La vergüenza europea y el espejo latinoamericano – Análisis del director de Nodal

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Las imágenes de un niño muerto en las playas de Turquía conmovieron al mundo, de eso no cabe duda. La gran pregunta es cómo responden los responsables políticos que toman las decisiones respecto de miles de seres humanos que escapan de guerras, matanzas y hambre.

La historia está repleta de paradojas. El continente que tuvo dos guerras mundiales en su territorio y provocó él éxodo de millones de personas ahora está inmerso en un debate para ver cuántas acepta cada uno de los 28 países que conforma la llamada Unión Europea.

Es paradójico que la Agencia de Naciones Unidas creada para asistir a refugiados (ACNUR) haya nacido justamente en Europa después de la segunda guerra mundial para ayudar a millones de europeos que lo habían perdido absolutamente todo.

Según la definición de ACNUR un refugiado es una persona que «debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país». Y aquellos que ahora llegan Europa desde Africa o Asia lo son.

La congoja actual no puede tapar el racismo que existe en casi todos los países europeos y sus principales líderes que plantean mirar con lupa quién es refugiado, inmigrante con papeles, inmigrante sin papeles, demandante de asilo o tantas otras categorías burocráticas que sólo buscan poner obstáculos. El gobierno alemán quiere evitar que la mayoría de los que huyen lleguen a su territorio y es por eso que impulsa un sistema de cuotas vinculantes para obligar a todos los países de la Unión Europea a recibir refugiados. Eso es complejo de por sí ya que según la legislación de la propia Unión Europea un refugiado sólo puede pedir asilo en el primer país europeo que pisa . Mientras algunos de los países más poderosos y ricos del mundo debaten cómo hacer para limitar la llegada de refugiados varios gobiernos latinoamericanos ya se han ofrecido para recibir gente que huye de la guerra civil en Siria.

Mucho se podría hablar de la historia de puertas abiertas que ha tenido América Latina a lo largo del siglo XX recibiendo a cientos de miles de europeos tal cual lo había hecho durante y después de la primera guerra mundial con italianos, rusos y árabes y durante la guerra civil española. Sin olvidar, claro está, el racismo y expulsiones en nuestra región, como se vio en los últimos meses con los haitianos obligados a abandonar la República Dominicana. (https://www.nodal.am/2015/06/el-eterno-drama-de-los-haitianos-por-pedro-brieger-director-de-nodal/)

Pero tal vez el caso más ejemplar sea el del Estado de Chiapas, el más pobre de México, que tiene una extensa frontera con Guatemala. En mayo de 2014 el Congreso local aprobó por unanimidad reformas a su constitución para brindarle mayor protección de derechos humanos a los migrantes. En el punto IV se señala claramente que “El Estado velará por el respeto irrestricto de los derechos humanos de los migrantes, tanto nacionales como extranjeros, sea cual fuere su origen, nacionalidad, género, etnia, edad y situación migratoria con especial atención a menores de edad, mujeres, indígenas, adolescentes, personas de la tercera edad y víctimas de delitos”. A pesar de la importancia de esta resolución que tuvo amplia cobertura en NODAL, la inmensa mayoría de los medios de comunicación ni siquiera le dedicó una línea. (https://www.nodal.am/2014/05/congreso-de-chiapas-aprueba-resolucion-de-proteccion-a-migrantes-centroamericanos/)

El 18 de junio de 2015 ACNUR publicó un informe actualizado del desplazamiento de personas a nivel mundial. Allí se resalta que “la distribución de los refugiados en el mundo sigue siendo profundamente desigual, ya que los países ricos dejan la responsabilidad de acoger a estas personas a los países con menos recursos. Casi nueve de cada 10 refugiados (el 86 por ciento) se encuentran en regiones y países considerados económicamente menos desarrollados. Una cuarta parte de la población refugiada se encuentra en países que la ONU ha incluido en la lista de Países Menos Desarrollados.” (http://www.acnur.org/t3/noticias/noticia/el-desplazamiento-de-poblacion-por-guerras-y-persecucion-alcanza-el-nivel-mas-alto-jamas-registrado/) En otras palabras, la mayoría de los refugiados está en los países pobres.

Chiapas es considerado el Estado más pobre de México con más del 70 por ciento de su población viviendo en condiciones de pobreza. Aún así a veces los pobres muestran que la solidaridad humana no es sólo un tema de dinero.


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