Igualdad de oportunidades y herencia (Ecuador) – Por Mauricio León
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
En este momento deben estar naciendo dos niñas en el Ecuador. Una de una familia rica y otra de una familia pobre. La niña de la familia rica podrá satisfacer todas sus necesidades y vivir incluso con lujo y opulencia. En contraste, la niña de la familia pobre vivirá con muchas privaciones. Ninguna de las dos niñas eligió esas vidas. Las familias ricas seguirán acumulando riquezas e ingresos. La niña rica en algún momento heredará la riqueza de sus padres, lo que profundizará aún más la desigualdad de oportunidades inicial. Esta herencia no ha sido fruto de su esfuerzo o elección, sino del de sus padres. Así, la herencia constituye una institución social que reproduce y ahonda la desigualdad de oportunidades.
Ante esta situación, hay dos posiciones. La primera es seguir una ética del ‘sálvese quien pueda’. Es decir, esas son las cartas con las que les tocó jugar a cada niña y con eso deberán salir adelante. Incluso esta visión tenderá a culpar a la víctima: ‘los pobres son pobres porque son vagos y no se esfuerzan lo suficiente’.
La otra perspectiva es ver esta desigualdad de oportunidades como socialmente injusta, por lo que requiere de mecanismos que equiparen las oportunidades de ambas niñas. El filósofo Gerald Cohen distingue tres tipos de igualdad de oportunidades: la burguesa o liberal, la liberal de izquierda y la socialista.
La igualdad de oportunidades burguesa remueve únicamente las restricciones creadas por el estatus social y la discriminación. En el ejemplo, ambas niñas son iguales ante la ley, tienen iguales derechos, ninguna de ellas puede someter a la otra a relaciones de esclavitud o servidumbre, y tampoco puede discriminarla. No obstante, la niña pobre carecerá de las oportunidades económicas y sociales para desarrollar plenamente sus capacidades y llevar una vida floreciente. Las circunstancias de estas dos niñas son el resultado de una sociedad que produce y reproduce profundas desigualdades de oportunidades desde el inicio de la vida.
La igualdad de oportunidades liberal de izquierda considera injusta la situación anterior y remueve también las restricciones creadas por las circunstancias de nacimiento y crianza, por ejemplo, mediante políticas de educación y salud gratuitas. Las desigualdades aceptadas aquí son las que resultan de la diferencia de talentos innatos y de las elecciones realizadas por los individuos y no las que se derivan de las desventajas sociales no elegidas de nacimiento.
La igualdad de oportunidades socialista considera injustas todas las diferencias que no son el resultado de los gustos y las elecciones genuinas de las personas que están en igualdad de condiciones iniciales; por lo tanto, las desigualdades originadas en las diferencias de talento innato entre las dos niñas son también cuestionadas en este enfoque ya que tampoco fueron elegidas. Adicionalmente, las desigualdades no injustas originadas en los gustos y elecciones genuinas son también cuestionadas cuando son tan grandes que afectan la vida armónica en comunidad.
Porque nos debe preocupar la suerte de los demás, es que un impuesto progresivo a las herencias es un mecanismo igualitario y redistributivo que contribuye a reducir la desigualdad de oportunidades entre la niña rica y la niña pobre y a generar mayor cohesión social.