El 2015 en América Latina y el Caribe visto por Nodal
Por Nodal.am, NodalCultura.am, NodalEconomía.am, NodalTec.am y NodalUniversidad.am
El año culmina y desde Nodal desandamos los temas y acontecimientos que signaron los últimos doce meses de la región. El resultado: un texto que integra la mirada de cada uno de nuestro portales sobre lo que dejó el 2015 y traza un balance informativo de la vida política, económica, cultural, universitaria y tecnológica de América Latina y el Caribe.
Sin dudas en términos históricos los dos hechos destacados de 2015 tienen que ver con sendos procesos de resolución de dos de los conflictos más largos de la historia moderna del continente: El enfrentamiento armado colombiano y la reapertura de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU.
Ambos diferendos tuvieron señales auspiciosas en el último tiempo. Las negociaciones en La Habana, entre representantes del ejecutivo encabezado por Juan Manuel Santos y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP), avanzaron en cuatro de los cinco puntos de la agenda de negociaciones, al punto que el mandatario colombiano se animó a asegurar que el conflicto «se acabará en cuatro meses”.
A la reconstrucción de las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington, con la apertura de las correspondientes embajadas, se sumó la liberación de presos políticos, lo que llevó a un nuevo escenario de “deshielo” en las relaciones. Aun resta resolver el bloqueo comercial que EEUU impone todavía sobre Cuba.
Quien ejerció un rol determinante en el acercamiento entre Castro y Obama, fue el Papa Francisco que eligió realizar una gira por Cuba y Estados Unidos en septiembre pasado. Francisco, a su vez, en julio visitó Ecuador, Bolivia y Paraguay, donde manifestó importantes definiciones políticas muy críticas con el capitalismo financiero del presente.
En Guatemala a unos pocos días antes de las elecciones, y luego de denuncias por corrupción y fuertes movilizaciones sociales, fue depuesto el presidente Otto Perez Molina. Quien finalmente fue elegido presidente, fue el comediante conservador Jimmy Morales, quien aventajó en segunda vuelta a la ex primera dama Sandra Torres.
En Haití, la contienda electoral por la primera magistratura se vio salpicada por acusaciones de fraude realizadas por la oposición, la demora de varias semanas en dar a conocer los resultados que arrojó la primera vuelta y una creciente atmósfera de violencia social y política. En en ese contexto el gobierno decidió postergar la segunda vuelta, que estaba originalmente pautada para el domingo 27 de diciembre, con la intención de transparentar el proceso.
En Colombia donde hubo elecciones municipales sobresalió la derrota de la izquierda en la capital, Bogotá, tras doce años de gobierno, a manos del candidato de centro-derecha Enrique Peñalosa mientras que en Asunción, la capital de Paraguay, Mario Ferreiro, líder de la centroizquierda y aliado al Partido Liberal, prevaleció sobre el Partido Colorado y obtuvo la intendencia de la ciudad.
En los últimos meses del año, el escenario político ha sido particularmente relevante para la región. El giro conservador en la Argentina concretado a partir del ajustado triunfo conseguido por Mauricio Macri, la ley de convocatoria promulgada por la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia que habilitó la realización de un referéndum en febrero próximo en el que se decidirá si Evo Morales se puede presentar en las elecciones del 2019 y el triunfo de la oposición venezolana en los comicios legislativos constituyen tres novedades políticas que, más allá de las gravitaciones inmediatas de cada caso y las consecuencias que traerán aparejadas, tienen una trascendencia inobjetable. Completa el panorama en el Cono Sur la inestable situación política en Brasil en donde continúa la intensa ofensiva de la oposición contra el gobierno de Dilma Rousseff, que llegó hasta la presentación del proceso de impeachment (juicio político).
