Chile: La presidenta Michelle Bachelet desplazó al ministro de Educación Nicolás Eyzaguirre
El viernes en la noche, el presidente del PPD, Jaime Quintana, se encontraba en su casa, en la Región de La Araucanía, cuando recibió un llamado telefónico. Al otro lado de la línea se encontraba la Presidenta Michelle Bachelet, quien le informó que en las próximas horas dos de sus militantes asumirían nuevas funciones en el gabinete como titulares de la Secretaría General de la Presidencia y de Educación.
Así, a las 10 horas de ayer, la Mandataria ingresó hasta el Salón Toesca vestida de negro y blanco y, muy sonriente, tomó juramento a Nicolás Eyzaguirre y Adriana Delpiano como ministros de la Segpres y Educación, respectivamente.
Al lugar, ubicado en el segundo piso de La Moneda, habían concurrido los 12 secretarios de Estado que alcanzaron a llegar a la inesperada ceremonia.
Sólo a las 8.45 de ayer la jefa de gabinete de Bachelet, Ana Lya Uriarte, se comunicó con cada uno de los miembros del gabinete para convocarlos al Palacio, sin especificarles para qué se trataba.
Entre los ministros que no estuvieron presentes en la ceremonia de ayer se cuentan los tres futuros compañeros de Eyzaguirre en el comité político; Marcelo Díaz (PS), de la Segegob; Rodrigo Valdés (PPD), de Hacienda, y Jorge Burgos (DC), de Interior.
Este último había viajado en la víspera junto a su familia a Buenos Aires por el fin de semana largo. Poco antes, la Mandataria le había informado que ayer materializaría los cambios pendientes del gabinete. Burgos, en tanto, se comunicó con el presidente de la DC, Jorge Pizarro, para informarle que tras 20 días de espera, Bachelet había definido la designación del ministro de la Segpres.
Aunque mantuvo hermetismo sobre su decisión -por ejemplo, en relación a los pormenores del juramento-, el proceso de nominación de Eyzaguirre y Delpiano supone un cambio significativo respecto de la manera en que Bachelet ha manejado sus designaciones en el gabinete.
La Mandataria no sólo adelantó su resolución al timonel PPD y su ministro del Interior, sino que, además, los nuevos secretarios de Estado integraban la nómina entregada por la colectividad a Burgos tras una solicitud de La Moneda.
Durante los últimos días, el titular de Interior mantuvo una serie de conversaciones con todos los presidentes de partidos, así como también con parlamentarios del bloque, instancias donde se socializaron los nombres anunciados.
Ayer, en la elite de la Nueva Mayoría tomaban nota de los gestos y los atribuían al resultado exitoso de un nuevo diseño propuesto a La Moneda.
Junto a Eyzaguirre y Delpiano, Bachelet comunicó también la designación de los subsecretarios de Gobierno, Osvaldo Soto (PR), y de Previsión Social, Julia Urquieta (PC).
Las incógnitas oficialistas
La participación de Eyzaguirre en el comité político de La Moneda no será una novedad. A pocos meses de iniciado el gobierno, el entonces titular del Mineduc comenzó a asistir de forma cada vez más periódica de las reuniones de los lunes en La Moneda.
La razón entregada para explicar su presencia fue que la reforma educacional representaba uno de los proyectos emblemáticos del gobierno.
Lo cierto es que Eyzaguirre mantiene una estrecha relación con Bachelet y nadie duda que, ya en el equipo político, es el ministro con mayor cercanía y complicidad con la Mandataria.
De hecho, en el pasado ajuste de mediados de mayo, Bachelet evaluó la nominación de Eyzaguirre en reemplazo del removido titular de Interior, Rodrigo Peñailillo.
Cercanos al hoy ministro Segpres sostienen que en esa oportunidad el personero PPD le recomendó a la Mandataria mantenerlo en el Mineduc para no entorpecer el rumbo de la reforma educacional, uno de los ejes de los compromisos programáticos del gobierno.
No sólo eso. Eyzaguirre fue uno de los consejeros de Bachelet en la reestructuración ministerial que posibilitó el desembarco de Burgos y el resto del actual equipo político en La Moneda.
Así, una de las incógnitas que se abría ayer en el oficialismo era la eventualidad de que la relación entre Eyzaguirre y la Mandataria pudiera generar tensiones con el titular de Interior. En la misma línea, el estilo del ex Mineduc a la cabeza de la cartera encargada de las relaciones con el Congreso también generó tempranas suspicacias.
Bachelet, en todo caso, dio nuevas muestras de respaldo a Eyzaguirre al sostener que el rumbo de la reforma educacional se mantendría en el Congreso.
El desembarco del personero PPD en La Moneda estaba previsto originalmente para -a más tardar- el jueves 25. Fuentes de Palacio aseguraron que la demora respondió a que no se pudo solucionar el paro de los profesores, lo que habría permitido a Eyzaguirre dejar su cargo en Educación con el conflicto finalizado. Sin embargo, el revés que sufrió Jaime Gajardo en la votación del gremio obligó a la Mandataria a cambiar los planes.
