Argentina: El paro convocado por sindicatos opositores y sectores de izquierda se caracterizó por la falta de transporte y cortes de autopistas

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Desde temprano, manifestantes de agrupaciones de izquierda protagonizaron los cortes a los accesos a la Ciudad de Buenos Aires, y buena parte de los servicios públicos de transporte terrestre, aéreo y también marítimo se vieron afectados por la adhesión de los gremios a la medida de fuerza.

La huelga lanzada por la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), a la que se sumaron las centrales sindicales opositoras, impulsaba una serie de reivindicaciones entre las que se destaca la modificación del esquema del impuesto a las Ganancias y el aumento de los salarios, ya que según dijo hoy en conferencia de prensa el titular de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, «con $17.000 pesos no alcanza para vivir con dignidad».

Además, reclamaron por «paritarias libres, una suba de emergencia a los jubilados y medidas contra la inflación y la inseguridad».

En una jornada signada por acusaciones cruzadas, funcionarios del gobierno nacional criticaron la medida de fuerza.

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, sostuvo hoy que el paro de transporte declarado por las centrales opositoras es «político» y «con objetivos claros para generar confusión en un momento determinado y no aporta absolutamente nada e impide a la mayoría ir a trabajar».

Según Fernández, esta medida de fuerza «sólo impide a la inmensa mayoría de los trabajadores concurrir a cumplir con sus tareas, que no están identificados con su misión».

El secretario de Seguridad, Sergio Berni, criticó los piquetes que realizaron los activistas de izquierda porque «defender las ideas cortando la circulación es violento», y afirmó que «hay gente que quiere ir a trabajar y otra que necesita hacerlo porque cobra por día».

También criticaron el paro los ministros de Trabajo, Carlos Tomada, y de Interior y Transporte, Florencio Randazzo; así como el gobernador bonaerense Daniel Scioli, quien calificó a la jornada como «un día triste, amargo».

«Argentina ha hecho un gran esfuerzo para ponerse en marcha: recuperar Aerolíneas Argentinas para que hoy no puedan volar, o los ferrocarriles para que hoy no puedan funcionar», señaló.

En su cuenta de Twitter, Randazzo planteó hoy que «la Argentina del futuro no se construye con este tipo de actitudes ni con estos dirigentes», al considerar que «este gobierno es el que más hizo por los trabajadores».

Por su parte, Tomada sostuvo que «mientras algunos pocos dirigentes paran», el gobierno nacional sigue «sumando derechos junto a los trabajadores».

En horas de la tarde, Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Pablo Micheli, titulares de las CGT Azopardo, CGT Azuly Blanca y de la CTA Autónoma, respectivamente, encabezaron una conferencia de prensa en la que celebraron una «adhesión muy importante de los trabajadores» al paro, tal como sostuvo el líder camionero, al tiempo que afirmaron que muchos de ellos «utilizaron el paro de transporte para justificar su inasistencia» a sus puestos de trabajo, tal como afirmó el gremialista Julio Piumato.

En la conferencia estuvieron también el titular del gremio de peones rurales Gerónimo «Momo» Venegas; el titular de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), Juan Carlos Schmid; y el líder de los Judiciales, Julio Piumato, entre otros.

En su discurso, Moyano calificó a esta jornada como «histórica» y que «quedará en la historia de las luchas», y agregó: «fue una adhesión muy importante y eso muestra la disconformidad con las políticas que aplican los gobernantes sobre los trabajadores».

Durante la jornada, cobró relevancia lo dicho por el dirigente Luis Barrionuevo, quien afirmó que «hace tres años no hay ningún tipo de respuesta» por parte del gobierno nacional a sus reclamos, algo que no sucedió «ni en la época de los militares», con quienes, según el sindicalista, «había diálogo y se podía negociar».

Los líderes de los gremios que no adhirieron también expresaron su opinión, tales como el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, y el secretario general de la Unión Ferroviaria (UF), Sergio Sasia.

Yasky aseguró que el paro convocado hoy por el sindicalismo opositor pasará «sin pena ni gloria» y fue «sin participación de los trabajadores», porque «una cosa es que los trabajadores no hayan podido trasladarse y otra cosa es hayan participado apoyando la convocatoria».

Télam.