El año económico de la región: la necesidad de diversificar la matriz productiva frente a un contexto internacional adverso
Desde el punto de vista económico, se cierra un año complejo para la región. La tendencia regresiva de las condiciones internacionales que hasta hace poco favorecieron el ciclo de bonanza -altos precios de las materias primas y los alimentos junto a un elevado nivel de consumo de las potencias mundiales- perduraron y se acentuaron durante este 2015, generando las primeras contracciones visibles en algunos de los distintos escenarios nacionales, especialmente en América del Sur. El año que culmina, en tal sentido, se inscribe como continuidad del ciclo de amesetamiento del crecimiento –cuando no retracción- comenzado en 2012, en fuerte contraste con el período de importante expansión evidenciado entre 2003 y 2011. Así lo confirma, por ejemplo, la CEPAL, que en su balance anual sostiene que en el 2015 las economías latinoamericanas y caribeñas evidencian en promedio un retroceso del 0,4%, siendo que para el año entrante las expectativas pronostican un crecimiento regional escaso del 0,2%.
Entre las razones que explican el agudo escenario quizás la más importante sea la persistente y notoria caída de los precios internacionales de las materias primas lo cual se tradujo en un marcado deterioro de los términos de intercambio de la mayoría de los países de la región. La caída abrupta del precio del petróleo y sus derivados, como así también de los minerales y los alimentos en general, ha significado para las naciones latinoamericanas una sensible reducción de los ingresos. En relación con lo anterior, la caída de la demanda de los grandes centros mundiales –fundamentalmente China, uno de los principales socios comerciales de la región- también ayudó a la contracción del volumen de las exportaciones, afectando los ingresos de las economías latinoamericanas. A ello hay que sumar, además, una caída importante de las inversiones extranjeras en el subcontinente y una apreciación constante del dólar, asociada a este factor de baja sostenida del precio de las materias primas, que condujo a déficit presupuestarios en varios países, caída de reservas y devaluación de las monedas, y de otra variable no menor, el alza vaticinada desde hace meses y, finalmente anunciada, de la tasa de interés en Estados Unidos.
En los últimos diez años, América Latina logró sacar de la pobreza a más de 70 millones de personas, mejoró gran parte de sus indicadores sociales y en varios países hubo un notable crecimiento de sus clases medias. La reconstrucción del mercado interno, las políticas productivas -en lugar de las especulativas-, la nacionalización de industrias estratégicas y el desendeudamiento en países liderados por fuerzas progresistas, posibilitaron estos avances en la distribución del ingreso. Sin duda, esto debe ser tomado como un piso desde donde seguir avanzando en la inclusión y la igualdad.
Los cuatro elementos paradigmáticos que tuvo el año en materia cultural
El 2015 estuvo marcado por cuatro sucesos: la multitudinaria convocatoria contra la violencia de género #NiUnaMenos, la recuperación pública de los bienes patrimoniales, una renovada agenda escénica y artística vinculada a las demandas por las violaciones a los DDHH y los debates a propósito de la creación de nuevas estructuras gubernamentales en materia cultural.
#NiUnaMenos fue la cristalización de una identidad político-cultural que, en primera instancia surgió en Argentina pero que incontables luchadorxs de toda la región replicaron a través de movilizaciones y distintas iniciativas que incluyeron la creación en el campo de las artes de temas inspirados en la lucha contra la violencia de género. Desde México hasta Argentina, el campo cultural estuvo marcado en este 2015 por una reacción masiva contra los incontables casos de femicidio –como un modo de violencia social siempre ocultado- que sacuden la vida cotidiana de nuestros pueblos.
Por su parte, la recuperación patrimonial, de objetos, reliquias y archivos y también de tradiciones y expresiones inmateriales, ancestrales y populares, no solo significó un proceso de fortalecimiento del legado cultural de cada país, sino que marcó positivamente la relación entre los estados latinoamericanos y caribeños. Este avance no implicó una simple “puesta en valor”, sino una apuesta por visibilizar y reconocer historias y costumbres que reflejan las identidades regionales en simultáneo con la concreción de un serio trabajo arqueológico, una nueva conceptualización en materia museológica y una reconstrucción del concepto de patrimonio cultural. Si bien esta situación varió en cada país, en relación con el signo político del gobierno de turno y el marco general en el que se desenvolvieron las políticas culturales de cada nación, la región en su conjunto dio un salto cualitativo en materia de patrimonio material e inmaterial.
