica responden a causas aún más profundas. Inevitablemente estas son condicionadas por la acción de nuestra ideología por el convencimiento de lo que pensamos, o los intereses que defendemos. Pero aunque lo enseñe Maquiavelo, no es cierto que el fin justifique los medios. Que tema inagotable de reflexiones profundas cuando se evoca la memoria de Maquiavelo. Aunque se lee poco el adjetivo derivado de su apellido tiene una significación ampliamente difundida para designar las peores maniobras de la acción política, la deshonestidad administrativa, y la ética inescrupulosa. El mismísimo diccionario de la Real Academia llega a ser del maquiavelismo un sinónimo de perfidia. Abro un paréntesis para establecer que tal vez lo más conocido de Maquiavelo es la derivación inmoral de su apellido. Su obra -excepto en alguna medida El Príncipe- es poco o nada conocida. Se le menciona mucho, pero en realidad se ha leído y meditado poco. Pero no es esté el lugar para emprender lo que podríamos llamar una rehabilitación de Maquiavelo. Sino para profundizar la contradicción entre el discurso y la realidad.

La paradoja uruguaya… prohibido hablar de crisis

En este sentido la dialéctica del Contador Danilo Astori Ministro de Economia uruguayo no tiene rival, el país entra en zonas de turbulencias, pero este avezado político, nos muestra cual confundidos estamos.

Hace pocas semanas el directorio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó la Estrategia de País con Uruguay 2016-2020 donde estableció el plan de financiamiento para el período y también marcó desafíos y problemas que deberá atender el gobierno si no quiere ver limitada la capacidad para el crecimiento económico.

El ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori informó sobre la aprobación de un nuevo préstamo de libre disponibilidad por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un total de US$800 millones, remarcando así el camino de profundización del endeudamiento y del relacionamiento con las organizaciones multilaterales de crédito como una de las variables de cara a la crisis económica que enfrenta el país.

El financiamiento del BID para el sector público uruguayo se estima en US$ 1.800 millones para el período, de los que cerca de dos tercios se aprobarán en los primeros dos años

El informe que evaluó el directorio del organismo dice que la economía uruguaya tiene «perspectivas para 2015 y 2016» de un crecimiento de «entre 2% y 2,5%», una «moderación» de la actividad por «el menor crecimiento de socios comerciales importantes como Brasil, Argentina y China, la apreciación del tipo de cambio bilateral con Brasil, disminuciones en los precios de materias primas» y el «aumento en la tasa de interés de Estados Unidos lo cual podría afectar la llegada de capitales privados al país». Para el BID «el déficit fiscal y el nivel de inflación son los principales retos de política macroeconómica».

Además el organismo destacó que persisten importantes desigualdades y un aumento de la inseguridad y la violencia urbana». En ese sentido, planteó que «a pesar del impacto del crecimiento económico sobre la redistribución ha sido significativo, los efectos entre los grupos de distintos niveles de ingresos han sido desiguales y persisten importantes niveles de exclusión (por edad, sexo y localidad geográfica)».

Seguridad: Una cartera especial o un ministro sin traductor

Si el Contador Astori brilla por su dialéctica, en esta cartera el Ministro E. Bonomi brinda un discurso incomprensible, tal vez sea porque los políticos, nos recuerdan, que se escabullen diciendo incoherencias porque lo que cuenta es el modo, no el contenido de lo que dicen. Los gobiernos y sus ministros continúan con descaro a pesar de sus fracasos porque el concepto de responsabilidad ha dejado de ser aplicable. El BID alertó que «el aumento en los homicidios y las rapiñas, entre otros delitos, está imponiendo un alto costo al país, no solo a su economía, donde se estima que el costo económico de contener la violencia alcanza a 3,4% del Producto Interno Bruto (PIB), sino también al tejido social que lo sostiene». Ese 3,4% del PIB significa unos US$ 1.870 millones. Estos «altos costos de inseguridad ciudadana y el abordaje multisectorial necesario para atenderla requieren de un esfuerzo profundo por mejorar la calidad del gasto y los mecanismos de coordinación y rectoría del sector», indicó el BID.

Por ello «el banco fortalecerá la capacidad de analizar los fenómenos delictuales de manera integral y científica, y apoyará la implementación de intervenciones innovadoras y costo-efectivas basadas en evidencia, con énfasis en la eficiencia policial para la reducción de rapiñas, y el abordaje integral de la violencia juvenil y contra la mujer».

El BID puso como «ejemplo» de lo que sucede actualmente, que «mientras el 70% de los delitos ocurre entre las 6 PM y las 6 AM, la mayor cantidad de efectivos en las 25 seccionales de Montevideo están operando entre las 6 AM y las 2 PM».

Límites

Por otro lado, el organismo sostuvo que «Uruguay enfrenta importantes desafíos para abordar algunas brechas que limitan el crecimiento en el mediano y largo plazo».

Una de «las limitantes más importantes para el crecimiento» es «la insuficiente e inadecuada provisión de capital humano», indicó y agregó: «especialmente en la medida que las exportaciones se tornan más intensivas en mano de obra especializada».

