La OMS destacó la Ley de Identidad de Género de Argentina como caso líder por los derechos trans
La Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó la ley de Identidad de Género de Argentina como un caso líder en la reivindicación de los derechos de la comunidad trans, al presentar un nuevo informe en el que denuncia la “alta vulnerabilidad y necesidades médicas específicas” que tiene el colectivo en la lucha contra el HIV.
El trabajo técnico que resume recomendaciones para la prevención, diagnóstico y tratamiento contra la epidemia instó a los países a “trabajar para implementar leyes contra la discriminación y de protección, derivadas de los Derechos Humanos, para eliminar el estigma, la discriminación y la violencia”.
En ese sentido destacó el caso líder de Argentina, que el 9 de mayo de 2012 aprobó la ley de Identidad de Género por la que más de 4.300 personas trans pudieron inscribir su documento de identidad con el nombre y sexo de elección.
La normativa “generó los procedimientos de afirmación de género como un derecho legal en los sistemas públicos y privados de salud con el consentimiento de las personas trans como único requerimiento”, resaltó la OMS, que tiene su sede central en Ginebra (Suiza).
“Bajo la misma ley se pueden cambiar los certificados de nacimiento, documentos de identidad y pasaportes sin otro requerimiento ni diagnóstico”, agregó el organismo dependiente de las Naciones Unidas, y concluyó que Dinamarca “siguió el mismo modelo” con una normativa sancionada el año pasado.
El aspecto sanitario de la ley de Identidad de Género se encuentra resumido en el artículo 11, que fue reglamentado el 29 de mayo pasado e incluyó los tratamientos hormonales y las intervenciones quirúrgicas para adecuar el cuerpo a la identidad autopercibida en el Plan Médico Obligatorio (PMO).
A raíz de ello, ya no es necesario pasar por entrevistas psicológicas ni conseguir autorizaciones judiciales o administrativas.
El artículo establece que «todas las personas mayores de edad pueden acceder a las intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o tratamientos integrales hormonales sin requerir autorización judicial o administrativa”.
Además, en un anexo aclara que se incluye a todas aquellas cirugías que “ayuden a adecuar el cuerpo a la identidad de género autopercibida. Las mismas comprenden: Mastoplastía de aumento, Mastectomía, gluteoplastía de aumento, Orquiectomía, Penectomía, Vaginoplastía, Clitoroplastía, Vulvoplastía, Anexohisterectomía, Vaginectomía, Metoidioplastía, Escrotoplastía y Faloplastía con prótesis peneana, resultando la presente enumeración de carácter meramente enunciativo y no taxativo».
En cuanto a los tratamientos hormonales, se refiere a “aquellos que tienen por finalidad cambiar los caracteres secundarios que responden al sexo gonadal, promoviendo que la imagen se adecue al género autopercibido».
La reglamentación de este artículo fue un trabajo coordinado desde el Ministerio de Salud en el que participaron “organizaciones y equipos que ya venían trabajando con el colectivo trans en todo el país, y que conocían cuáles eran las demandas que había que salir a cubrir”, explicó a Télam la encargada del programa de salud sexual del organismo, Luciana Kanterewicz.
Este programa, además, ha elaborado una guía para la “atención de la salud integral de las personas trans” dirigida a todos los trabajadores del sistema de sanitario que apunta a la “despatologización” del colectivo, lo que significa “cambiar la manera en que el sistema de salud los recibe. El objetivo es que todos aquellos que trabajan en los hospitales y centros de salud tengan la apertura mental para darle a las personas trans un trato digno», agregó la experta.
Esta publicación es reforzada con capacitaciones a los profesionales del sistema sanitario y otros materiales de difusión destinados a un público más amplio.
«Podemos decir que el programa tiene dos líneas de acción, por un lado garantizar la atención de las patologías específicas», donde se incluyen los tratamientos de adecuación ya mencionados, la prevención y el tratamiento del HIV y las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), y por otra parte, el trabajo hacia «un sistema de salud más inclusivo y sin discriminación, que le de al colectivo trans un trato digno, no sólo cuando se atienden problemas específicos”, agregó Kanterewics.