Sebastián Piñera, expresidente chileno: «El Gobierno tiene que comprender que Bolivia ha sido más activo en generar simpatías»

388

Por Gloria Faúndez H.

Un día después del fallo de La Haya, el ex Presidente Sebastián Piñera analiza la resolución de la corte internacional y destaca como un factor clave en su resultado la estrategia comunicacional del gobierno de Evo Morales. “En el terreno de la política internacional, de las comunicaciones, Bolivia ha hecho un trabajo que ha demostrado ser muy exitoso”, afirma en esta entrevista, en la que sólo aceptó abordar este tema.

Usted señaló que no estaba satisfecho con el fallo. ¿Cuáles son, a su juicio, los componentes de derrota?Hablé de insatisfacción, no de derrota. Todos hubiéramos preferido que la corte acogiera la excepción preliminar de competencia presentada por Chile. Si la corte la hubiese acogido y hubiera declarado su no competencia, la demanda boliviana habría terminado y sería parte de la historia. ¿Por qué no hablo de derrota? Porque si uno lee cuidadosamente el fallo tiene que concluir que la sentencia limita seriamente las pretensiones bolivianas. Y, en consecuencia, de una lectura cuidadosa, queda garantizada la soberanía y la integridad territorial de Chile.

¿Usted era partidario de presentar la objeción ante la corte? 

Sí, porque estoy convencido de que la corte no tiene competencia para conocer la demanda boliviana. Pero, además, creo que Chile tiene que ejercer todos sus derechos, esgrimir todos sus argumentos y emplear todos los medios disponibles en la defensa de sus legítimos intereses.

¿Es efectivo que los otros ex presidentes también eran partidarios de este camino?

Tuvimos una reunión los cuatro ex presidentes, el ex Presidente Aylwin, Frei, Lagos y el que habla, con la Presidenta Bachelet. Esa fue una reunión privada, pero dado que ha trascendido, confirmo que los cuatro ex presidentes éramos de la opinión de que era conveniente para Chile presentar la excepción preliminar.

Sin embargo, el contundente fallo de 14 a dos ha dejado a Chile intentando explicar por qué no sufrió una derrota… 

Más que mirar el número de votos a favor o en contra, cuidado, porque ni siquiera  la jueza ad hoc designada por Chile votó en favor de la tesis chilena de incompetencia, sino que en favor de postergar la definición de competencia, y resolverla junto con el fondo de la demanda boliviana. Por eso, más que los números 14-2, lo importante son los contenidos y las consecuencias del fallo. Y hoy la demanda boliviana que reconoce la corte es muy distinta a la demanda original que presentó Bolivia en su memoria. El fallo ha aclarado aspectos importantes para la posición y los intereses de Chile.

Se plantea que los climas políticos permean a los tribunales, incluida La Haya. ¿Cómo cree usted que afectó el clima en esta resolución?

Tengo entendido que el fallo se adoptó en junio en su fondo y en su contenido. Sin duda que la Corte Internacional de La Haya ha demostrado que no es una corte que falle en estricto derecho. Que incorpora elementos creativos y se deja influir por aspectos no jurídicos, sino que de otra naturaleza. Desde ese punto de vista, creo que para Chile es muy importante destacar que la no declaración de incompetencia de la corte crea un incentivo a que los países que tengan reivindicaciones territoriales o marítimas, que ya estén zanjadas por tratados vigentes, pretendan por la vía artificial de establecer un derecho o una obligación de negociar, revisar esos tratados. Y eso es extremadamente peligroso y preocupante no sólo para Chile, sino que para toda la comunidad internacional.

Si dice que el fallo supone una incertidumbre respecto del respeto de los tratados limítrofes, ¿cómo se explica que la demanda boliviana vaya generando mayor simpatía, en especial en América Latina?

