«Enclave transgénico de Sudamérica: zafra 2014-2015». Artículo del investigador uruguayo Juan Luis Berterretche, en el que analiza la expansión de los cultivos basados en organismos genéticamente modificados en distintos países del Cono Sur
Desde hace cinco años defendemos que el territorio que ocupa la producción en Sudamérica basada en organismos genéticamente modificados (OGM) y sus agro-tóxicos, debe ser considerado como un “enclave”. ¿Por qué definimos como un “enclave” el conjunto de plantaciones transgénicas que se extienden dentro de cinco países sudamericanos? El ejemplo más citado como “enclave”, durante la globalización económica impulsada por el imperialismo en las últimas décadas, es el de las zonas francas. La instalación de éstas en China, en otros países asiáticos y otros continentes, fue la base de expansión industrial capitalista en esos años. Como su objetivo era instalar las industrias de los países más “desarrollados” en lo que se denominaba “tercer mundo”, en condiciones más favorables al Capital, los territorios eran de extensión limitada. Pero desde hace algo más de dos décadas el objetivo central del capitalismo es el dominio mundial de la agricultura, y la minería, entonces los territorios ocupados por “prometedoras nuevas tecnologías agrícolas y mineras que acabarían con el hambre en el mundo y bajarían el precio de los minerales” pasaron a tener extensiones insospechadas.
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“Toda institución, por más meritoria y seria que sea posee una mente que no es del todo humana… a pesar de ser compuesta de mentes humanas. Si fuera de hecho humana ella sería capaz de sorprender… Si fuese del todo humana, sería motivada por toda especie de ideas nobles e innobles. Pero la mente institucional sólo dispone de una operación mental: ella odia la verdad.”E.L. Doctorow, La mecánica de las aguas.
Hoy la superficie que ocupan las plantaciones de soja transgénica en el enclave del conjunto de cinco países sudamericanos alcanzaría en la zafra actual a 57 millones de hectáreas o 570 mil kilómetros cuadrados. Un territorio mayor que el de España y menor que el de Francia. O el equivalente territorial de dos Ecuador sumados. Y este territorio casi se duplica si agregamos las plantaciones de los otros granos transgénicos, como el maíz, la cebada, etc. o el algodón. Y en el futuro cercano el eucaliptus transgénico ya autorizado en Brasil.
Cuando usamos el término “enclave” queremos decir un territorio dentro de otro, sujeto a diferente sistema productivo y regido por distintas leyes, disposiciones y privilegios económicos, sociales y políticos con aceptación explícita o implícita de la nación o naciones que los albergan.
El enclave sudamericano de transgénicos abarca parte de Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia. A pesar que los territorios plantados con semillas bio-degradadas no están unificados, los unen privilegios idénticos o muy similares, y exenciones legales y reglamentarias que afectan la salud tanto ambiental como humana y arrasan con derechos ciudadanos.
De manera que el enclave tiene leyes y disposiciones especiales que favorecen esa producción: planos específicos en infraestructura para incentivar este tipo de sistema productivo -carreteras, puertos, red ferroviaria, etc. cuya construcción y mantenimiento queda a cargo del Estado y son sustentadas por todos los contribuyentes en sistemas impositivos regresivos- infraestructuras que facilitan la exportación de estos productos; créditos especiales favorables, tanto en término de volumen, como más benevolentes en plazos y tasas de interés; autorizaciones automáticas de utilización de nuevos OGMs sin ninguna clase de test o pruebas serias de toxicidad sobre el organismo humano y liberación de agroquímicos (insecticidas, plaguicidas y fertilizantes) cada vez más tóxicos, también sin ningún control sanitario o ambiental.
Se trata de una producción dominada por el oligopolio/1 corporativo de semillas transgénicas y agroquímicos asociados, en alianza con grandes productores latifundistas nacionales o extranjeros. Es una producción en su mayor parte dedicada a la exportación. Y regida por mercados externos -el mercado internacional de commodities, subordinado al mercado financiero- y no por necesidades soberanas de alimentación de la población del país o sus intereses económicos.
En menos de tres décadas un puñado de corporaciones multinacionales ha creado un fulminante y feroz cerco corporativo en torno de las semillas, el primer eslabón de la cadena alimentaria. Envenenando la alimentación y amenazando por décadas la salud de la población mundial.
