Danilo Astori, ministro de Economía de Uruguay: «Pondría el acento en la Alianza del Pacífico pero no descarto el TPP»

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Fabián Tiscornia

Para el ministro de Economía, Danilo Astori sería un «profundo error» abandonar algún objetivo de la política económica. Para el ministro en la inserción internacional Uruguay «tendría» que acercarse «a un acuerdo con el Pacífico y empezando por la Alianza del Pacífico». Esto es un resumen de la entrevista que Astori mantuvo con El País.

El Ministerio de Economía ha declarado desiertas las últimas emisiones de deuda local, ¿le preocupa?

Declaramos desiertas algunas de esas emisiones para no convalidar tasas de interés que nos parecieron más altas de lo que esperábamos. Pero, en realidad lo que está ocurriendo es razonable. Es lo que tenía que ocurrir, es lógico. Hay cambios de portafolio frente a la tendencia a la apreciación de la moneda estadounidense. Dicho sea de paso, hemos intentado desde el Banco Central (BCU) evitar transmitir los efectos de ese cambio de portafolio a la sociedad en su conjunto y por eso el propio BCU ha estado recomprando su deuda de corto plazo. No suele estar en los análisis que se baja la deuda, porque muchos pusieron el acento en la disminución de reservas, que es una reducción muy moderada.

Ante el Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI, el gobierno expuso que la prioridad clave es la inflación, pero que su combate no puede hacerse descuidando la competitividad ni el equilibrio macro.

No renunciamos a ningún objetivo.

Algunos analistas han planteado que hay que renunciar transitoriamente a contener la inflación por debajo de 10%, permitir que suba el dólar y enfocarse en la competitividad.

Creemos que es un profundo error, profundo error. ¿Cómo se puede invertir en un contexto inflacionario? No creo que se pueda apostar a la inversión y al crecimiento en un contexto inflacionario. ¿Alguien puede pensar que es compatible una aceleración en la devaluación del Uruguay con el mantenimiento de una situación fiscal sostenible y un mejor resultado fiscal? Creo que no. ¿Alguien puede pensar que se puede compensar una mayor devaluación con una rebaja en algunas tarifas? Creo que no. No podemos renunciar a ningún objetivo y que además tenemos que tener muy claro que el corazón de los equilibrios macro es la consistencia entre la política monetaria, cambiaria, la fiscal y la de ingresos. No hay otra. Los lapsos en los que se cambian los énfasis y las dosis de un instrumento y otro son muy cortos, hay que estar permanentemente encima.

¿Semanalmente?

No, diariamente y a veces dentro del mismo día tomando decisiones. Esto del Central de recomprar su deuda y al mismo tiempo dejar de intervenir en el mercado cambiario por varios días, es una decisión que se toma en un horizonte de tiempo muy estrecho.

Eso moderó el mercado cambiario y la suba del dólar.

Mirá la evolución gradual y suave que está teniendo ahora. ¿Era pertinente transmitirle a la sociedad el ruido de lo que está pasando políticamente en Brasil o el cambio de portafolio que legítimamente estaban haciendo las AFAP en Uruguay? ¡No! Nos salimos de los fundamentos, nos vamos a cualquier lado. Por eso creo que es un profundo error renunciar a alguno de estos objetivos, así en definitiva terminás anulando la potencia de los otros instrumentos y en algún caso la eliminás por completo.

Han salido en forma bastante dura tanto usted como el presidente del BCU, Mario Bergara…

