Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz: “Las elecciones en Guatemala serán el comienzo de una crisis por la falta de legitimidad de los actores sociales”

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Por Marcelo Sisso

La Premio Nobel de la Paz guatemalteca, Rigoberta Menchú, dialogó con Marcelo Sisso y Gonzalo Arroyo en el programa «Hacete cargo» por MDZ Radio.

La dirigente indigenista ha pedido la renuncia del presidente de su país, Otto Pérez Molina. Analizó eso y la situación latinoamericana:

– Hablemos del próximo escenario eleccionario, con un gobierno acusado de corrupción, u gabinete que ha cambiado de fisonomía por las renuncias y las denuncias de corrupción. Usted ha pedido la renuncia de Otto Pérez Molina, ¿cuál es el clima en el que se va a elegir presidente en Guatemala?

– Es lamentable, pero además es vergonzoso que las elecciones continúen hacia adelante a pesar de que el presidente está prácticamente muerto políticamente: ya se fue la mayoría de su gabinete por corrupción y crimen organizado, la vicepresidenta renunció porque diría desde su oficina una mafia corporativa que se mezcla con le crimen organizado, pero sobre todo con la corrupción.

La vicepresidenta, el secretario de esta y el del propio presidente, tienen denuncia formal. Realmente lo que correspondía, por dignidad, era que al asumir el nuevo vicepresidente, el presidente debía renunciar, para despejar las elecciones, que deberían ser más legítimas.

En este momento la legitimidad de las elecciones está en cuestión, porque varios de los candidatos a diputados, empezando por un candidato de la vicepresidencia del partido, que apunta en primer lugar en las próximas elecciones, el partido líder, también se le encontraron varias pruebas de corrupción y también está en discusión su desafuero. Varios diputados de este partido también tienen trámites de desafuero, muchos candidatos a diputados y a alcalde están cuestionados porque tienen un proceso legal.

Se plantean dos situaciones cruciales, una de ellas es que el Tribunal Supremo Electoral, está planteando la reforma en relación a partidos políticos y si se hace una reforma ahora con estos mafiosos, estamos pensando en que son juez y parte. Pero si ganaran las elecciones también serían juez y parte, o sea es una situación de crisis jamás vista en Guatemala. O sea, necesitamos una redefinición de la democracia y para ver qué podemos hacer con los casos de corrupción. Debemos hacer que los corruptos no gocen de amparos ni recursos provisionales. Tenemos más dinámica que los volcanes.

Las elecciones próximas no serán el fin de una crisis, sino el comienzo, por la falta de legitimidad de los actores sociales. Los partidos políticos dicen que ya gastaron todo el dinero que están autorizados para gastar, pero el Líder no tendría dinero ya para hacer campaña ni para hacer una segunda vuelta, en caso de que hubiera. Eso significa que la ilegalidad será la regla principal de las próximas elecciones. En menos de un mes veremos una crisis insólita y sin precedente.

– ¿Qué acceso tienen las poblaciones indígenas en Guatemala al derecho al voto?

Actualmente hemos cotejado la situación, como Fundación Menchú trabajamos en los últimos 3 años y me consta que habrá unos 8 millones de guatemaltecos que están empadronados, listos para votar. Solamente 2 millones y medio de guatemaltecos no están empadronados, sin embargo están acreditados y ya tienen Documento de Identidad Personal.

Sin embargo, el problema aquí no es estar o no empadronado, sino que los índices de pobreza se han ocultado por mucho tiempo, entonces también avanza la necesidad de que la gente reciba algo, entonces es mucho más factible la compra de votos. Hay algunas aldeas donde ya se inició una carretera y los candidatos dicen que si no los votan no van a terminan esa carretera. Entonces aquí elección y amenaza son como dos cosas que van juntas y no hay manera de contener esa cruel desinformación, porque la mayoría de la gente pide la renuncia del presidente y no se le concede la misma.

– Salgamos de la Guatemala actual, vamos a su lucha que hizo visible los genocidios y los etnocidio. ¿por qué considera que se han juzgado tan pocos estas matanzas a comparación de genocidios más recientes?