La mayor parte de la producción de soja en el Cono Sur se practica en predios mayores a 500 hectáreas. En consecuencia, un número cada vez menor de productores manejan superficies cada vez más extensas, llegando a unidades de 2.500 a 5.000 hectáreas o más, en Argentina, Brasil y Paraguay. En este último país, Tranquilo Favero /2 -conocido como el rey de la soja- posee él sólo un millón de hectáreas plantadas de soja. Organizaciones campesinas y numerosos investigadores alertan desde hace más de una década que la producción de soja y concentración de tierras van de la mano. Obedece a un círculo vicioso: la mayor parte de la producción proviene de sistemas agrícolas altamente industrializados (semillas transgénicas, siembra directa por maquinaria y agroquímicos aplicados de manera mecánica por “mosquitos” o vía aérea).
La intensa industrialización de esta nueva forma productiva implica el incremento de la capacidad de inversión de los productores, lo que deriva en la paulatina marginalización de los agricultores de pequeña escala o con reducida capacidad de inversión, de los trabajadores rurales, indígenas y campesinos.
El enclave productivo que se viene extendiendo en el continente al margen de las necesidades e intereses de las poblaciones, utilizan tecnologías pensadas para prescindir y excluir la mano de obra humana. Desde el punto de vista social, el enclave sojero y transgénico en general es un área de exclusión de trabajadores rurales, de campesinos, de agricultores familiares, de indígenas y descendientes de esclavos liberados (quilombolas). Que transforma el sistema de propiedad de la tierra, pasando el domino de ésta a sociedades anónimas, grandes terratenientes o pool de siembras costeados y controlados por el capital financiero a través de fondos de inversión imperialistas.
Este proceso de desapropiación de tierras es estimulado además con métodos violentos en el medio rural, tanto por bandas armadas de los terratenientes como por la propia policía gubernamental. Para este nefasto plan en Sudamérica las corporaciones contaron con la alianza de los partidos y gobiernos “progresistas” que adoptaron en sus proyectos de sistemas de desarrollo productivo a la tecnología transgénica y a la minería a cielo abierto, con todas sus perversiones. Como veremos en el caso brasileño, además con consecuencias políticas desastrosas.
Este mismo proyecto imperialista, no sólo está dedicado al continente americano. El G8 desde hace 2 o 3 años ha elegido a África como su próxima víctima. Quizá porque el agro negocio comienza a evidenciar con más claridad en América sus secuelas destructivas y la resistencia en nuestro continente crece.
En lo que va del nuevo siglo resalta la intervención directa del Banco Mundial en la expulsión y expropiación sin indemnización de territorios de comunidades nativas en África, para desarrollar proyectos económicos de metrópolis de tradición colonialista, en colaboración con gobiernos africanos corruptos.
Al mismo tiempo el objetivo central de los países del G8 y sus agencias es expulsar de las áreas rurales de África la mayor cantidad de los 539 millones que continúan viviendo en el campo, para aplicar el mismo sistema productivo destructivo y excluyente que impulsaron en nuestro continente. Para este plan, los proyectos de “cooperación europea y estadounidense” con África ya definieron su principal enemigo: la agro-ecología tradicional africana y las mujeres negras que son el 75% de quienes la practican /3.
Consecuencias nocivas del sistema productivo “progresista”
Desde la zafra pasada, las plantaciones de soja del enclave transgénico sudamericano ya proveen más del 50% de la producción mundial. Más allá de las declaraciones triunfalistas de los funcionarios gubernamentales, en esta última zafra se han hecho presente las dificultades que empiezan a manifestarse con un sistema productivo que crea problemas ambientales ya comprobados de contaminación, en especial en el sistema hídrico; que atenta contra el sistema sanitario de los países, e incluso que promueve cambios retrógrados en el sistema económico, social y político como es el caso paradigmático de Brasil.
En general en todos los países los gobiernos responsabilizan al clima por las mermas en la producción y los bajos promedios de kilogramos por hectárea en esta zafra. Se culpabiliza a la falta de lluvias o altas temperaturas el verano austral de 2014-2015. Y se culpa al mercado mundial por la acentuada baja de los precios y los malos resultados que se obtendrán con las exportaciones. La “novedosa solución progresista” para estos problemas empieza a transitar por los “ajustes fiscales” desembozados en Brasil o Argentina, o algo disimulados en Uruguay.
Al tiempo que los gobiernos se resisten aceptar que en los últimos años irrumpió una crisis hídrica. Que afecta a las grandes ciudades. En Brasil por diques o embalses en las corrientes para abastecer al ganado que se expande a costa de la selva amazónica y perjudica el clima de todo el sur del continente; por grandes represas para generar energía para la expansión de la explotación minera y por el uso y envenenamiento del agua de las mismas mineras, y por las nuevas disposiciones o la aceptación implícita de la deforestación de las márgenes de ríos y arroyos y el desmonte de bosques para que se expanda la plantación de transgénicos.
