Colombia – Venezuela: una frontera complicada – Análisis del director de Nodal

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Los recientes enfrentamientos entre Venezuela y Colombia demuestran que la relación entre ambos países está atravesada por múltiples problemas, la mayoría de ellos de larga data y de compleja resolución. Se entremezclan numerosos temas derivados –entre otros- de un largo conflicto armado interno en Colombia. Las relaciones fueron extremadamente tensas mientras gobernaron Hugo Chávez y Álvaro Uribe, y la intervención del entonces presidente de UNASUR, Néstor Kirchner, en 2010 evitó una escalada militar cuando ya retumbaban algunos tambores de guerra.

La frontera entre ambos países es muy extensa, más de 2.200 kilómetros, y algunos pasos son extremadamente sensibles, en particular el que comunica a la ciudad de Cúcuta en Colombia, con más de 650 mil habitantes, y la pequeña localidad de Ureña en el Estado de Táchira en Venezuela, con unos 50 mil pobladores.

La decisión del gobierno de Nicolás Maduro de cerrar la frontera en dicha zona y expulsar residentes colombianos con el argumento de que forman parte de grupos paramilitares que buscan desestabilizarlo, ha agudizado la tensión entre los dos países.

El mandatario venezolano acusó directamente al expresidente colombiano Álvaro Uribe de estar detrás de grupos paramilitares para desestabilizarlo en línea con los hechos de violencia sucedidos en febrero de 2014, cuando hubo un intento de derrocar su gobierno y numerosos enfrentamientos en Táchira. Uribe, que sigue siendo un actor fundamental de la política colombiana y regional, además de comparar a Maduro con Adolfo Hitler, lo acusó de infundir odio contra los colombianos con sus acusaciones.

El contrabando de mercancías y combustible y el diferencial cambiario afectan principalmente a Venezuela, como ha reconocido públicamente la propia canciller colombiana María Ángela Holguín. La gran pregunta es cómo combatir el contrabando y si la voluntad política en Colombia no depende de otros factores -en este caso, la importancia que tiene Álvaro Uribe, ahora senador- dentro de su país, ya que se opone a las negociaciones de paz que lleva adelante el presidente Juan Manuel Santos. Por eso no fue casual que Uribe fuera en persona a Cúcuta para expresar su solidaridad con lo que definió “torturados por la dictadura de Maduro”. El mensaje no parece dirigido solamente al presidente venezolano, sino también a su exministro de defensa y actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, que apuesta a la paz con las FARC y sabe que el gobierno de Maduro es fundamental para lograrla.


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