Pero es que no fue dura. Hice una presentación en Somos Uruguay, espero que los analistas la hayan visto. Lo primero que dije, es que no se viera en mis palabras un intento de censura de los análisis y mucho menos intolerancia ante las opiniones. Acepto las opiniones distintas y las respeto muchísimo. Un gobierno lucha por tener conductas coherentes con sus políticas en la sociedad. Los resultados de las políticas, son resultado de miles y miles de decisiones que se toman, algunas de ellas deseadas, otras no deseadas, algunas consistentes, otras inconsistentes, algunas esperables, otras sorprendentes. Ahora, jugar sobre las expectativas de quienes toman esas miles de decisiones es un tema muy delicado, muy delicado. A veces es difícil el rol del analista privado. Lo único que pido es tener mucho cuidado con eso y saber que se puede llegar, como hemos dicho con Mario muchas veces, a la profecía auto-cumplida. Hablo tanto de tal efecto que termino contribuyendo a que el efecto se produzca. Entonces, análisis sí, por supuesto, todo el que sea necesario porque todos aprendemos de los análisis, aún en la discrepancia. Predicciones sí, por supuesto, pero yo no puedo estar haciendo una previsión sobre el tipo de cambio en junio del año que viene. Sinceramente, no se puede, no se puede. Y he visto predicciones sobre cómo va a estar el tipo de cambio nominal en junio del año que viene y eso juega sobre las expectativas, sin duda y tiene poco fundamento en la práctica porque la política económica se está jugando en sus énfasis y en sus dosis en lapsos muy cortos, muy cortos.

Salió el dato de un nuevo deterioro de las expectativas de los consumidores. Uno de los motores de crecimiento económico incluidos en el Presupuesto es el consumo, ¿qué pasa si está más abajo de lo previsto?

Pero el Presupuesto es un ejemplo tremendo de cautela. No recuerdo en mi vida que se haya presupuestado incrementos de recursos para dos años en un período de gobierno de cinco años y antes de cuatro. Eso quiere decir que a los dos años nos ponemos a examinar el tema, vemos cómo está la situación. Tengo la hipótesis de que a los dos años, la situación de la región más cercana puede ir cambiando para mejor, ojalá sea así. Es solo una hipótesis. Pero, justamente, mostramos cuidado para no equivocarnos.

Pero eso puede generar en dos años una nueva discusión a la interna del Frente Amplio que empiece a traspasarse a expectativas más pesimistas.

Al contrario. Creo que esto debería promover expectativas positivas, en el sentido de que no estamos dando un salto al vacío sino que estamos caminando con pies de plomo, con mucho cuidado. Obviamente, no somos ajenos a resultados de índices como el que mencionaste y que alguna encuesta también ha dado en materia de opiniones sobre la situación económica. Bueno, tanto más necesario es jugar sobre las expectativas. El otro día hablé de la batalla por las expectativas. La economía no se puede encerrar en un tubo de ensayo y mirarla de afuera, todos somos parte de la misma. No somos físicos o químicos, somos seres que entre otras cosas hacemos economía, cuando producimos, cuando consumimos, cuando invertimos.

Hace pocos días se concretó el acuerdo comercial Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés que integran Perú, Chile, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, entre otros), ¿Uruguay se plantea ir a ese acuerdo?

Creo que Uruguay tiene que apostar al mundo en su conjunto y trabajar para aprovechar la mayor cantidad de oportunidades que sea posible. Desde el Mercosur estamos cerca de un acuerdo con las Unión Europea (UE). Ahora, creo que además tendríamos que acercarnos a un acuerdo con el Pacífico y empezando por la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile) donde ya estamos como observadores. (El ministro de Hacienda de Brasil, Joaquim) Levy anunció en el desayuno (ver aparte) un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre México y Brasil. Me parece una muy buena noticia, porque significaría dejar de lado una disputa por liderazgos regionales que no tienen mucho sentido y que al mismo tiempo perjudican las posibilidades de toda la región latinoamericana. En segundo lugar, porque Brasil que hasta ahora operó como un factor retardatario de la Alianza del Pacífico, pueda también convertirse en un impulsor de ella. La Alianza está integrada por cuatro países con los que Uruguay tiene TLC. Pondría mucho el acento allí.

¿Más que en el TPP?

No descarto nada, no descarto nada, pero veo más cerca uno que el otro. Uruguay tiene que apostar a todas las posibilidades que ofrece este mundo, que es así, ni con el bilateralismo ni con el multilateralismo, sino con el llamado plurilateralismo, que son esta proliferación de acuerdos de todo tipo con preferencias. De los cuales, una economía abierta como tiene que ser la uruguaya, no puede prescindir de ninguna manera.