Razones de un paro que no fue refutado por el sindicalismo K

Con la última campanada de la medianoche, arrancó el quinto paro general de actividades que el sindicalismo opositor le hace a la administración de Cristina Kirchner en los últimos tres años y medio, para cuestionar el modelo socioeconómico vigente.

Con eje en los altos porcentajes de inflación, el abanico de reclamos para fundamentar la huelga es extenso, variado y repetido: eliminación o adecuación en los sueldos del impuesto a las Ganancias, actualización del salario mínimo vital y móvil, aumento de emergencia para los jubilados, precarización e informalidad laboral (trabajo en negro) y devolución de fondos a las obras sociales sindicales.

A este serie de demandas, que se remontan a todos los paros anteriores, se incorporó esta vez como prioritaria la exigencia de paritarias libres, sin la imposición de «techos» por parte del Gobierno a los incrementos que negocian sindicalistas y empresarios para mejorar los sueldos.

Por expresa orden de la Presidenta, su ministro de Economía, Axel Kicillof, determinó que las subas que se pacten este año no deberán sobrepasar el 27 por ciento si quieren ser homologadas. Convalidar eso, afirman los gremios anti K, sería resignarse a un duro revés para el poder adquisitivo de los trabajadores, que corren de atrás con la suba de precios.

Con esas banderas de queja, convocan al paro las centrales sindicales de Hugo Moyano, la de Luis Barrionuevo y la rama combativa de la CTA de Pablo Micheli. Sin embargo, el papel protagónico de la protesta volverá a recaer sobre las anchas espaldas del bloque donde se nuclean los gremios del transporte.

De la disciplina que exhiban esas organizaciones para desactivar los medios de locomoción, sea de pasajeros o de mercancías, dependerá fundamentalmente el éxito de la medida de fuerza. En la huelga anterior, el transporte no funcionó y la adhesión – voluntaria o no- terminó siendo de casi un cien por ciento.

El panorama para hoy pinta igual que el paro del 31 de marzo. Se descuenta entonces que habrá desolación en calles y lugares de trabajo: no habrá colectivos, trenes ni subtes. Tampoco funcionarán los servicios de ómnibus de media y larga distancia. Se descartan asimismo por completo vuelos, actividad en los puertos y la provisión de servicios como recolección de basura, transporte de caudales y provisión de combustible o alimentos.

Así, los que quieran concurrir a sus empleos (especialmente si les descuentan el presentismo), deberán valerse de autos y motos particulares, taxis o remises. La otra es caminar o usar la bici.

En medio de la parálisis generalizada, donde se descuenta que habrá intensa actividad -hasta el mediodía por lo menos- es en el ramillete de piquetes que distintas organizaciones sociales y activistas de izquierda van a distribuir en los accesos más concurridos a la Capital, y en las rutas de ingreso a las principales ciudades del país.

También han prometido plantarse frente a «algunas fábricas y empresas de origen estadounidense». La CGT reconocida por el Gobierno, la del metalúrgico Antonio Caló, desconoce el llamado a la huelga. Pero en ningún momento de la previa, los referentes de la central oficialista salieron a desautorizar el reclamo de sus pares, como sí ocurrió en otras oportunidades.

Ahora, asumieron la actitud de quien mira para otro lado. La posición del Gobierno es unánime: el paro es político, dicen, sin hacerse cargo de ninguno de los reclamos que le hace medio sindicalismo. Más, muchos catalogan al paro como una maniobra de neto corte electoralista, aunque sin precisar cuál de los candidatos presidenciales de la oposición podría llevar agua para su molino con esta medida.

De todos los que pretenden sentarse en el sillón que hoy ocupa la doctora Kirchner, el único que habló del tema es el kirchnerista Florencio Randazzo. Salió duro: insinuó que el choque de trenes estaba conectado con el paro y afirmó que los sindicalistas desprecian a los trabajadores. Titular de Transporte, a Randazzo lo indigesta el activismo de los gremios de su área, que «han sido privilegiados con políticas inclusivas».

La misma línea argumental usa el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, para quien es inmerecido que el gobierno que «más hizo por los trabajadores» vuelva a verse enredado en un paro.

Aníbal Fernández tiene una receta para los gremios díscolos, la de cambiar las huelgas por una mesa grande en la que negociar hasta que las velas no ardan. Suena extraña esa declaración, siendo que el Gobierno jamás llamó al diálogo al sindicalismo opositor, pese a que los últimos paros fueron convocados con una antelación exagerada.

