Victoria Sandino y Jesús Santrich, miembros de las Farc: “Colombia no puede ser la plataforma para que EEUU o la OTAN desestabilicen a la región” – Exclusiva de Nodal

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Nodal.am estuvo en el Palacio de Convenciones de La Habana, Cuba, lugar donde se desarrollan los diálogos de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC, para entrevistar de forma exclusiva a Victoria Sandino y Jesús Santrich, miembros de la delegación insurgente. A cuatro meses del plazo estipulado para el fin del conflicto, los miembros de la guerrilla se refieren acerca de los avances, desafíos y cuentas pendientes de las conversaciones. Por Agustín LewitActualmente, el proceso de los diálogos de paz se encuentra discutiendo el 5to punto de la agenda, referido a las víctimas. ¿En qué situación se encuentra el mismo?

Sandino: Bueno,el punto de víctimas tiene a su vez dos puntos específicos que tienen que ver con la verdad y el tema de los DDHH. Respecto a este eje de la agenda, ya llevamos casi año y medio de discusiones, tiempo en el cual hemos podido-entre otras cosas- discutir con las víctimas, escuchar sus propuestas, sus inquietudes. Luego ello se llevó a la mesa de negociaciones, donde hemos tenido un diálogo intenso y hemos logrado hasta el momento una serie de acuerdos parciales, entre los que conviene destacar la creación de una Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, que tuvo la tarea de hacer un panorama general de lo que ha ocurrido en Colombia en estas décadas de conflicto. Esta Comisión operó con expertos y académicos durante seis meses. Y también hemos logrado aprobar la constitución de una Comisión del Esclarecimiento de la Verdad, de la Convivencia y de la no Repetición del Conflicto, que todavía tiene aspectos por definir, como por ejemplo quiénes la integrarían. Y, más recientemente, se alcanzó también un acuerdo respecto a las personas dadas por desaparecidas.

Sin embargo, el aspecto central de este punto de la agenda tiene que ver con la conformación de un nuevo sistema de Justicia, que debe ser creado en el marco de la mesa, es decir, por las dos partes. Este acuerdo ya fue firmado por los responsables de ambas delegaciones el pasado 23 de septiembre, cuando hizo presencia en La Habana el presidente Juan Manuel Santos y nuestro comandante en jefe Timoleón Jiménez.

Fue allí cuando se anunció la creación de una jurisdicción especial dentro del sistema judicial…

Sandino: Efectivamente. Se trata de un sistema integral que integra varios aspectos: la misma Comisión de la Verdad, la Comisión del Esclarecimiento, una serie de Tribunales especiales, pero fundamentalmente el acceso a la verdad por parte de las víctimas y –por ende- el acceso a la justicia; es decir, que se esclarezca todo lo ocurrido. Y acá la cuestión central es que rinda cuenta todo el mundo; esto es, todas las personas que directa o indirectamente hemos participado en el conflicto.

Inclusive, miembros del Ejército colombiano…

Sandino: Claro, todos: miembros del Ejército, la clase política, empresarios, terratenientes, las multinacionales, que también han patrocinado la guerra en Colombia.

Recientemente saltaron a la luz algunas discrepancias respecto de cuál será el mecanismos de refrendación de los acuerdos. El Gobierno ha planteado la posibilidad de un plebiscito. ¿Cuál es la propuesta concreta de las FARC al respecto?

Sandino: Bueno, ése es uno de los puntos más problemáticos que tenemos en este momento. Lo que ha ocurrido es que, posterior a la firma del 23 de septiembre, el Gobierno dio marcha atrás sobre una decisión que ya se había tomado, apoyada por una comisión de juristas expertos que trabajó puntualmente sobre este tema. Para decirlo claramente: el gobierno empezó a modificar lo ya pactado. Es por ello que actualmente estamos empantanados en este punto, tratando de solucionar este antecedente de incumplimiento de Santos. No se puede modificar lo que ya está acordado, el Gobierno no puede legislar a contravía de lo consensuado. Y la otra gran contradicción en este momento en la mesa, se refiere a ese mecanismo de refrendación que está presentando el presidente Santos, que no fue consensuado por las partes. Tal como indica el sexto punto, el mecanismo por el cual los acuerdos serán refrendados tienen necesariamente que salir por consenso de las partes, y no definidos unilateralmente, como lo está intentando hacer el Gobierno junto al Congreso colombiano.