La zafra de soja 2014-2015
En Brasil la zafra alcanzaría 94,3 millones de toneladas, por tanto un 9,5% más que la zafra anterior de 2013-2014 (93,5 millones de toneladas). La superficie plantada alcanzaría las 31 millones de hectáreas. Es decir la soja ocupó 310 mil kilómetros cuadrados. Una superficie mayor que la de Italia y poco menor que la de Polonia.
En Argentina las previsiones en abril para la zafra actual son que alcanzaría entre 58 0 59 millones de toneladas, por tanto entre 2,4 y 3,4 millones de toneladas más que la zafra 2013-14 (55,6 millones de toneladas). La cosecha de soja argentina en la temporada 2014/15 habría ocupado una superficie plantada de 20,2 millones de hectáreas. Entonces la parte del enclave en territorio argentino sería de 202 mil kilómetros cuadrados. Una superficie algo menor que Guyana y mayor que la de Senegal.
En Paraguay la producción de soja en la zafra 2014-2015 se habría reducido a 8 millones de toneladas. Es decir, 1,3 millones menos que en la zafra anterior (9,3 millones de toneladas, 2013-2014) a pesar de haber aumentado en 10 mil ha. la superficie plantada. 3,26 millones de hectáreas en 2014-2015 frente a 3,25 millones de há en la zafra anterior. El enclave sojero paraguayo ocupa una superficie de 32,6 mil Km2 es decir mayor que el territorio de Bélgica.
En Uruguay la producción de la zafra actual sería entre 3,2 y 3,4 millones de toneladas para una superficie sembrada de 1,5 millones de hectáreas. Y por tanto una superficie de 15 mil kilómetros cuadrados. Si la cifra de 3,2 millones de toneladas de producción de soja de la actual zafra se confirma, significa una caída del rendimiento en relación a la zafra anterior donde con menos superficie sembrada (1,3 millones de hectáreas) se obtendría el mismo volumen de granos.
En Bolivia aún no existen previsiones de volumen de la zafra de soja transgénica para 2014-2015. Se estima que la superficie plantada alcanzaría a 0,95 millones de hectáreas. Lo que significa 9,5 mil km2 plantados de soja.
Consecuencias nocivas del sistema productivo del agro-negocio
En Brasil el gobierno está centrando toda su publicidad en el hecho de haber superado los 200 millones de toneladas de granos en esta cosecha (200,7 millones de toneladas para 2014-2015) como un record de la producción de alimentos, cuando en verdad la producción de soja, maíz etc. transgénicos por el agro-negocio se exporta en su mayoría al extranjero como materia prima para raciones de ganado; y una parte no exportada del maíz se utiliza en la producción industrial de carne aviar y en la industria de malta cervecera en sustitución de la cebada. Algo poco conocido en el país: el 40% del componente de la cerveza brasileña es transgénico.
Mientras tanto, más del 70% de la alimentación de la población brasileña, la provee la agricultura familiar u orgánica. Sin ninguna clase de publicidad gubernamental.
Pero podría argumentarse que es importante la producción transgénica para el ingreso de divisas al país. En realidad este año es muy expresivo el mal negocio que se hace apoyando a la agroindustria como un pilar fundamental del sistema productivo. Y esto respecto a los costos en aumento de este sistema: el encarecimiento permanente de los agro-tóxicos, la presión de las empresas proveedoras de semilla por el cobro de royalties a los productores, y el aumento del precio del transporte a los puertos que están a 2.000 km. del cinturón sojero. A eso se agrega la baja de los precios internacionales de los granos por la sobreproducción que ha desbordado los stocks disponibles.
Pero si queremos ubicar la consecuencia más dañosa de estos “pilares productivos” adoptados por los gobiernos en el Brasil petista, la debemos buscar en el sistema político. Durante los gobiernos del PT, la prioridad dada al agro-negocio resultó en un crecimiento continuo de la bancada de este sector en el Congreso. En las elecciones de 2014 dio un salto cualitativo, por la financiación del capital privado a las campañas electorales. El actual presidente de la Cámara de diputados Eduardo Cunha (PMDB) actuó como principal lobista de las empresas y corporaciones para elegir diputados que se sumaran a la bancada empresarial. Los grandes terratenientes del campo y sus políticos afines reunidos en el Frente Parlamentario Agropecuario (FPA) son a partir de 2015 la mayor bancada del Congreso. Ha crecido un 33% sumando 273 asientos entre diputados y senadores. En la Cámara de Diputados junto a otros 131 parlamentarios vinculados al agro-negocio, conseguirían una mayoría de 257 representantes del sector ruralista, frente a los 256 no ruralistas. O sea controlan más de la mitad de los diputados federales vía financiación corporativa privada de campañas /4.
