Indefiniciones del proceso constituyente – Diario La Tercera, Chile

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

En entrevista con este medio, el ministro Secretario General de la Presidencia delineó algunas de las claves del proceso constituyente que inició el Gobierno, cuya primera etapa será de «formación cívica», para luego dar paso a cabildos regionales y provinciales, los cuales recogerán las aspiraciones de la ciudadanía. «Vamos a invitar a la gente que imagine la Constitución que quiere», planteó el ministro.

A partir de las explicaciones del personero -quien aclara que su rol es de «coordinador administrativo», porque el responsable político es el ministro del Interior- resulta bastante evidente que La Moneda mantiene aún muchos aspectos esenciales sin resolver, algo que resulta llamativo considerando el extenso período que se ha tomado la Presidencia para anunciar una reforma que en su programa de gobierno figura como una de sus prioridades. Esta ausencia de definiciones más concretas parece ser evidencia de que el Gobierno nuevamente está improvisando respecto de una reforma estructural, lo que permite augurar que dicho proceso difícilmente logrará el objetivo que se ha previsto.

Los cabildos regionales y provinciales jugarán un rol central en este proceso constituyente; sin embargo, ni siquiera están definidos aspectos tan básicos como el número de personas que se espera participe en ellos ni cuántos cabildos se constituirán en el país. “Es un tema administrativo que todavía no hemos resuelto, pero no tiene por qué ser uno por provincia, pueden ser varios, a objeto que tenga una dimensión que sea manejable”. La inexistencia de estos antecedentes esenciales resulta inexplicable, aspecto sobre el cual el Congreso debería reparar y exigir que dichas definiciones estén disponibles por parte del Gobierno antes de discutir las respectivas partidas presupuestarias, y rechazarlas en caso de que ello no ocurra. Y en cuanto a la participación en dichos cabildos, “hay toda una entrada posible participativa a través de un sitio web”, plantea el ministro, lo que confirma el estado embrionario de su diseño.

Otro de los estamentos que jugará un rol central en este diseño es el llamado Consejo Ciudadano, el cual tendrá entre sus objetivos actuar como garante en los respectivos cabildos y elegir a los monitores que den garantías de imparcialidad en el proceso. No hay claridad de quiénes integrarán dicho consejo ni el número de sus integrantes. El propósito es que sea lo más amplio posible, y que a su vez sea operativo. «¡Qué se yo. Diez, 12 personas. Puede que más, no me lo han definido».

El Consejo tendrá también la misión de aprobar los contenidos de la campaña de educación cívica, la que de acuerdo con el ministro comenzará a mediados de noviembre. No parece posible que una entidad que aún no se ha nombrado tenga siquiera una mínima capacidad de visar en tan poco tiempo los contenidos de esta formación cívica, la que en sí misma ha despertado fundados reparos sobre su imparcialidad y las verdaderas motivaciones que subyacen a ella.

Frente a estas indefiniciones han surgido voces que han comparado esta errática planificación con la reforma educacional que el propio ministro Nicolás Eyzaguirre impulsó cuando estuvo frente a la cartera de Educación. El personero reconoció hace apenas un par de meses que se cometieron graves errores. «El programa educacional padeció de exceso de ambición»; asimismo, admitió que el Gobierno cayó en una «vorágine de reformas». Por ello sorprende que a tan poco de haber hecho ese reconocimiento nuevamente se opte por el camino de la improvisación y la falta de consensos.

La Tercera

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