Es verdad. En el terreno de la política internacional, de las comunicaciones, Bolivia ha hecho un trabajo que ha demostrado ser muy exitoso. Ha comprometido en forma muy intensa a dos ex presidentes: el ex Presidente Rodríguez, que es agente, y el ex Presidente Mesa, que ha sido un verdadero embajador. Aunque el Presidente Evo Morales está utilizando el tema de la “mediterraneidad” boliviana y de su demanda por acceso soberano al mar por razones políticas internas, también es cierto que ha logrado establecer la idea de que la mediterraneidad boliviana es la causa del retraso en materia de desarrollo económico de Bolivia, lo cual es absolutamente falso. Ha logrado establecer esta idea de David contra Goliat, del débil contra el fuerte y, por tanto, creo que es muy importante que Chile fortalezca su estrategia, no solamente en lo jurídico, sino que también en lo diplomático, en lo político y en lo comunicacional. Nosotros no podemos permitir que eso continúe y tenemos que recuperar el tiempo perdido.

Durante su gobierno, la política exterior fue criticada y se le calificó de “aislacionista”. ¿Reconoce un déficit de su administración en el respaldo que la demanda boliviana concita en otros países? 

Esa crítica de aislacionismo que usted menciona me parece tremendamente injusta y absolutamente injustificada. Y déjeme darle algunos elementos. Durante nuestro gobierno hubo cuatro asambleas de la OEA. Durante las tres primeras: 2010, 2011 y 2012, aun cuando una de ellas se realizó en Bolivia, ésta nunca logró aprobar ninguna resolución en su favor, a pesar que lo intentó en forma muy sistemática e incluso majadera. Todos los países, salvo Nicaragua, siempre apoyaron la tesis chilena de que este era un tema bilateral. Más aún, en la asamblea de la OEA del 2013, cuando ya Bolivia había presentado su demanda, intentó que este tema fuera parte de la agenda de la asamblea, pero no tuvo ningún respaldo. Durante nuestro gobierno, a Chile le tocó presidir la cumbre Celac, que es la comunidad de todos los países de América Latina y el Caribe, cuya primera cumbre se realizó en Chile y tuve la oportunidad de rebatir en forma fuerte y clara los argumentos y los postulados que sostuvo Evo Morales. Chile tuvo el liderazgo de incorporar la cláusula democrática a Unasur, y logramos crear, con un gran liderazgo de Chile, la Alianza del Pacífico. Por tanto, me parece a mí absurdo que porque hoy día, cosa que no ocurría durante nuestro gobierno, personeros como el Papa o de países como Argentina, Uruguay o Perú, hayan hecho declaraciones contrarias a los intereses de Chile, se pretenda culpar a nuestro gobierno. Eso es echarle la culpa al empedrado, y eso no resuelve ningún problema.

¿Y a qué usted cree que obedece que en el último año se hayan sucedido estos gestos en favor de Bolivia, cuando uno podría decir que son gobiernos ideológicamente más afines al de la Presidenta Bachelet?

Eso no ocurrió durante nuestro gobierno y, por tanto, esta es una pregunta que debiéramos hacérsela al actual gobierno, pero creo que tenemos que redoblar nuestros esfuerzos por explicar, difundir y defender los argumentos y los intereses de Chile en todas las instancias que tengamos disponibles, incluyendo el campo diplomático, político y comunicacional.

¿Cree que ha habido un déficit del gobierno en ese esfuerzo?

Sí. Basta ver lo que está ocurriendo: Bolivia ha sido mucho más exitoso en exponer, difundir, defender y ganar adhesión para su causa que Chile. Y eso no debiésemos ignorarlo, sino que tenemos que reconocerlo para corregir la acción. Chile tiene que reforzar su estrategia no solamente en la defensa jurídica ante la corte, sino que en el terreno político, diplomático, comunicacional, usar todas las instancias y usar todos sus personeros. Yo quiero reiterar que al igual que todos los otros ex presidentes, estoy absolutamente disponible para colaborar con Chile en esta causa, como lo hemos hecho cada vez que la Presidenta o el gobierno nos lo ha pedido. Pero, por ejemplo, el rol que ha jugado el ex Presidente Mesa o el ex Presidente Rodríguez ha sido muy importante, y la lección que tenemos que sacar es que no basta con tener la razón, hay que también ser capaz de explicarla, difundirla y apoyarla.

