Dirigentes de América Latina celebran nueva era de entendimiento entre Cuba y EEUU
América Latina recibió con beneplácito una de las noticias más trascendentales de los últimos años para muchos: el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos y el anuncio de la apertura de embajadas en sus capitales.
Considerado dentro y fuera del continente como un gran paso de avance en la normalización de sus relaciones diplomáticas, suspendidas por Washington en 1961, la decisión de ambos gobiernos, anunciada la víspera, causó impacto en países hermanos y también más allá de las fronteras.
Desde el sur, Argentina se sumó a las felicitaciones y calificó de muy positivo el avance que ha tenido el diálogo entre las dos naciones.
En un comunicado, el gobierno de Cristina Fernández celebró el acontecimiento y también resaltó la necesidad de que Washington ponga fin al bloqueo económico, financiero y comercial a la isla desde hace más de medio siglo.
Es muy importante que el presidente Barack Obama haya llamado al congreso norteamericano a terminar el bloqueo de más de 50 años, a escuchar a los cubanos y que hable de iniciar esta nueva etapa de relaciones sobre la base del respeto a la Carta de las Naciones Unidas, expresó el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel.
Este miércoles, el presidente cubano, Raúl Castro, y su homólogo estadounidense intercambiaron cartas en las que expresaron su decisión de reabrir las sedes diplomáticas el 20 de julio próximo y restablecer los nexos a ese nivel.
Para el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, este nuevo avance es una victoria de la isla caribeña. Se trata, de una especie de reescritura de la historia, de algo que debió haber sucedido hace más de 40 años, declaró en una visita a Chile.
Desde este último país, el Gobierno encabezado por Michelle Bachelet, felicitó a Cuba y Estados Unidos «por la decidida voluntad del entendimiento y compromiso político desplegado para generar un clima de diálogo, consenso y cooperación».
Este paso, sin duda, debiera contribuir a la plena normalización de sus relaciones bilaterales, trayendo consecuencias positivas para una más cordial y fructífera convivencia hemisférica, subrayó la cancillería chilena en un comunicado.
Uruguay también se congratuló con la noticia y opinó que ese paso «reafirmará la paz y contribuirá a fortalecer el dialogo y la cooperación en todo el continente americano».
Desde la ONU, el secretario general de esa organización, Ban Ki-moon, acogió con beneplácito la nueva buena y calificó este acercamiento como muy importante hacia la normalización de las relaciones entre ambos países.
Siguiendo los principios de la Carta de las Naciones Unidas, la ONU apoya los esfuerzos por promover mejores y más armónicas relaciones entre los Estados, dijo.
Desde naciones tan distantes como Sudáfrica y Pakistán, también alabaron la decisión, que causó gran eco e impacto en los medios de prensa internacionales y es incluso, considerada para algunos especialistas, como la noticia del año.
El asesor del primer ministro pakistaní para Asuntos Exteriores y de Seguridad Nacional, Sartaj Aziz, celebró con satisfacción el anuncio trascendental realizado por ambos gobiernos.
Aunque muchos países celebraron la decisión, la mayoría coinciden en algo indispensable y vital: el fin de sanciones del gobierno norteamericano contra Cuba para normalizar las relaciones.
Washington debe poner fin a una política anacrónica, cruel e inhumana que afecta a todas las categorías de la población cubana, sobre todo las más vulnerables, y todos los sectores de la sociedad, opinó desde París el académico francés Salim Lamrani.
Estados Unidos y Cuba solo podrán ser amigos el día que Washington levante el bloqueo contra la isla, consideró por su parte el conocido periodista mexicano Teodoro Rentaría en un artículo titulado de Cuba al mundo.