El oficialismo envía “ley corta” para reponer el proyecto de gratuidad en la educación

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Tras el fallo del Tribunal Constitucional que determinó que el proyecto de gratuidad para la educación superior presentado por el gobierno es “discriminatorio y arbitrario”, desde el Ejecutivo han evaluado la manera de poder concretar la iniciativa.

Al respecto, el ministro Secretario General de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre y el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, junto a parlamentarios de la Nueva Mayoría, decidieron enviar una “ley corta” que buscará reponer el proyecto de gratuidad 2016.

La nueva propuesta privilegiará a instituciones que tengan 4 años de acreditación, por lo que universidades estatales como la UTEM, Arturo Prat y Los Lagos podrían quedar fuera de la gratuidad.

En tanto, el senador Carlos Montes (PS), señaló que aún falta determinar un acuerdo al interior del bloque oficialista sobre si se hará una distinción de las universidades según su composición jurídica.

De ser así, se podrían sumar al beneficio las universidades Adventista, Andrés Bello, Autónoma, Los Andes, Del Desarrollo, Diego Portales, Silva Henríquez, Alberto Hurtado, Finis Terrae, Mayor, San Sebastián y Viña del Mar.

Biobio

La Confech con pintura de guerra para el 2016 tras ‘guatazo’ de la gratuidad

El 2015 sería un año muy distinto para el movimiento estudiantil: la gratuidad, comprometida en el programa de Michelle Bachelet, comenzaría a hacerse carne.

El aplazamiento en más tres ocasiones del ingreso del proyecto de Reforma de Educación Superior, la tramitación de la Ley de Carrera Docente y las movilizaciones de los profesores –hechos sumados a una inesperada gratuidad vía Glosa Presupuestaria para el 2016– marcaron a un movimiento estudiantil que, según su propia lectura, mantuvo un actuar “reactivo y pasivo” ante el Gobierno y el Mineduc. “No tuvimos la capacidad de marcar una agenda propia durante el año, debido a un constante bloqueo y la marginación de las fuerzas sociales de los procesos de reforma”, aseguran desde la Confech.

Pero hubo un punto de inflexión en el último mes, en donde la crítica de los estudiantes respecto a los proyectos del Gobierno se agudizó. Sus líneas políticas se distanciaron completamente de las del Mineduc y establecieron un nuevo juego con una agenda política propia para el 2016, marcada por la abstención respecto a hacerse parte de la discusión de glosa presupuestaria.

Según Camila Figueroa (IA), presidenta de la FEDEP y vocera Confech, ese punto de inflexión se da tras el fracaso de las mesas de diálogo prelegislativo que levantó el Mineduc en septiembre, con el fin de llegar a un marco de acuerdo con el Movimiento Estudiantil en vista de la Reforma de Educación Superior anunciada para diciembre de 2015.

“Hubo promesas que no se cumplieron desde el Mineduc, dijeron que iba a haber un documento de síntesis tras la discusión y eso hasta ahora no ha llegado, a pesar de que no se llegó a un acuerdo tras la discusión”, indicó Figueroa, quien explica que ese hecho marca la tónica de la estrategia del Gobierno. “No se ha discutido con nosotros nada, no nos han dicho qué han tomado en cuenta de las mesas prelegislativas, ahora va a ingresar el proyecto y no sabemos nada”, agregó.

Para la presidenta de la Feusach, Marta Matamala, el fracaso de las mesas prelegislativas marcaron un punto de no retorno, a pesar de que “en sí mismo no hay un momento en específico de quiebre” sino que, explicó, más bien es un proceso que se viene arrastrando los últimos dos años. “Se ve en la medida en que nos invitan a participar en espacios y luego los desechan, como el Plan de Participación del Gobierno, constantemente existen invitaciones que terminan en nada”.

La situación que marca el cambio desde la crítica a la acción, según Figueroa, es el ingreso de una carta al Ministerio de Educación en la que la Confech le solicita al Mineduc la entrega de la síntesis de las mesas prelegislativas, pero además le exige al Gobierno que se dé a conocer el proyecto de Educación Superior previo a su ingreso, carta que fue recibida por los asesores del Mineduc, pero que aún no tiene respuesta.

El punto de tensión quedó expuesto y trajo consigo un cambio diametral en la instalación de agenda desde el Movimiento Estudiantil. Luego, tras el requerimiento de inconstitucionalidad de la Glosa de Gratuidad presentado por Chile Vamos y frente al fallo a favor del Tribunal Constitucional (TC), la Confech tomó una estrategia propia: no asistió a exponer en defensa de la glosa ante el TC, ni tampoco le dio sustento a la línea impulsada por las juventudes de Gobierno junto a parte de la bancada estudiantil, que respaldaron al Mineduc. “No eran nuestros planteamientos, el Gobierno nunca dialogó con el Movimiento Social, no teníamos por qué ir a defender algo que no ha sido respaldado por los estudiantes porque finalmente no daba respuesta a los cambios estructurales que llevamos años planteando, sino que era una medida parche que perpetuaba al mercado en la educación. Es claro que no somos vocerías de la Nueva Mayoría”, explicó Marta Matamala.