Da la impresión de que usted siente que no se ha recurrido lo suficiente a figuras como los ex presidentes. ¿Es esa su opinión? 

Los ex presidentes hemos estado siempre disponibles para colaborar con el gobierno en la defensa de la causa chilena. Y, de hecho, hemos hecho muchas gestiones y hemos realizado muchas tareas, pero lo que estoy diciendo es que el gobierno tiene que comprender que en esta materia, en el campo de la política, de las comunicaciones, de la generación de simpatías, Bolivia ha estado más activo y ha tenido mejores resultados que Chile, y esa es una lección que tenemos que aprender.

Hay gente que plantea que -por el contrario- se debieran relevar otros aspectos de la política exterior…

Por supuesto que no tenemos que “bolivializar” la política exterior chilena. Por eso, durante nuestro gobierno hicimos grandes esfuerzos. Por ejemplo, cuando el Presidente Santos me llamó por teléfono para plantearme la posibilidad de que Chile acompañara el proceso de paz de Colombia, aceptamos. Lo mismo en la creación de la Alianza del Pacífico. Pero, al mismo tiempo, Chile nunca descuidó la relación con el resto de América Latina. Por ejemplo, es cierto que existe una cierta simpatía ideológica entre algunos gobiernos de centroizquierda en América Latina, pero eso no ha tenido efectos en la posición de esos países respecto de este diferendo entre Chile y Bolivia.

¿Usted cree que el gobierno ha subestimado la política comunicacional de Bolivia en el tema de la demanda?

Creo que Bolivia ha tenido una estrategia más allá de lo jurídico, sino que en el campo político, comunicacional, muy activa, muy agresiva y que le ha dado buenos resultados. Y que Chile tiene que reconocer que en esa materia se ha quedado atrás y tener una actitud más proactiva y utilizar todos los foros, todos los medios, todos los personajes y todas las instancias para que la posición chilena sea conocida, comprendida y apoyada.

¿Usted es de los que piensan que hay que replantearse la permanencia en el Pacto de Bogotá?

En primer lugar, la Corte Internacional de Justicia de La Haya es el órgano jurídico más importante de Naciones Unidas, pero no es el único organismo donde se pueden resolver controversias. Chile tiene que analizar en forma muy reflexiva y con mucha serenidad, no ahora, porque no es bueno hacerlo en caliente, los elementos positivos y negativos, favorables y desfavorables a nuestra permanencia en el Pacto de Bogotá. Quiero mencionar que hoy día, de los 30 y tantos países latinoamericanos, sólo 14 países pertenecen al Pacto de Bogotá y varios ya lo han denunciado, como por ejemplo fue el caso de Colombia. Y, además, quiero también recordar, para tener plena claridad, de que nuestra permanencia o no permanencia en el Pacto de Bogotá no tiene ningún impacto sobre la demanda boliviana, porque ésta ya está presentada.

¿Cómo debiera llevarse la relación con Bolivia de aquí en adelante? 

Chile tiene que tener una actitud constructiva, tiene que estar dispuesto a avanzar en la solución de los problemas, pero no tiene que tener bajo ningún punto de vista una actitud ingenua. Hay que tener mucho cuidado en la relación con Bolivia y con el Presidente Morales, porque él utiliza esta causa para fines de propósito de política interna, es muy poco respetuoso con la verdad y, además, muchas veces falta el respeto a las autoridades chilenas. Por eso, en esta materia hay que tener una posición constructiva, pero firme y sin ninguna debilidad.

La Tercera

Más notas sobre el tema