El Salvador: falleció Oscar Miranda, ex comandante guerrillero trotskista

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“Yo no sabía quién era Trotski y nos acusaban de trotskistas”, me confesó una vez aquel hombre un día de 1991

Son pocas palabras las que podemos decir, no sé si más llenas de dolor o de recuerdos, pero conocí a Oscar Miranda, en plena guerra civil… No recuerdo si en Cuba o en Nicaragua. Entonces se llamaba Miguel Mendoza y era el tercero de los jefes del PRTC, el más pequeño de los grupos armados que integraban el FMLN.

Me llamaba mucho la atención, porque en la “guerra ideológica” que mantenía las izquierdas armadas salvadoreñas el PRTC era catalogado como «un grupo de intelectuales desviados y trotskistas», pero en la medida que fui conociendo a la militancia y a la jefatura del PRTC me fui dando cuenta que lo que menos tenían era de “intelectuales desviados” y mucho menos de “trotskistas”. Las FPL éramos calificados de «curas y monjas», la RN, «la izquierda chévere, que permitía la bohemia y las cervecitas de vez en vez…

“Yo no sabía quién era Trotski y nos acusaban de trotskistas”, me confesó una vez aquel hombre en un día de 1991; tuve que andarlo transportando de un lado a otro para ciertas reuniones… Y yo ni del PRTC era, pero tuve ciertos privilegios, como el de conocer a un hondureño que le decían “El Negro”, que parecía el tío bueno de todos y resulta que tenía la responsabilidad de introducir a El Salvador explosivos, municiones y armas para la guerrilla, que no sé cómo no ganamos la guerra.

Miguel Mendoza, es decir, Oscar Miranda, no era un tipo pretencioso ni de ínfulas ni de nada… Sabía dónde estaba parado. Una vez me dijo: “Se burlan de nosotros y nos dicen la escuadra del FMLN”, por el pequeño número de sus integrantes. “Pero lo importante es ser eficientes”, se decía a sí mismo, y se reía… Y era cierto.

Oscar fue tan brillante al terminar la guerra civil, que dejó sembrado en la historia un enorme monumento que ha permanecido; que lo han intentado acabar y manipular, pero sigue como un bastión y una institución baluarte de la paz en nuestro país: la Policía Nacional Civil (PNC), de la cual fue de sus primeros jefes. Oscar Miranda fue de sus fundadores más importantes.

Yo digo que la institución baluarte de la paz es la policía y no el ejército. Cuando los presidentes de izquierda y los líderes de la izquerda han dicho otra cosa, creo que cometen un grave error, que quizás por ese pecado estamos como estamos en términos de violencia criminal… En fin, eso es un debate en otra trinchera.

Para su familia, amigos, compañeros de Oscar Miranzda, no puedo más que compartir el dolor por alguien que muere y que aún tenía mucho que dar.

Al Oscar Miranda, constructor de esta democracia imperfecta que vivimos, le damos adiós y en ContraPunto le decimos que no descanse en paz, sino que siga batallando para que hagamos una patria próspera y armónica, como la que todos soñamos.

Contra Punto

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