El jueves, en tanto, Bachelet lideró un comité político extraordinario, cuyo diagnóstico fue que la solución al problema con los docentes se veía cada vez más lejano y la presión por concretar la designación de un titular de la Segpres era cada vez más fuerte.
La salida forzada de Nicolás Eyzaguirre: un triunfo de la Educación y la movilización sindical
Siempre hay que felicitarse cuando un político y tecnócrata neoliberal como Nicolás Eyzaguirre debe salir de una cartera clave como la de Educación. Y el triunfo, por haberlo sacado, le pertenece al movimiento sindical del magisterio. Éste, pese a las tentativas por dividirlo, se ha mantenido unido y con una clara consciencia de la coherencia de sus justas demandas con una visión de la educación y de la profesión docente que choca contra el marco de la ideología libremercadista que Eyzaguirre no pudo dejar de defender.
n los países donde la educación es pública, completamente gratuita y realmente de calidad, se da un dato ignorado ex professo por la mayoría de los “expertos” y por cuanto político se ha ido de viaje a visitar “la experiencia finlandesa”: un sindicalismo docente fuerte, democrático y autónomo es la condición necesaria de un sistema de educación dinámico e innovador capaz de defender valores universales y mantener la puerta abierta a concepciones del mundo que no sean las impuestas por el reino de la producción de mercancías, del consumo y la ganancia.
Y también el sindicalismo docente combativo es un factor clave en las condiciones de trabajo y carrera docente y, por lo tanto en las buenas remuneraciones de los maestros y profesores de todo el sistema de enseñanza, tanto pre, primario, como secundario y superior (*).
Ya sea en Norteamérica o Europa es así. Y ahora, hemos visto que Chile por fin tiene ese actor fundamental. Puesto que es en asambleas democráticas que se ha acordado continuar con el paro como único medio legítimo para que el Gobierno retire su proyecto de carrera docente ideado a espaldas de los profesores, por Eyzaguirre y sus consejeros. Como para hacer temblar a la casta político-empresarial. Tan a mal traer.
Este dato —el de la importancia de un actor sindical fuerte— nunca fue considerado por Eyzaguirre. Quizás, el ahora ex ministro de Educación, estaba convencido que el peso del Partido Comunista en el sindicalismo docente le iba a permitir controlar la disidencia e imponer una reformita más, tibia, anodina, acotada, digerible.
Y no fue así. Sino que todo lo contrario, son las mayorías (de docentes-asalariados) las que han decidido ir contra la postura del gobierno. Lo que explica los arrebatos de la diputada Vallejo del Partido Comunista, quien ya en noviembre del 2014 declaraba: “Yo no sé si haya alguien más idóneo o con mayor capacidad después de este ministro (Nicolás Eyzaguirre) de llevar a cabo la reforma”. Ahora, la diputada y ex dirigente estudiantil critica la actitud del Colegio de Profesores por no deponer el paro docente, que se extiende por 23 días y dice: “Lamentamos que la Comisión haya extendido la mano y el Colegio de Profesores no haya querido tomar esa mano”.
En vez de apoyar los movimientos sociales en lucha por sus demandas históricas, la diputada comunista busca legitimar la comisión de educación de la cámara en caída pronunciada de legitimidad. Y que se enreda en negociaciones donde la posición favorable al gobierno (como lo expresó la propia Vallejo en la declaración arriba citada) le impide ser árbitro.
El actual ministro de la Secretaría General de Gobierno fue en su momento una pésima elección de Bachelet en ese ministerio (de Educación), si es que la presidenta quería realmente avanzar en el plano educativo y tras una mayor igualdad. Cosa que merece serias dudas puesto que todas las reformas que le fueron arrebatadas al movimiento social han sido mal implementadas. Tanto así, que ahora se argumenta que la reforma tributaria (fiscal) fue mal hecha y que no dará el dinero necesario. Cabe preguntarse si no fue a propósito para poder objetar las expectativas de reformas.
Eyzaguirre, militante PPD, actuó según su formación y sus dogmas: como un economista neoliberal y no como reformador consecuente con las promesas de la Nueva Mayoría. Durante todo su período no hizo otra cosa que desvirtuar las demandas de los profesores y de los estudiantes hasta crear una situación de tensión que contribuyó al marasmo político actual.
El ex ministro de Hacienda de Ricardo Lagos que implementó la regla del superavit fiscal estructural —regla de oro del presupuesto hecho de manera neoliberal— ex directivo del Fondo Monetario Internacional y ex patrón del canal 13 de propiedad del clan Luksic, después de un período en que se
rodeó de jóvenes consejeros salidos del mundo estudiantil y de las filas del mismo Partido Comunista, para dar impresión de apertura al diálogo y a la participación, se cerró a las demandas del movimiento estudiantil y del magisterio, dio término a las negociaciones y se negó a retirar el proyecto de Carrera Docente enviado al Congreso.
Mario Aguilar, dirigente nacional docente docente acaba de declarar: “Nosotros seguimos pensando que lo mejor para la educación chilena es el retiro del proyecto, y estamos dispuestos a participar de cualquier reunión donde podamos dialogar sobre el punto”.
Cuentan con el apoyo de todos los que quieren una educación pública de calidad y con docentes felices de enseñar en buenas condiciones materiales y profesionales. Como se debe.