El BID expresó que «Uruguay presenta déficits de calidad, pertinencia y equidad de la educación secundaria y técnico-profesional donde más del 60% de los jóvenes no completa la educación media, y se evidencian déficits de habilidades y destrezas en la fuerza laboral».

También señaló «el complejo contexto institucional de la educación uruguaya que se caracteriza por la autonomía de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP)» lo que «hace muy compleja la implementación de cualquier tipo de acción o programa».

En cuanto a la «formación laboral, el mayor riesgo se concentra en la debilidad institucional del Inefop (Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional) como brazo ejecutor de la política pública en este campo para responder al desafío de responder a las demandas del sector privado en forma oportuna pero también en cuanto al contenido de sus programas de capacitación», indicó el informe.

Infraestructura

Otro de los límites al crecimiento está marcado por «los costos asociados al déficit en infraestructura y las dificultades para acceder a su financiamiento», según el BID. Ello «está afectando al crecimiento y la competitividad de la economía», añadió.

Por otro lado, «el costo de la energía es superior a la media que se registra en la región, en especial la energía eléctrica», manifestó. De todas maneras, el organismo destacó las medidas del gobierno para «asegurar el suministro de energía, diversificar la matriz energética y mitigar la vulnerabilidad» frente a sequías. A su vez, el BID «apoyará al país en las mejoras de la red de transporte (vial, fluvio-marítimo y ferrocarriles) y logística, con un enfoque de eficiencia del sector y considerando los temas de resiliencia al cambio climático y sostenibilidad».

Innovación

«Otra limitante para lograr mejoras sobre la productividad y competitividad del país es el escaso nivel de inversión en tecnología e innovación», dijo el informe. La inversión en esas áreas «explica menos del 10% del crecimiento reciente de la productividad» lo que es «insuficiente para garantizar un crecimiento sustentable» de la misma, concluyó.

En la estrategia anterior (2010-2015) se aprobaron 29 operaciones de préstamo con garantía soberana por US$ 1.908 millones y 10 para el sector privado por US$ 914 millones, según el documento. A eso hay que sumarle que el directorio del BID aprobó otro crédito por US$ 250 millones. Este préstamo es con desembolso diferido, es decir, el gobierno lo tiene ahí como un seguro y lo desembolsa cuando quiere en caso de que lo necesite. El representante del BID en Uruguay, Juan José Taccone dijo que con el crédito aprobado “son US$ 800 millones” los que tiene Uruguay con el organismo en esa modalidad (los que aún no desembolsó) y es el “límite” que quiere tener el gobierno. Astori dijo que es “una herramienta muy importante para enfrentar como ocurre ahora, condiciones de volatilidad e incertidumbre tanto en el mundo como en la región y que “dan margen de maniobra muy importante”.

Comprando espejitos

Con una importante crisis económica en puerta el Contador Astori no deja de coquetear y mostrar su servilismo hacia los planes económico fondomonetaristas. En momentos donde la situación económica del país muestra las grandes carencias del modelo neoliberal desarrollado por el Frente Amplio durante esta última década, el camino del reparto asistencialista producto de la bonanza generada por el desmantelamiento de la economía nacional y el desarrollo de la inversión privada llega a no optar entre el camino de la inversión pública, el fortalecimiento del Estado y el desarrollo de una economía nacional sólida que termine con el Uruguay primario subordinado a la división internacional del trabajo; o de lo contrario, una economía más liberalizada donde los lazos de dependencia con los monopolios y sus instituciones se profundicen, apostando a la liberalización del mercado donde la rebaja salarial y el desmantelamiento del Estado son variables obligatorias para la obtención de un país llamado “competitivo”. En el medio la aprobación de un presupuesto nacional que ratificó el recorte en salud, educación, vivienda y obra pública junto a la privatizaciones de baluartes como el Hospital de Clínicas y el ferrocarril, Astori sale de nuevo a alabar el papel de las multilaterales de créditos, la inclusión económica del Uruguay y la importancia de la implementación de políticas que atraigan la inversión privada. Astori subrayaba recientemente las “enormes potencialidades” de la región como exportadores de alimentos y materias primas junto con las reservas de recursos naturales debían desarrollarse con la ayuda de las multilaterales de crédito tal como se logró en la última década, con, variable de cara al ajuste. Al recorte en el presupuesto hacia los servicios públicos con el debido aseguramiento de las tercerizaciones correspondientes, la rebaja salarial asegurada y el desarrollo de las multinacionales, las acompaña ahora una política de profundización de la dependencia con las multilaterales de crédito. De esta manera, el Frente Amplio a cargo del Poder Ejecutivo confirma las ya evidentes señales de la salida neoliberal a la crisis. La infraestructura de las llamadas “épocas oscuras” no solo no fue afectada, sino que continúa de la mano del progresismo en su largo camino de desarrollo.

*Periodista uruguayo, fue director del semanario Siete sobre Siete y colaboró en otras publicaciones uruguayas y de America Latina. Corresponsal en Naciones Unidas y miembro de la Asociacion de Coresponsales de prensa de la ONU. Redactor Jefe Internacional del Hebdolatino en Ginebra. Miembro de la Plataforma Descam de Uruguay para los Derechos Economicos sociales y medio ambientales. Docente en periodismo especializado sobre Organismos Internacionales.

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