Expertos alertan que la deforestación castiga áreas protegidas en Colombia

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En Colombia hay 7.718 hectáreas de áreas protegidas afectadas por la deforestación. Imagine esto: es como si toda el área del municipio de Envigado (zonas rural y urbana) estuviera destruida, arrasada, sin árboles. Esto se repite en 61 áreas protegidas que hoy son consumidas lentamente por la minería ilegal, la tala de bosques, la potrerización y los incendios forestales. Sin piedad. La cifra resulta significativa si se tiene en cuenta que al ser área protegida ni una sola hectárea debería estar en esta lista.

Muchos ambientalistas advierten que el aumento del 16 por ciento en la deforestación en todo el país —140.356 hectáreas deforestadas—, según lo reveló el Ideam hace un par de semanas, podría aumentar para el próximo año si no se toman las medidas oportunas y se canalizan los recursos.

Más allá de estas cifras, ¿cuáles son las causas de este aumento? ¿por qué las áreas protegidas resultaron ser las más aporreadas por la deforestación? ¿qué acciones se están implementando?

Frente a esto, el ministro de Ambiente, Gabriel Vallejo, ha advertido que frente a la minería ilegal, una de las mayores causas de la deforestación, ya hay unas herramientas para que la Policía pueda intervenir directamente. “Esta no es una cifra grata y amable. No podemos seguir haciendo las mal llamadas quemas controladas. Le he hecho un llamado a todas las corporaciones (ambientales), en especial a Corpoamazonía, Corantioquia, Cormacarena y Codechocó, en donde está concentrado el mayor nivel de deforestación, para que tomen acciones urgentes. Lo que tenemos aquí es una enorme oportunidad de seguir fortaleciendo el trabajo del Ministerio, esta es una prioridad para el Gobierno”.
Parques Nacionales explica

Frenar el impacto de la deforestación en áreas protegidas es un reto mayor. Por esa razón, voceros de Parques Nacionales Naturales explicaron, en conversación con este diario, lo preocupante que es para ellos este asunto, puntualmente en los parques nacionales La Macarena y Paramillo.

Explicó un experto de la entidad que tienen identificadas las siguientes causas de deforestación en los parques: la presión sobre el recurso maderable, la ampliación de la frontera agrícola y los cultivos ilícitos que hoy en día afectan a 5.400 hectáreas de parques.

“La ganadería es para nosotros un asunto que está impactando demasiado en los parques, ya no estamos hablando de dos o tres cabezas de ganado, ya son hasta 60.000 cabezas de ganado en las áreas protegidas”, explicó Parques Nacionales.

De acuerdo con la entidad, también es significativo el factor humano como uno de los mayores causantes de deforestación. “Nuestros estudios nos indican que debemos trabajar con las comunidades. Por esa razón tenemos la política de uso, ocupación y tenencia de la tierra dentro de los parques. Hay que trabajar con ellos y eso es lo que hemos venido haciendo con el fin de que entiendan la importancia de la conservación. Las comunidades deben tomar conciencia de la situación, deben saber cuáles actividades no son compatibles con los parques”.

Frente a la alta deforestación del parque nacional La Macarena explicó que las causas de este índice tienen que ver con la significativa cantidad de ganado que hay en la zona. “La ganadería es una actividad ilegal en los parques. Nos preguntamos cómo es posible que las autoridades que tienen que ver con el tema de control agrícola del país no saben qué pasa con las cabezas de ganado que están en los parques. Por eso, ya hemos emprendido algunas acciones judiciales para afrontar la situación en algunas zonas”.

Propone la academia

Gonzalo Andrade, profesor de la Universidad Nacional y coordinador de la Comisión Permanente de Áreas Protegidas de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas Físicas y Naturales, expresó que estas cifras de deforestación son bastante preocupantes y desalentadoras. “Lo que sucede es que en el país no se le hace un seguimiento riguroso a nada. El Ministerio de Ambiente es reactivo y lo que están haciendo es que van reaccionando acorde con lo que va pasando y no hay una política que se esté aplicando. Si nos ponemos a sumar bien y si hacemos un seguimiento juicioso lo que puede pasar es que las cifras pueden aumentar”.

