Cumbre climática de la ONU: presidentes latinoamericanos exigen a las potencias mayor compromiso y un acuerdo vinculante
Los líderes latinoamericanos pusieron ayer el acento en la ayuda que necesitarán los países en vías de desarrollo para lograr los objetivos previstos en la cumbre del clima de París (COP21), al tiempo que hicieron hincapié en la necesidad de lograr un acuerdo ambicioso y vinculante.
Una veintena de presidentes procedentes de América Latina participaron en la apertura de la cumbre que pretende buscar un pacto que sustituya al Protocolo de Kioto de 1997 y concluirá el 11 de diciembre.
Pero reducir las emisiones de gases contaminantes para limitar el calentamiento climático debe ir acompañado de ayudas para que no suponga un freno al desarrollo de los países más pobres, indicaron los líderes latinos.
«Hay un sentimiento de urgencia y tenemos que dar muestras de liderazgo. Nuestra acción será útil si es colectiva», aseguró la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que señaló que el acuerdo de París debe «contribuir al desarrollo mundial» e ir asociado «a la erradicación de la pobreza y el fomento de un empleo decente».
Como el resto de sus homólogos, Rousseff pidió que sea «jurídicamente vinculante» y no suponga «solo la suma de las contribuciones de cada uno», sino que abra «una nueva vía para comprometernos en la lucha contra el cambio climático».
«Las diferencias entre los diferentes países no deben minar nuestros objetivos. Los países desarrollados tienen que buscar otras fuentes energéticas y el acuerdo debe conducir a una convergencia que una las contribuciones de todos», dijo.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, aseguró que el «nuevo régimen climático» no debe frenar el desarrollo económico.
«Asumamos el reto, seamos la generación que tomó las decisiones necesarias para consolidar el desarrollo sostenible», apuntó.
El peruano Ollanta Humala, el primer líder extranjero en dirigirse al plenario en su condición de anterior anfitrión de la COP, advirtió de que el mundo «no puede permitirse un fracaso en París» tras el de Copenhague de 2009, cuando no se logró un acuerdo para sustituir a Kioto.
Para el presidente de Perú, el acuerdo parisino debe ser «operativo» y contener «compromisos firmes» para «hacer más transparentes y previsibles» los objetivos.
Sin olvidar, dijo Humala, que hay que tener en cuenta «la financiación de la transición climática» para los países en vías de desarrollo y «el traspaso de energía».
Para el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, «detener el cambio climático es el mayor reto de la humanidad en toda su historia» y su país estará en mejores condiciones de afrontarlo cuando acabe su conflicto armado, porque las guerrillas «se convertirán en aliadas» en ese combate.
«Colombia está plenamente comprometida, pero no aceptaremos cualquier tipo de acuerdo», dijo Santos, que abogó por un pacto dinámico y con verificaciones «dinámicas», que permita que «este planeta sea por muchos milenios la casa de la raza humana».
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, pidió que no se olviden «los océanos» en la negociación, al tiempo que reclamó que se aborde también con la perspectiva de género, porque «las mujeres son víctimas» del cambio climático «pero también son solución».
«Actuar se ha vuelto ineludible», subrayó Bachelet, para quien en estos momentos se viven «ya las consecuencias de la inacción pasada».
Los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y Ecuador, Rafael Correa, responsabilizaron al capitalismo de los actuales problemas del planeta, por lo que coincidieron en señalar que son las economías más desarrolladas quienes más tienen que contribuir a la solución.
Para hacerlo, propusieron la creación de «una Corte Internacional de Justicia Ambiental para proteger los derechos de la naturaleza», que Correa anunció y Morales respaldó.
«Nada justifica que tengamos tribunales para proteger inversiones, para pagar deudas financieras, pero no para proteger a la naturaleza y obligar a pagar las deudas ambientales», aseguró Correa, que culpó de esto a «la perversa lógica de privatizar los beneficios y socializar las pérdidas».
«La ‘madre Tierra’ está acercándose al crepúsculo de su ciclo vital, cuya causa estructural corresponde al sistema capitalista», que ha desarrollado «una fuerza arrolladora y destructiva en nombre de la libertad de mercado, de la libre competencia y de los derechos humanos», dijo por su parte Morales.
El presidente boliviano apeló «a las potencias capitalistas a que cesen la irreversible destrucción del planeta» y las acusó de «producir a escala infinita bienes de consumo descartables que hoy están destrozando la naturaleza, degradando el trabajo, produciendo guerras de conquista y destruyendo la convivencia».
Morales entrega a presidente de COP 21 Manifiesto de los pueblos por el cambio climático
El jefe del Estado boliviano, Evo Morales, entregó al presidente anfitrión del evento, Laurent Fabius, el Manifiesto de los pueblos en defensa de la Madre Tierra elaborado el mes anterior en Tiquipaya, durante su participación en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21).
Morales advirtió que si el mundo continúa por el camino del capitalismo la vida en el planeta está condenada a desaparecer.
«Si continuamos en el camino trazado en el capitalismo estamos condenados a desaparecer», dijo durante su intervención en ese acontecimiento que reúne a más de 150 líderes de países del mundo que procuran un acuerdo para evitar el ascenso de la temperatura por encima de los dos grados.
Asimismo, lamentó que “en nombre de la libertad de mercado, libre competencia y Derechos Humanos” el capitalismo hay desencadenado esta fuerza “destructiva” y “arrolladora”. “Si continuamos con el camino trazado por el capitalismo estamos condenados a desaparecer”, advirtió finalmente.
“Hemos venido a esta Cumbre para decir lo que sentimos los pueblos y advertir sobre el futuro de la Madre Tierra y de la vida”, dijo el mandatario ante más de 130 presidentes que asistieron al evento.