– Creo que Guatemala dio un avance extraordinario sobre todo, de paso culmino lo anterior, en la corrupción. Creo que lo más importante es que la Comisión Internacional contra la Impunidad sacó a la luz pública toda esta corrupción, estas mafias corporativas que año tras año lo hemos dicho, pero jamás llegó a la justicia.

Lo mismo pasó con el tema de Derechos Humanos, nosotros contabilizamos 50 mil desaparecidos, se han hecho 225 exhumaciones colectivas de fosas comunas, a penas logramos llegar a los tribunales al señor (Efraín) Ríos Montt y al caso de la masacre de la embajada de España, donde soy querellante y ya se dictó sentencia. Pero el miedo se mantiene y eso impide que los indígenas se lancen de verdad con un sistema que creen que no es su sistema.

Pero aquí estamos mejor porque los indígenas somos la mayoría, actualmente somos más del 60% de población, entonces hay un país pluricultural y yo veo ahí la esperanza también. EL genocidio no funcionó, porque querían exterminar el pueblo maya, que hoy está resurgiendo.

Ahora el tema del genocidio no se ha terminado, porque aquí los mismos métodos del pasado se está usando, la criminalización de los dirigentes, de las personalidades. Han creado un clima donde nos sentimos inseguros y atacados. Este viernes iré a hacer el destierro digno de algunas personas que están siendo sacados en una fosa común. Esos son avances, exitosos, a pesar de que la lucha ha sido dura y desesperante en algún momento. Sin embargo, la fuerza, la tenacidad, la necesidad y la terquedad nos ha dado posibilidad de avanzar.

– ¿Cómo usted superó los golpes duros que le dio la vida?

– Cuando empiezo a contar los muertos de mi familia, cada día revivo la tragedia, porque yo no he encontrado los restos de mi madre en ninguna fosa común, tampoco de mi hermano Patrocino ni de mi hermano Víctor, ni de mi cuñada María. Tampoco encontré los restos de mi padre, que fue quemado en la embajada de España.

Entonces, una de las grandes banderas que llevamos es la dignificación de la verdad de las víctimas, porque si nosotros no damos lugar a la verdad podríamos acarrear muchos años el sufrimiento. Por eso para mi la sentencia que se acaba de dictar en relación a la masacre de la embajada de España es la dignificación de las 37 personas que fueron quemados junto a mi padre.

Entonces creo que hemos hecho un trabajo fuerte para dignificar la verdad. Mi memoria siempre fue colectiva y en esa memoria colectiva quiero verla hoy y siempre, entonces yo también practico la espiritualidad maya, me nutro con cada día del calendario maya y eso ha sido una guía manual diaria.

Somos muchos, es impresionante la calidad de liderazgo social que hay en Guatemala y todos estamos en una misma ruta. Eso a mi me emociona, sobre todo la juventud, que cree en nosotros. Las últimas marchas la organizó la juventud, eso nos da vida.

– Hay un elemento muy interesante en la cultura maya, que cada niño que nace tiene la protección de un animal, ¿cómo es eso?

– Gracias a la alineación perfecta de la abuela luna, el útero de nuestra madre y el útero de nuestra Tierra, se hace la gestación de un bebé. Son 260 días que estamos en el vientre de mamá bajo las órdenes de la Luna y cuando nacemos hacemos contacto con la madre Tierra, con el oxígeno. Por eso los niños lloran cuando nacen, porque reciben su primera bocanada de oxigeno.

El futuro en el calendario maya los entendemos desde la gestación, desde ese momento la criatura tiene un destino. Usted puede ser una tortuga, porque carga tiempo, y se lo diferencia en las conductas diarias: es rápido en el agua y lento en la tierra.

Entonces, vemos personas que sus ideas, su trabajo y pensamiento van más allá que su caminar o hacer un ejercicio práctico. Entonces, si nosotros sabemos cuál es nuestro animal, sabremos qué cualidad coinciden entre el animal y nosotros.