Ahora, hay resistencias a la interna del FA. En el TISA se vio claramente.

Hay resistencias sí.

Pero ¿cómo va a hacer para convencer en el caso de la Alianza del Pacífico o el TPP?

Hay que conversar, dialogar, demostrar. Muchas veces veo que al tema servicios se le tiene un poco de temor y nos olvidamos que el TLC con México incluye los servicios, este tratado que procuramos con la UE incluye los servicios. Entonces, sentémonos a conversar y veamos la realidad. Soy optimista. A veces lleva tiempo, pero miro hacia atrás y veo todo lo que ha avanzado ideológicamente el FA, sobre todo desde que llegó al gobierno y digo tiene que ser posible que también avancemos ahora en esta dirección.

Y el presidente Tabaré Vázquez, ¿cómo lo ve?

Vázquez no solo comparte, sino que apoya totalmente el enfoque de la conducción económica e internacional que tiene Uruguay. Lo del TISA puede ser uno de los aspectos parciales. Dicho sea de paso, un componente todavía bastante nebuloso, porque no tengo muy claro para dónde va el TISA. Claro, hubiera preferido estar para enterarme a dónde va. Ahora me tengo que enterar de afuera porque me lo cuenten algunos. Pero, no se agota la política internacional en el TISA y Vázquez comparte totalmente la orientación.

La situación «más explosiva» en la América Latina del pasado y el acuerdo de precios

En Lima, Astori participó del desayuno de América del Sur y México, con ministros de Economía y presidentes del Banco Central. Allí hizo una exposición el economista Nouriel Roubini (que anticipó la crisis de 2008) y el director del Departamento Occidental del FMI, Alejandro Werner. “Hubo una hora de intercambios de experiencias y algunas reflexiones breves”, señaló el ministro. La visión es que “esa desaceleración económica, esa inflación un poco más alta de lo que deseamos, ese resultado fiscal que podría ser mejor, más o menos está en todos los países”, explicó. “Después están los casos más problemáticos como el de Brasil, que es un caso delicado, Argentina con problemas de estanflación. Pero en términos generales es eso (desaceleración y presiones inflacionarias)”, dijo Astori. Esto “encuentra a una América Latina macroeconómicamente más ordenada que en el pasado. En el pasado, esta situación en América Latina hubiera sido mucho más explosiva, con aquellos niveles de inflación tremendos que había, desequilibrios fiscales muy importantes, los problemas de deuda tremendos. Eso en América Latina hoy ya no existe”, afirmó el ministro.

Respecto a cómo se seguirá combatiendo la inflación en Uruguay, Astori indicó que “esta semana vamos a convocar a una nueva reunión con los mismos participantes para renovar ese acuerdo”. Si bien la Cámara de Industrias ya señaló que no es posible y los importadores de alimentos que se puede pero con otras condiciones, el ministro cree que hay que “conversar”.

“Si tiene que haber otras condiciones, veremos cuáles son. Creo que es un instrumento positivo, que es uno de los factores que explica el descenso de la inflación en el último mes, creo que se va a confirmar este mes. Si hacemos el nuevo acuerdo, sin duda podemos extender un poco más en el tiempo el proceso de desaceleración de la inflación. Hay que trabajar con todas las herramientas. El tema de los acuerdos de precios no constituyen la solución de la inflación, pero juegan sobre las expectativas. Y en la batalla por las expectativas, son fundamentales y han tenido buenos resultados en todos los casos que hicimos acuerdos”, destacó.

Consultado sobre la propuesta del Pit-Cnt y algunos legisladores oficialistas de hacerlo por tiempo más prolongado al estilo “Precios Cuidados de Argentina, Astori dijo: “no creo que sea aplicable al caso uruguayo, porque originaría quizás distorsiones importantes siempre que fuera aceptado por los participantes en el acuerdo. Realmente no veo que acepten una modalidad de ese estilo”.

Sobre la posible rebaja de combustibles, señaló que se medirán “todos los efectos que una decisión de este tipo tiene, para empezar sobre la empresa y sobre toda la sociedad en su conjunto, sobre sus objetivos de política macroeconómica”.

El País

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