Mineros en huelga atacan edificio público y ocho ministros huyen por el techo
Entre las 13.41 y 14.11, ocho ministros de Evo Morales y cuatro viceministros vivieron una media hora angustiante, y tuvieron que salir por el techo para escapar del ataque minero al edificio ministerial, donde se realizaba un encuentro preliminar con una delegación de Comcipo para sentar las bases del diálogo.
Los afectados fueron el titular de Gobierno, Carlos Romero; de la Presidencia, Juan Ramón Quintana; de Obras Públicas, Milton Claros; de Salud, Ariana Campero; de Minería, César Navarro; de Transparencia, Lenny Valdivia; de Medio Ambiente y Agua, Alexandra Moreira; y de Desarrollo Productivo, Verónica Ramos, y cuatro viceministros.
La exigencia de que el mandatario Evo Morales suscriba los acuerdos con el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) hizo abortar la negociación a 22 días de que estallara el conflicto regional por un pliego de 26 demandas. “No había resguardo policial, creímos en su buena fe”, dijo el vicepresidente Álvaro García, quien además denunció que hubo un atentado contra la vida de los ministros.
En la historia reciente nunca un edificio de la cartera encargada de la seguridad interior, situado en la avenida Arce de La Paz, había sido atacado por manifestantes, quienes con cachorros de dinamita y piedras destrozaron al menos ocho ventanales. “Es un atentado personal contra los ministros, contra los periodistas, hay un funcionario herido, han dinamitado dos movilidades (…) lo que ha sucedido es muy grave”, dijo el Vicepresidente.
No habían pasado ni 20 minutos desde que el presidente cívico Johnny Llally abandonó la sala de conferencias, cuando detonó el cachorro de dinamita que hizo temblar el edificio donde funcionan los viceministerios de Régimen Interior y Policía y el de Seguridad Ciudadana, y destruyó el candado de la reja. Un centenar de trabajadores que hacían vigilia se precipitaron dentro.
Romero había hecho uso de la palabra tras la salida de los cívicos y Quintana lamentaba esa decisión cuando detonó el explosivo. Eran las 13.41. Las autoridades escaparon a la primera planta y junto con medio centenar de periodistas se refugiaron en una sala de cuatro por cuatro metros.
En el tumulto salió herido Saúl Panoso, funcionario administrativo de esa cartera. El pánico envolvió el ambiente y mientras unos intentaban salir por alguna puerta, camarógrafos y fotógrafos buscaban tomar imágenes del asedio.
Los ocho ministros y los cuatro viceministros salieron por un baño y treparon por una ventana, caminaron por los techos, llegaron a un balcón e ingresaron a otro ambiente del edificio y ahí esperaron media hora. “Evidentemente, se ha salido (por un baño), hemos escapado con ayuda de algunos compañeros. Hemos salido por donde hemos podido, ha sido una situación bastante tensa”, contó unas horas después la ministra Campero.
“Hasta el momento, este fue el mayor susto que hemos vivido, porque no es normal que te cerquen a punta de dinamitazos”. Después de casi media hora, fueron evacuados en grupos —primero las mujeres y luego los hombres— y salieron en camionetas por la calle Hermanos Manchego que se encuentra detrás.
Fue el primer atentado a un ministerio en un periodo democrático, recordó la analista política María Teresa Zegada. “Este tipo de medidas (ataque a un ministerio por parte de mineros) solo se veía en gobiernos dictatoriales o militares”, añadió.
Mientras eso pasaba dentro, afuera los policías que llegaron al lugar intentaban repeler a los mineros, que se parapetaron en la final Belisario Salinas, a dos cuadras del ministerio. Otros les asediaban en la avenida Arce, a metros de la Embajada de Brasil. Por 20 minutos se produjo un enfrentamiento entre los policías antimotines y los manifestantes; gases lacrimógenos y balines de goma contra los explosivos.
En estas circunstancias, una bomba molotov cayó en el jardín de la Embajada de Alemania e incendió un árbol, el hecho provocó más alarma entre los vecinos de los edificios. Finalmente, las fuerzas del orden pusieron en fuga a los mineros, quienes se escabulleron por la calle Capitán Ravelo. Otros policías llegaron en motocicletas y despejaron la avenida Arce.
Un grupo se dirigió hasta la residencia presidencial, situada en el barrio de San Jorge, seguidos por los policías que hicieron correr a los manifestantes por la calle Clavijo, que conecta con la avenida Kantutani. Antes de huir, los obreros de las minas prendieron fuego a cuatro árboles. Por ese sector fue detenido Juan Carlos Paco Veramendi, periodista de radio Líder, quien no portaba su credencial.
¿Qué pasó para que otra vez el diálogo se frustre y se desate la violencia? A las 11.00, cuando Llally anunció que aceptaban la nueva convocatoria al diálogo, el mensaje fue claro: “iremos a rayar la cancha”, ya que —según dijo— los términos planteados por el Gobierno no eran claros respecto a la presencia de Morales y su rúbrica en los acuerdos alcanzados, La dirigencia se dirigió al punto de reunión a pie desde el coliseo universitario donde están alojados. En el camino se les unieron cooperativistas mineros y universitarios potosinos.
Una vez en la puerta del edificio, los cívicos entregaron una lista con los nombres de 36 representantes que iban a hablar con los ministros: entre ellos estaban dirigentes gremiales, del magisterio urbano y rural, transporte libre, universitarios, indígenas de Coroma, de las ferias, de beneméritos del Chaco, de Escuelas de Cristo, entre otros.
A las 12.25, cuando ingresaron a la sala de conferencias el presidente cívico y su vicepresidente Marco Pumari, al menos 11 cachorros de dinamita habían explotado en la puerta del edificio, pese a lo cual se instaló la reunión.