Las artes escénicas, visuales y plásticas se convirtieron en portadoras fundamentales de la demanda de memoria, verdad y justicia. El teatro y la danza, tanto como el cine o la pintura, contribuyeron a generar una conciencia colectiva mayor al analizar, revisar y cuestionar las violencias ejercidas por las dictaduras, y motivaron la persistencia de una reflexión necesaria respecto de las heridas que produjeron esos Estados Terroristas y que persisten hasta la actualidad en el cuerpo de nuestras sociedades. Y esto lo hicieron desde planteos estéticos que enriquecen el lenguaje de los reclamos y la defensa de la vida democrática.
En cuanto a la creación de nuevas estructuras y órganos gubernamentales vinculados con la gestión cultural, varios países tuvieron cambios o están en vías de tenerlos, no sin debates y críticas, que de algún modo permiten entender cuáles son las principales discusiones en el ámbito de las políticas culturales. ¿Para qué sirve un ministerio o una secretaría? ¿Quiénes y cómo deben participar de la gestión pública de la cultura? ¿En qué medida las políticas culturales son una prioridad para los respectivos gobiernos de la región? ¿Cuál es el rol que debe tener el Estado en relación a la cultura pública y privada? Que existan estás discusiones, dan cuenta de cuáles son las tensiones en el campo cultural y quiénes son los nuevos actores que superan aquella vieja mirada que sólo limitaba la cultura a cierta elite artística. Últimamente, la polémica suscitada por la creación de la Secretaría de Cultura en México resume el tono de esta controversia presente, en distintos niveles, en toda la región.
En el 2015, el campo de la cultura tuvo un desarrollo a favor de los debates y las luchas, con indudables nudos problemáticos, pero con una luz de optimismo en lo que tiene que ver con el reconocimiento de la diversa y notable cultura ancestral y popular de los latinoamericanos y caribeños. Omitidos muchas veces por la prensa hegemónica, considerados en otros casos desde una lógica corporativa por esos mismos medios de comunicación dominantes, estos cuatro elementos que sobresalieron a lo largo del año tuvieron y tienen su lugar en Nodal.
El panorama universitario: entre avances, cuentas pendientes y luchas estudiantiles
El ámbito universitario en América Latina y el Caribe constituye un universo tan grande como complejo y heterogéneo. A la hora de los balances, podría decirse que una de sus principales tensiones gira en torno a las posibilidades de acceso (a qué??
Pese a los avances registrados en los gestiones de gobiernos progresistas o de centroizquierda, en la región más desigual del planeta las inequidades económicas siguen generando disímiles condiciones de acceso a la educación universitaria, así como promueven diferenciaciones en la calidad de los aprendizajes.
Sin embargo, los avances no han sido pocos. En este sentido, Nodal Universidad ha reflejado la rica oferta de investigaciones, innovación tecnológica, proyectos, programas de becas o convocatorias, entre otras noticias, que expresan el dinamismo de la vida universitaria regional, y que la mayor parte de las veces no encuentra un espacio en los grandes medios de comunicación.
Por otro lado, el recorrido por algunos episodios puntuales de lo acontecido durante 2015 muestra la vitalidad de la tradición de las luchas estudiantiles y su impacto sobre la coyuntura social y política latinoamericana.
Así lo evidenciaron las movilizaciones que una vez más marcaron el pulso político en Chile, en la búsqueda de una reforma educativa que reemplace el actual sistema heredado de la dictadura de Augusto Pinochet y la remezón producida por la movilización de los estudiantes secundarios paulistas con la ocupación de más de 200 centros de estudio en defensa de la enseñanza gratuita, pública y laica.
Asimismo, en lo que constituye un hito en la historia de la universidad en Guatemala, los estudiantes jugaron un papel clave en la serie de manifestaciones que desencadenaron la renuncia del presidente Otto Pérez Molina. En este sentido, otra de las luchas estudiantiles, que marcó un antes y un después en 2015 la protagonizaron los estudiantes hondureños de la principal casa de estudios del país, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, quienes se posicionaron con dureza frente a una serie de reformas de corte neoliberal realizadas en la educación superior.