Advirtió que desde la academia lo que se le propuso al Gobierno Nacional es que en lugar de haber ido a la COP 21 a decir que reducimos al 20 por ciento las emisiones de carbono, “allá nos deberíamos haber comprometido con cero deforestación. Insisto, si verdaderamente estuviéramos dolidos como país, la declaración tendría que haber sido contundente y el compromiso tendría que ser cero deforestación”, dijo el académico.

Entretanto, Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha, que se encarga de estudiar, investigar y conservar la fauna y los ecosistemas acuáticos y terrestres en Colombia, sostuvo que no le sorprende que Caquetá y Putumayo sigan apareciendo como los sitios con mayor deforestación. “En el piedemonte andino está creciendo la población humana, está zona tenía una presión de los grupos armados ilegales la cual ha ido disminuyendo en algunos sitios y al disminuir lo que ha pasado es que aumenta la migración de gente y a su vez las actividades económicas que de alguna manera promueven más la deforestación”.

Para el experto el posconflicto será, sin duda, un reto que aún no ha sido evaluado completamente. “Con la salida de los actores armados habrá más desarrollo en estas zonas, ese es el patrón y sinceramente yo no veo cómo frenarlo”.

Explicó que una de las medidas del Gobierno es que ha ido firmando proyectos con Noruega y Alemania para la protección de la Amazonía.

“Hay que hacer una reflexión importante y es que estos países anunciaron 64 millones de dólares de inversión para disminuir la deforestación, también está en marcha el proyecto Corazón Amazonía que habla de 30 millones de dólares para la misma región. Una cifra muy considerable para la Amazonía, pero lo que no queda claro es qué piensan hacer. A mí me da miedo que mucho de este dinero quede en consultorías y no llegue a las regiones. Hemos llamado la atención sobre las cifras muy grandes de dinero, pero en la región no se sienten”.

Frente al impacto de la deforestación en las áreas protegidas, advirtió que hay que revisar la gobernabilidad.

“Hay que entender que estamos en un país con actores armados y nuestros guardabosques algunos están amenazados, no pueden hacer una presencia regular en los parques. No se puede ingresar a ciertas zonas por la presencia armada. Los parques son fundamentales en este proceso y por eso siempre el llamado es para que se fortalezcan”.

Por último, Miguel Pacheco, especialista forestal del Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF, explicó que lo que ha hecho el Gobierno en los últimos años es calibrar los mecanismos de monitoreo de deforestación. “Lo positivo es que hay un monitoreo de la deforestación, por esa razón las cifras son mucho más aterrizadas. A partir de eso hay que tomar las medidas correspondientes”.

Destacó que considera que el impacto se siente más en los parques nacionales porque no hay personal suficiente ni los recursos para tener el control sobre las áreas protegidas. “Hay poco control. En el mejor de los casos hay una sola persona controlando áreas de 60.000 hectáreas. Esa es la realidad” .

Contexto de la Noticia

DESDE ADENTRO el impacto de la deforestación

Simón Gaviria, director del Departamento Nacional de Planeación, DNP, reveló que “el 58 por ciento de la deforestación ha ocurrido en municipios de conflicto. En los últimos 25 años en Colombia se han deforestado cinco millones de hectáreas, de las cuales tres millones están en municipios de conflicto armado. Por cada hectárea de coca sembrada en las poblaciones de conflicto se han deforestado 1,7 hectáreas. Y si Colombia no se adapta al cambio climático tendría una pérdida anual del 0,5 por ciento del PIB al año 2100, equivalente a sufrir cada cuatro años pérdidas comparables a las del pasado fenómeno de La Niña entre 2010 y 2011”, explicó Gaviria.

El Colombiano

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