La primera discrepancia se produjo porque no se había permitido el paso de todos los acreditados, pero el debate se calentó cuando Llally insistió en que el diálogo sea transmitido por el canal estatal, cuya red de fibra óptica —según explicó más tarde el Vicepresidente del Estado— fue dañada por un dinamitazo.
Cuando tocó hablar sobre el rol que iba a jugar el Presidente llegó la ruptura. Romero explicó que Morales no tenía la atribución constitucional de firmar acuerdos (citó el artículo 172 de la Constitución), lo que no satisfizo a los cívicos. Llally abandonó la mesa y fue seguido por el resto de la comitiva. Cuando quienes hacían vigilia en la calle los vieron salir, comenzó el asedio.
Tensión adentro
Dentro de las oficinas donde funcionan los Viceministerios de Régimen Interior y de Seguridad Ciudadana era imposible respirar por los gases lacrimógenos disparados por la Policía, mientras mineros potosinos arrojaban piedras a los ventanales del edificio estatal. Policías antimotines se trasladaron hacia el sector de la residencia presidencial de San Jorge para dispersar a los manifestantes.
García Linera denuncia que Comcipo busca heridos y muertos y no reivindicación regional
El vicepresidente Álvaro García Linera denunció el miércoles que los dirigentes del Comité Cívico Potosinista (Comcipo) buscan, en el conflicto desatado hace más de 15 días, muertos y heridos para justificar un proyecto político y de intereses particulares, y no una reivindicación regional, al rechazar sistemáticamente el diálogo y la resolución de sus demandas a través del diálogo.
En una conferencia de prensa dictada a media tarde en La Paz, sacudida por una serie de ataques con explosivos, afirmó que no se puede entender que cada vez que la «solución está tocando la puerta le dan la espalda» y generan más violencia.
«Es un objetivo político, ya no reivindicativo, regional. Los dirigentes quieren enfrentamiento porque cada vez que la solución está tocando la puerta le dan la espalda», remarcó al afirmar que Potosí «está siendo manipulada por un proyecto político.
Detalló que las imágenes de televisión evidencian que los mineros pusieron dinamita a las rejas del Ministerio de Gobierno y tras el estallido ingresaron para tirar piedras a los vidrios que se clavaron en el rostro de algunos funcionarios y periodistas.
«Quiero denunciar el atentado contra ministros, es un atentado personal contra ministros, periodistas que estaban pacífica y confiadamente con sus cámaras y les llega los vidrios», reclamó.
Agregó que también fueron dinamitadas dos movilidades de los ministros, además se registraron daños a instituciones privadas, tales como la Embajada de Alemania.
A su juicio, el pueblo potosino «tiene que saber, ese pueblo que está en paro, que su sacrificio está siendo manipulado por un grupo de personas que quieren hacer su partido político y quieren cargos públicos».
«Es muy triste lo que esta pasando, yo estoy muy adolorido por cómo se está maltratando a Potosí, se están haciendo la burla sus dirigentes (…) es un objetivo político, no es regional ni reivindicativo.
Sus dirigentes quieren llevar a Potosí al desastre para su proyecto personal político», aseveró.
Tras enumerar al menos 10 invitaciones de los ministros para dialogar con Llally y sus huestes y del propio presidente Evo Morales para reunirse en Uyuni, además de la invitación que formuló en su condición de Presidente en ejercicio, García Linera calificó de «muy grave» lo sucedido en las últimas horas, cuando los mineros movilizados lanzaron dinamita contra el Ministerio de Gobierno y otros edificios públicos y privados.
Dijo referirse a una dirigencia que ha recurrido a la violencia para ocultar la verdad, «para eludir el debate cara a cara».
García Linera aseguró que el Gobierno aceptó las cuatro condiciones exigidas por Comcipo y en la víspera 8 ministros y 4 viceministros esperaron por horas la presencia de los dirigentes de Comcipo en el Ministerio de Gobierno para trabajar por tiempo y materia.
«Ayer Comcipo no vino al diálogo con el Gobierno; otro desplante y otra actitud de soberbia tener sentados y dejarlos plantados a los ministros», dijo.
Consideró que los dirigentes de Comcipo mantienen una «actitud de soberbia e intransigencia», mientras el «sufrido pueblo de Potosí» sigue en paro cívico.
«Hay una dirigencia que está jugando con la lucha heroica del pueblo potosino, están jugando y están maltratando, están las cartas que la prensa ha recibido con las cuatro condiciones y no vienen los señores de Comcipo luego mandan otra carta incorporando una nueva condiciones», reprochó.
Según García Linera, el Gobierno incrementó el flujo de las transferencias económicas a la Alcaldía de Potosí de 200 millones a 800 millones de bolivianos en los últimos nueve años; además los municipios de ese departamento aumentaron sus ingresos de 199 a 1.300 millones de bolivianos.
«Hemos multiplicado por 4 el presupuesto de Potosí y vamos a seguir multiplicando porque tenemos una deuda los bolivianos hacía Potosí y no cerramos los ojos ante eso», manifestó.
En esa dirección, garantizó millonarias inversiones en ese departamento, tales como la instalación de la Plata de Evaporíticos con 760 millones de dólares.
«Estamos planificando el Potosí de los siguientes 30 años», aseguró al demandar a los dirigentes de Potosí que depongan actitudes beligerantes y levante el paro cívico.
«Volvemos a convocar al diálogo estamos dispuestos al diálogo en cualquier momento no vamos a rehuir al diálogo pero no se hagan la burla de Potosí, no agredan a La Paz», señaló.
Asimismo, ratificó que el Presidente estará presente al final del diálogo para recibir las conclusiones.