Pero, concretamente, ¿las FARC tiene una propuesta definida sobre cómo deberían refrendarse los tratados?

Satrich: Sí, nosotros tenemos varias propuestas. Pero la central es la realización de una Asamblea Nacional Constituyente. Nosotros partimos de lo que expresa el preámbulo del Acuerdo General de La Habana, el cual establece claramente que la paz es un asunto de todas y todos los colombianos, o sea, de la sociedad en su conjunto. Por tanto, la participación de la comunidad debe ser determinante. Y eso no se logra en un plebiscito consultivo. Ése no es un mecanismo apropiado para la refrendación, y menos para definir implementaciones. Las FARChan sostenido siempreque solo la Asamblea Constituyente, participativa y nacional, puede poner en marcha los potenciales del pueblo soberano. Claro que esto hay que discutirlo. Lo que no podemos hacer, es aceptar una decisión unilateral del Gobierno sobre un punto que necesariamente debe ser consensuado.

Desde diferentes sectores se critica la idea que la paz reducida al silencio los fusiles, argumentando que la verdadera paz debe venir acompañada por justicia social. ¿Cómo aparece esto en la agenda de los diálogos?

Sandino: La agenda recoge varios aspectos que tienen que ver con dar solución a los problemas que originaron en su momento la lucha armada. Uno de ellos es el problema de la tierra, y en términos generales, el problema agrario. Respecto a eso, ya se logró un acuerdo parcial. En paralelo, tenemos el tema de la participación política y también el punto de los cultivos ilícitos. Pero lo más importante aquí es que todos estos temas surgieron de los debates nacionales y de las propuestas que las distintas organizaciones sociales –comunidades campesinas, indígenas, etc.- nos han hecho llegar.

Ahora bien, el tema fundamental es que hay una serie de elementos que complejizan todos los puntos que hemos discutido. Por ejemplo, en el caso de la tierra, hay que atender el problema de la extranjerización de nuestro territorio nacional, que se encuentra cada vez más devorado por las multinacionales; o el problema del latifundio, que supone una concentración abusiva de enormes tierras en pequeñas manos, mientras que más del 80% de la población no tiene propiedad. Estos puntos importantes aún no han sido abordados de manera definitiva en la mesa.

Para terminar, el expresidente uruguayo José Mujica, ha dicho que la paz de Colombia debe ser la paz del continente. En relación a ello, por un lado:: ¿cómo evalúan el papel de Cuba como país garante, y Venezuela y Chile como países acompañante? Y, en segundo lugar, ¿qué significancia tiene la paz en Colombia para el resto de la región?

Satrich: El papel de Cuba y Venezuela fue crucial por cuanto nos brindaron la confianza necesaria para salir de la selva y dialogar con un Gobierno que ha implementado un régimen de terror durante muchas décadas en Colombia, y ha mantenido las condiciones de desigualdad, miseria y carencia para gran parte de la población, situación frente a la cual nosotros hemos luchado por más de medio siglo. Sin las garantías de los países que acompañaron el diálogo, el mismo hubiese sido imposible. Por otra parte, si esas condiciones de desigualdad no se superan, definitivamente no habrá paz para Colombia.

Sandino: eso que dijo Mujica es fundamental: la paz en nuestro país es también la paz del continente. Sobretodo teniendo en cuenta que Colombia es un país exportador de la guerra. Actualmente, Colombia esta realizando la guerra en Venezuela con los paramilitares, eso no es falsedad. Recientemente, también, se supo del envío de soldados colombianos a Yemen. Tomando en cuenta esto, es imperiosoque Colombia tenga una política de paz no sólo hacia el interior de su territorio, sino para el resto de la región. Colombia no puede ser la plataforma para que los países imperialistas –EEUU o la OTAN- desestabilicen a la región latinoamericana.

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