Ecuador: El fallo a favor de la Oxy – Por Fander Falconí
El pez grande se come al pequeño. Donde más se evidencia la verdad de este dicho es en las relaciones internacionales. No solo los países ricos abusan de los países pobres, sino que las empresas multinacionales (algunas más ricas que muchos Estados) también abusan de los países pobres. Cuando ‘invierten’ en nuestros países, estas firmas se aseguran de quitar jurisdicción a nuestras cortes. Será en el exterior donde se arreglen los pleitos entre el Estado y el ‘inversionista’.
Un caso típico de lo expuesto es el de Oxy vs. Ecuador. En 2006, en vísperas de la Revolución Ciudadana, Ecuador declaró la caducidad del contrato que tenía con la petrolera Oxy, porque esta había violado el acuerdo, al ceder 40% de sus derechos a terceros, la firma canadiense Encana, sin consultar con el Estado ecuatoriano.
Oxy demandó a Ecuador en la corte prevista según el tratado de la época entreguista neoliberal: Ciadi (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones) del Banco Mundial. Se esperaba este lunes 2 de noviembre (hasta la fecha era fatídica) una sentencia que otorgara a la Oxy alrededor de 1.800 millones de dólares. Hubo fuertes protestas de grupos progresistas y del mismo Gobierno de Ecuador. Pero nadie esperaba que se otorgue lo que pedía Ecuador: la nulidad del laudo.
Este tribunal ahora ha fallado como en un regateo, “el 40% es nulo”, es decir, como fallando a favor de ambos como partes iguales; aunque como Oxy es “más igual”, nos toca pagarle 60% de lo demandado. Nos ‘perdonan’ 40%, de $ 1.769’625.000 a $ 1.061’775.000. La cifra final es un tercio de lo que pretendía Oxy: $ 3.370’000.000.
Los jueces reconocen que Oxy violó la ley al ceder derechos a terceros. Si Oxy violó la ley, ¿por qué, entonces, el Ciadi nos condena a medias? Porque, dicen, la caducidad del contrato era una pena ‘desproporcionada’. ¿Acaso no es desproporcionado hacer que un país pague 1.000 millones de dólares?
Pero no debe sorprendernos la parcialidad. Yves Fortier, el presidente del tribunal (designado por el Ciadi) que dictaminó a favor de la Oxy, fue dirigente de la inteligencia canadiense y luego jefe de sanciones del Banco Mundial. Según WikiLeaks, Oxy y la embajada estadounidense amenazaron en varias ocasiones a Ecuador. Esas amenazas quedaron fijadas en documentos que son pruebas y que un tribunal decente en los mismos Estados Unidos anularía el juicio solo por eso. Pero el tribunal en cuestión es el Ciadi, el Guantánamo judicial.
Un fallo que demuestra lo desprotegidos que estamos ante las transnacionales y sus instrumentos, como los tratados bilaterales de inversión, que protegen al capital sobre los intereses de los Estados.
Han pasado más de 60 años desde que el Nobel guatemalteco Miguel Ángel Asturias publicara su novela El Papa Verde, denunciando a la United Fruit, madre del monocultivo y de la miseria. En su lugar, hay ahora muchos capataces extranjeros abusivos.
*Fander Falconí Benítez, es un economista, académico y político ecuatoriano.