También surgió otra diferencia de última hora: las distintas percepciones de la pobreza en el país. Mientras para Cristina, según dijo en Roma, los pobres apenas suman el 5 por ciento de la población, para Moyano y elenco, aquella cuenta da un 27, 8 por ciento de los argentinos. Consultado días atrás por la misma cuestión, Kicillof había manifestado que él desconocía los números de la pobreza en el país.

La huelga está en marcha. Habrá que ver si a su fin queda de manifiesto si se trató de un manotazo del sindicalismo, un acto de estricta justicia o un feriado nacional no previsto.

Infobae

La izquierda interrumpe los accesos a la Capital Federal

Los cortes de tránsito que habitualmente realizan las agrupaciones de izquierda y estudiantiles durante los paros organizados por las centrales obreras opositoras comenzaron esta mañana un poco más temprano.

En el marco del paro nacional, manifestantes cortan el Puente Pueyrredón desde las 5:30 y en el Centro porteño interrumpen el tránsito en avenida Corrientes y Callao. Otros militantes de izquierda realizan un piquete en la Autopista Panamericana y Ruta 202.

También hoy otros cortes, encabezados por delegados sindicales de Donnelley, Wordcolor, Lear, Kraft, PepsiCo, Cadbury, Printpack, Siderca, fábricas de la zona Norte bonaerense, en la Panamericana altura del km 23. Además, los aeronáuticos de Capital Federal realizarán un piquete en el centro.

En Puente La Noria y la subida a la Autopista Buenos Aires-La Plata, en la capital bonaerense, también está interrumpido desde temprano el tránsito. En Acceso Oeste, frente al Hospital Posadas, el corte comenzó a las 7 y a las 8 se realizará otro frente a la municipalidad de Luján.

En tanto, manifestantes del Partido Obrero tienen previsto confluir cerca de las 10 en el Obelisco para marchar desde allí hasta el Ministerio de Trabajo.

En las calles porteñas se pueden ver numerosos taxis y autos particulares con los que la gente se traslada a sus trabajos.

En la provincia de Córdoba, en tanto, los manifestantes se concentrarán desde las 7 en el Puente Maipú; en Paraná habrá un corte en Laurencena y Ramírez a las 9:30, con una marcha al túnel.

En Jujuy, a las 10 cortarán el Puente Lamadrid; en Mendoza a las 9 interrumpirán el tránsito en San Martín y Garibaldi; en Neuquén, a las 11 habrá una concentración y marcha al monumento a San Martín.

Asimismo, en Cipolletti cortarán la rotonda de la ruta 22 y 151 para marchar al puente con Neuquén desde las 10, informó el MST en un comunicado. En Tierra del Fuego realizarán un acto en Ushuaia.

Infobae

Paro 9 de junio: duras críticas de Tomada a los sindicatos

A horas del inicio del paro de transporte del 9 de junio, el ministro Carlos Tomada cuestionó a los sindicatos que adhieren a la huelga general. Dijo que «los sectores que convocan no han empezado las paritarias».

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, opinó que «un paro a este gobierno no es un paro a favor de los trabajadores». Así se referió a la medida de fuerza que realizarán mañana las centrales sindicales opositoras.

En ese sentido, señaló que «las demandas son en realidad un rejunte donde aparecen unos aspectos que ya están resueltos como la actualización de las jubilaciones».

En declaraciones a radio América, señaló que «parece que este es un paro con motivo de las paritarias, pero estos sectores (que convocan al paro) no han empezado las paritarias». Agregó que quienes impulsan la medida «no se les ocurre hacerles un paro a sus empleadores».

«Todo paro que se pretende general es político», sostuvo el ministro y remarcó que «este es un paro de cualquier cosa menos en defensa de los trabajadores». Al respecto, indicó que «es un paro organizado y a favor de la oposición política» y al mencionar las paritarias dijo que «estos 12 años han consolidado en la conciencia de los trabajadores que este es el mecanismo para acordar salarios y condiciones de trabajo».

Tomada se refirió a la existencia de varias centrales sindicales y al respecto expresó que «todo aquello que tenga que ver con la unidad del movimiento obrero nos parece importante y nos parece lamentable la fragmentación, pero a la larga se va a dar esa unión obrera».

El Destape

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