– Los mayas nunca asociaron la paz con la guerra, ¿cuál es su concepto de paz?

– La paz para nuestra civilización ancestral es la plenitud de la vida. Una cosa es vivir bien y otra es vivir plenamente, la plenitud tiene que ver con la armonización de las 3 dimensiones humanas: La espiritual, la material y la social. Entonces la plenitud de la vida no son solo cosas materiales, sino que hay que tener armonía entre esas tres.

Eso significa que reconocemos que somos muy muy pequeños en medio de la inmensidad de las vidas que produce la Tierra. Por eso el concepto de Madre Tierra no sólo es un dicho. La plenitud de vida se asemeja al buen vivir, la felicidad es la paz.

– Su fundación es querellante en la causa del plan cóndor del juicio de Chile. Los escuadrones de la muerte se pusieron en práctica en 1966, allá en la guerra interior guatemalteca. ¿Son antecedentes aquellos escuadrones de la muerte de las dictaduras que siguieron en Sudamérica?

– Totalmente, aunque hay que pensar que esto es la violencia más brutal que se practicó en Vietnam y en otras zonas del mundo. Los norteamericanos tienen mucha responsabilidad, entonces no hay que pensar que empezó en un solo lugar.

Sino que es un virus que fue extendido en muchos lugares, Guatemala fue uno de los atestamiento de los escuadrones de la muerte más extraordinarios, como en El Salvador. Entonces, los condimentos de Guatemala es que aquí incluso se hizo manipulación de ADN en las comunidades indígenas, o sea, hacían experimentos. También aquí se hizo prácticas de psicología, torturas, control comunitario.

Agarraron el concepto maya sobre la vida y la muerte. Usted sabe que nuestros difuntos no mueren, sino que pasan a una nueva dimensión.

Por eso yo no veo los crímenes cometidos sólo en un país. En algunos países las víctimas tenían un grado escolar, empezando por Chile, que abogados, intelectuales y escritores fueron víctimas.

Los exiliados de Chile y Argentina eran profesionales, hasta cantantes, como nuestra amiga Mercedes Sosa. Entonces, se difundió todo más rápido, el Guatemala se enterró todo, la memoria y la voz junto a los crímenes. Aquí las Naciones Unidas han contado más de 200 mil víctimas.

Aquí tenemos incluso un archivo de la policía, que participó en los crímenes, que quedó intacto. Se puede ver la metodología que usaban, las informes que le daban a los estadounidenses, la participación de la CIA, de la escuela de las Américas. Todo eso está documentado y accesible.

– ¿Qué visión tiene sobre la Argentina?

– En primer lugar es demasiado lamentable la situación de los hermanos indígenas en Argentina, porque el exterminio ha sido con el silencio, silenciar a un pueblo, arrinconarlos en regiones lejanas, como el Chaco. Es brutal, no tengo nombre para eso.

También tuve más esperanza cuando vienen los vientos del sur, cuando nace el bolivarianismo y toda una nueva era de la izquierda latinoamericana en el Sur y pensé que mejoraría las condiciones indígenas. Pero mientras más avanzamos con las normas internacionales,es cuando más exterminios ha ocurrido en los pueblos indígenas.

Muchos hermanos son sacrificados por hambre, por falta de facilidad tecnológica, por miseria o falta de entes educativos. Eso conozco de Argentina, porque muchos hermanos me escriben y me informan del abandono, el silencio y de que allá el racismo es mucho más letal que aquí, porque aquí sí hay racismo, pero hemos hecho la tipificación de la discriminación.

Cualquiera que me insulte por mi condición maya puedo levantarle un juicio, yo he ganado 3 juicios ya contra discriminación. Pero en los países donde hay más normas, más leyes y supuestamente más democracia, resulta que no, que para los indígenas la situación es más grave, como el caso de los mapuches. Admiro cómo sobreviven los mapuches en ese país, realmente admiro nuestra civilización ancestral porque sólo eso les ha dado la vida y la luz para continuar.

MDZ

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