Reclaman justicia en caso de jesuitas masacrados en El Salvador

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El procurador para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador, David Morales, notificó ayer que la Corte Suprema de Justicia violó los derechos humanos con la decisión de amparar a un grupo de militares.

Esos uniformados están implicados en el asesinato el 16 de noviembre de 1989, en el contexto del conflicto armado y por órdenes superiores, en la Universidad Centroamericana (UCA), en esta capital, al religioso español Ignacio Ellacuría quien era rector de esa institución académica.

Junto a él, fueron asesinados otros cinco sacerdotes españoles, una empleada doméstica y su hija.

En agosto pasado la Sala de lo Constitucional de la Corte dictó una sentencia con la cual declara que las órdenes de captura emitidas por la Interpol contra los implicados en la masacre “son precisamente órdenes de captura y no órdenes de localización”, explicó Morales.

Con esa resolución, David Morales considera que la Corte violó el acceso a la justicia en perjuicio de las víctimas, familiares y comunidad religiosa y académica afectada por el crimen de los padres jesuitas.

“Le pido a la Corte en pleno que revise la decisión y la deje sin efecto y que reanude a la brevedad posible su colaboración con la Audiencia Nacional de España”, solicitó el procurador.

La justicia española tiene procesados a 13 exmilitares salvadoreños por los hechos acontecidos en ese entonces.

En este proceso, España reclamó la extradición del exministro de Defensa Rafael Humberto Larios, del excomandante de la Fuerza Aérea salvadoreña Juan Rafael Bustillo y de los sargentos Antonio Ramiro Ávalos Vargas y Tomás Zárpate Castillo, pero El Salvador negó la entrega.

También demandó a los coroneles Francisco Elena Fuentes, Guillermo Alfredo Benavides, Joaquín Arnoldo Cerna, Carlos Mauricio Guzmán, Ôscar Alberto León Linares y Juan Orlando Zepeda, y a los tenientes José Ricardo Espinoza Guerra, al subteniente Gonzalo Guevara y al cabo Ôscar Mariano Guzmán.

Cada 16 de noviembre, estudiantes y docentes de la UCA realizan la tradicional Procesión de los Farolitos, llamada así porque los participantes portan faroles con velas en recordación de las víctimas. Después de la procesión se celebra una misa.

Un editorial de la Universidad publicado hoy refiere que “honrar y celebrar a los mártires de El Salvador, no solamente a los de la UCA, supone comprometerse con su legado y seguir trabajando por las causas que animaron sus vidas y dieron sentido a sus muertes.”

Añade que La búsqueda de la justicia, basada en la dignidad de todas las personas y en el derecho a la igualdad de oportunidades, de forma que llegue a ser el principio que rija las relaciones económicas, sociales y políticas, sigue siendo uno de los principales retos de la sociedad salvadoreña.

“A 26 años del martirio en la UCA, para ser fieles al legado de los mártires, debemos seguir su ejemplo y continuar su trabajo, poniendo todo nuestro empeño en que El Salvador avance hacia la justicia social, de la que sin duda brotará la paz”, recalca el texto.

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