Para Figueroa el resultado del TC evidencia que el movimiento estudiantil ha sido marginado por la vieja política. El fallo “representa el modelo que la transición creó y tenemos un Gobierno que lo permitió por medio de la glosa presupuestaria. Con propuestas a medias que ni siquiera convencían a las posiciones al interior del Mineduc, el Gobierno permitió este desenlace antidemocrático”.
Un 2016 en la calle

Para las distintas fuerzas que integran la Confech es primordial dar un giro político el próximo año: “Pasar de inacción a la acción”, asegura un encargado político. Es “el año en que tengamos ganadas concretas”, asegura Carolina Figueroa.

Para ello se han barajado distintas opciones, las que han sido zanjadas durante el año. Una de ellas es el documento de acuerdo de la Confech, que contiene 5 puntos bases para la Reforma de Educación Superior, que es el soporte para los ejes que disputarán los estudiantes en el 2016. Por otra parte, con el fin de “ampliar la participación social de la reforma y hacerles frente al secretismo y trabas del gobierno”, se implementará un plebiscito por la educación, una consulta de carácter nacional que tiene como objetivo que haya una posición desde el Movimiento Social ante la reforma.

“Una vez que se haga público el proyecto vamos a generar un plebiscito para establecer qué es lo que la gente piensa, una discusión pública, de esta forma nos alejamos de esta dinámica de estar al son del Gobierno y bailando una música que no nos acomoda. No estaremos persiguiendo al Gobierno”.

Estas últimas semanas son definitorias para el Movimiento Estudiantil, deben establecer una estrategia clara pensando en que los primeros pasos de la tramitación serán en enero, momento en que los estudiantes están en vacaciones. Es también un mes en el que tradicionalmente no hay muchas sesiones de la Confech, por lo que durante estas dos últimas semanas se dará cuerpo y afinará el plebiscito, para lo cual mañana sesionará el Zonal Metropolitano de la Confech y se citará a la próxima sesión nacional.

La idea es que en 2016 también se trabaje mucho más codo a codo con otras organizaciones del movimiento social y tal impulso se demuestre en la calle. La mayoría de las organizaciones vinculadas a la Confech tiene a su vez vínculos potentes con otros actores, los que se están estrechando para encaminar los próximos pasos.

Daniel Gedda, presidente de la FEUC, cree que más que puntos conflictivos entre los estudiantes y el Gobierno, lo que existe es un gobierno “que tiene puntos conflictivos con Chile y la ciudadanía, desde la alianza hasta la Nueva Mayoría. Y han sido incapaces de responder a las inquietudes sociales de Chile”.

Para Gedda, la Confech –después de sus distintos procesos eleccionarios– está volviendo a rearticularse y en el objetivo se ven la calle y también propuestas más impetuosas de los estudiantes. “Ya sabemos que el camino no está en ingresar a la Nueva Mayoría ni hacer esfuerzos desde dentro. El próximo año el movimiento estudiantil saldrá a proponerle una alternativa a Chile. Habrá debates públicos, estaremos en las calles…”, señala Gedda.

El cambio en la disposición de la Confech ante el Gobierno y el Mineduc también está marcado por una renovación en las dirigencias. Las tres principales vocerías de Santiago, la Fech, UDP y Feusach, están comandadas por miembros de la Izquierda Autónoma (de la que es parte el diputado Gabriel Boric) y además por el Somos USACH, a lo que se suma el triunfo de la plataforma de izquierda, Crecer UC, que ganó las elecciones de la FEUC. Son todas organizaciones políticas que se encuentran fuera de la Nueva Mayoría, un «viraje a la izquierda» que tiene como principal objetivo cambiar la dinámica hacia un movimiento estudiantil más activo ante el actuar gubernamental y el del Congreso.

La presidenta de la Fech, Camila Rojas, cree que si bien los estudiantes no han estado con los pies en la calle de la misma forma potente que hace cuatro años, sí han contribuido a que las demandas se mantengan intactas. “El movimiento ha logrado resistir a una ofensiva de la profundización del modelo”, sostiene. Y en este período las federaciones lograron establecer nueve principios. “Con miras a 2016 nos hemos planteado que podamos avanzar y tomar la ofensiva, construir la reforma en todos sus niveles. La idea es que pasemos de la fase de resistencia a una nueva”, puntualiza.

Para Camila, el Gobierno no podría tener un mejor escenario para hacer una construcción más participativa de la reforma, sobre todo tomando en cuenta la crisis de representatividad en la que se hundió en 2015.

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