Foro Economico sobre América Latina pide reformas estructurales contra desigualdad
El décimo Foro Económico Mundial sobre América Latina cerró en México con un mensaje claro: la región debe resolver la inequidad y potenciar el empleo y el desarrollo a través de una agenda transformadora.
Un programa que debe implantarse a todos los niveles y suponer un compendio de cambios en materia comercial, institucional o educativa, entre otros, según se desprendió de las conferencias y reuniones protagonizadas por destacadas figuras políticas, empresariales y académicas.
“Es un momento en el que hay que impulsar reformas estructurales para generar crecimiento en América Latina”, resumió en el mensaje de clausura el director general del organismo de promoción exterior ProMéxico, Francisco González.
Para ello, es necesario “avanzar mediante una agenda de renovación”, título de la cumbre, que “incluye energía, medio ambiente, infraestructura, productividad, transparencia, rendición de cuentas, educación e innovación, ente otras”, señaló.
Según la organización, esta edición ha sido “récord” en números; mil visitantes, 45 países participantes, 223 reuniones bilaterales y la presencia de 28 ministros de 14 países y de los presidentes de México, Enrique Peña Nieto; de Panamá, Juan Carlos Varela, y de Haití, Michel Martelly.
“Hay un ánimo de transformación y modernización para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo”, dijo el jueves Peña Nieto en la inauguración de este evento celebrado el jueves y viernes en un hotel de la Riviera Maya, estado de Quintana Roo.
La integración de Latinoamérica va “a buen paso” y apuesta por trascender sus diferencias ideológicas, secundó Varela.
Aunque el foro ha sido más de propuestas que de hechos, este afán de superación e integración regional sí se pudo corroborar mediante actos como la firma del Acuerdo para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones entre México y Haití.
Aunado a ello, se trazó una hoja de ruta para la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte -promovida por los presidentes de El Salvador, Guatemala y Honduras- para impulsar la integración energética en la región, remarcó González.
La presencia por primera vez en la cumbre de representantes cubanos también escenificó la voluntad inclusiva del evento.
La ministra cubana de Finanzas, Lina Pedraza, destacó el inicio de la normalización de la relación entre Cuba y EE.UU y aseguró ver “con optimismo el relanzamiento de la isla” en Latinoamérica, señalando haber recibido muchas muestras de apoyo, especialmente de empresarios mexicanos.
Precisamente, fueron los líderes empresariales y los académicos participantes en el foro quienes más recalcaron sobre la necesidad de cambiar Latinoamérica para lograr un mayor desarrollo, centrando su discurso en la necesidad de escapar de la desigualdad.
“Vivimos en un entorno muy inequitativo para las mujeres”, dijo la empresaria mexicana Angélica Fuentes, quien apuntó que si la participación de las mujeres al mercado laboral llegara al 80 % el producto interno bruto (PIB) regional aumentaría un 17 %.
A su vez, el copresidente del Consejo de Administración de la firma telecomunicaciones América Móvil, Carlos Slim Domit, abogó por una incluyente transición hacia las tecnologías de la información.
“América Latina sigue siendo dolorosamente inequitativa”, zanjó el economista chileno Andrés Velasco, quien dijo que se han de buscar herramientas políticas que combatan desigualdades en ingresos y en acceso a oportunidades, entre otros.
El premio nobel de economía Joseph Stiglitz recordó que las diferencias no son solamente hombre-mujer, pues también hay discriminación por raza, por ejemplo.
Stiglitz encendió el debate en el último panel afirmando que acuerdos como el transpacífico (TPP) o la Alianza del Pacífico, conformada por Perú, Chile, México y Colombia, podrían incrementar la inequidad.
Esta aseveración fue negada por los empresarios, quienes apostaron por aumentar el comercio interregional, y refutada incluso por Velasco, quien recordó que Chile mantuvo “unas negociaciones fuertes” en su tratado con EE.UU., defendiendo los intereses nacionales “con buenas resultados”.
La organización anunció que la próxima edición se celebrará en Colombia, donde se espera que se ahonde en esta necesaria agenda de renovación.