Los conflictos en Guatemala, Chile u Honduras grafican el clivaje principal sobre el cual se ordenan los problemas y los desafíos en el ámbito universitario de América Latina y el Caribe, y que podría describirse en términos del binomio inclusión versus exclusión. De esta manera, el campo de batalla puede quedar expresado en el movimiento pendular entre dos grandes modelos. Por un lado, aquel organizado bajo los parámetros del mercado, con una lógica privatista y donde la educación se convierte en una mercancía. Y, en el otro extremo, el modelo de universidad en el que la educación es un derecho social y se garantiza la universalidad y la gratuidad. En el medio, están los matices. Pero, en esa contradicción se ubican los dilemas del futuro.
Los avances de la región en la búsqueda de la soberanía científica y tecnológica
En las últimas décadas, los gobiernos de América Latina y el Caribe desarrollaron políticas públicas orientadas al robustecimiento del campo de la ciencia y la tecnología. Las instituciones dedicadas a la promoción científica y tecnológica se fortalecieron, se aumentaron los fondos disponibles e, incluso, se crearon ministerios y secretarías que, dedicadas en exclusiva a la promoción del área, impulsaron la integración de actividades económicas y sociales. Las autoridades tomaron conciencia respecto de la participación de los desarrollos científicos en el engranaje productivo y, en efecto, nuestros estados se enfrentan a un conjunto de nuevas temáticas que no pueden ser soslayadas en sus agendas públicas.
En la actualidad, los vínculos entre las naciones se materializan en acuerdos que incluyen fuertes inversiones e imprimen el sello de un objetivo general y compartido: el fortalecimiento de una soberanía científica y tecnológica que sólo podrá ser conquistada bajo un esquema de cooperación internacional (con EEUU o regional con los vecinos?) y mutuo respeto. La región cuenta con recursos humanos altamente capacitados que producen innovaciones tecnológicas, así como también con preciados recursos naturales que deben ser protegidos y aprovechados mediante políticas de desarrollo sustentable.
En este marco, durante el 2015 Nodal Tec buscó difundir difundió los avances más destacados de la región. Relevó, por ejemplo, la suscripción de acuerdos binacionales o multilaterales sobre medioambiente y cambio climático, cuyo correlato global se vio reflejado en la reciente cumbre de París. Informó, con especial minucia, iniciativas como el lanzamiento del satélite geoestacionario argentino Arsat II (a fines de septiembre) así como el fortalecimiento de la carrera espacial chilena a partir del inicio de la construcción del Gigante de Magallanes, el telescopio más grande del mundo.
También recuperó los avances brasileños y mexicanos vinculados al combate de un virus letal para las poblaciones locales como el dengue, del mismo modo que destacó todas las buenas nuevas que provinieron de Cuba y su sistema de salud ejemplar a nivel internacional. No faltaron noticias respecto a los avances de los países centroamericanos y caribeños, relacionadas a la promoción de insumos renovables a partir de la diversificación de las matrices energéticas (producción eólica en países como Costa Rica, y geotérmica en islas como San Cristóbal y Nieves, y Dominica), ni tampoco se soslayaron los esfuerzos de gobiernos como el de Uruguay y Venezuela por democratizar el acceso a la banda ancha e internet.
Además, intentamos dar dio cuenta de la infinidad de iniciativas novedosas y creativas que tantas investigadoras e investigadores latinoamericanos impulsaron a lo largo del año, lo que da cuenta de que el aporte científico que nuestro subcontinente hace al mundo es enorme a pesar de no visibilizarse con frecuencia en los medios de la región.
En efecto, confiamos en que la producción de la ciencia es tan importante como su divulgación. Fueron tantas las buenas noticias que nos preocupamos por comunicarlas con rapidez y calidad, con el objetivo de informar sobre todo los desarrollos tecnológicos y creativos pensados y realizados en la región.