Las consecuencias de este sistema institucional corrupto se manifiestan directamente en las primeras votaciones parlamentarias. Durante abril se votó en la cámara de diputados un cambio de redacción de la definición de trabajo esclavo haciendo más permisiva la ley y eliminando situaciones similares a esta explotación para evitar que se expropien las haciendas de los culpables y se las integre a la reforma agraria, como estipula la ley. También se eliminó la obligación de rotular los alimentos -con una T dentro de un triángulo- que identificaba los productos con ingredientes transgénicos, un grosero golpe a la libertad de información. Dos graves retrocesos sociales y políticos contra los derechos populares, que indican la dirección que ha tomado el sistema político brasileño. Esto sin mencionar leyes como la de “tercerización” del trabajo que tiene como objetivo reducir y anular derechos de los trabajadores y precarizar más aún el mercado de trabajo.
La sociedad brasileña está amenazada por una cascada de medidas retrógradas de un Congreso que ha decidido pisotear la constitución de 1988 y posteriores derechos y libertades conquistados. Este es el principal presente griego de la agroindustria en Brasil.
En Argentina la gran preocupación es la caída en un 30% de los precios de la soja en el mercado internacional. Si bien con una superficie similar a la zafra anterior sembrada, la cosecha puede ser superior en 2 o 3 millones de toneladas. Pero el valor actual de U$S 370 la tonelada no es alentador. Y con esos precios de venta la situación del productor arrendatario es fuertemente deficitaria . En un análisis para un portal agrícola el experto Manuel Alvarado Ledesma señaló que en los precios de corto plazo “la perspectiva realmente es mala “, pues “sigue la firmeza del dólar así como el precio del petróleo continúa en baja, en un contexto donde la oferta de soja del hemisferio norte es enorme y la del sur amenaza serlo también”. La caída del crudo incide directamente en los valores de los biocombustibles e indirectamente en los precios de los granos y otros derivados/5.
Comencemos por decir que en Paraguay se produjo un proceso similar de cambio político a partir de los terratenientes en el Congreso, pero mucho más drástico. Fueron ellos quienes apuntalaron el golpe del senado paraguayo contra Fernando Lugo (2012), instalando en la presidencia al vicepresidente Federico Franco, representante de los latifundistas que en ese momento detentaban el 2,6% de los predios rurales abarcando el 85,5% del total de la superficie agrícola del país, o sea 8 millones de hectáreas más que en 1991. Luego la elección apuntalada por EUA, de Horacio Cartes (2013) a la presidencia -empresario del tabaco y el alcohol y dueño de un banco dedicado al lavado de dinero de drogas- dio continuidad a este proceso.
En Paraguay la absoluta ausencia de control del sistema productivo basado en transgénicos ha conducido a una disminución significativa de la producción en la cosecha actual (1,3 millones de toneladas menos que en la cosecha anterior). El ingeniero agrónomo Luis Enrique Cubilla de INBIO, la define como una “zafra preocupante”/6.
El plantío soja/soja, es decir sin rotación de suelos, tiene como consecuencia la pérdida de materia orgánica de la tierra sin capacidad de recuperarla y exige aumentar la cantidad de fertilizantes químicos. La ausencia de rotación con maíz y trigo no sólo impidió que con los rastrojos de esos dos granos el suelo recuperara materia orgánica, sino que además se evadieron dos cultivos fundamentales para la alimentación de la población. Esto mantiene una situación de protesta campesina violenta en las áreas rurales. A esto se agrega que los cultivos con deficiencia nutricional son más susceptibles a plagas y enfermedades. En todo el enclave en territorio paraguayo existe un fuerte ataque deroya asiática con tolerancia a los funguicidas, así como de chinches y lepidópteros con resistencia a insecticidas cada vez más tóxicos.
Con un promedio de rendimiento del enclave de 2.452 Kg/ha, sólo tres departamentos (Alto Paraná, Canindeyú y Caaguazú) superan dicho promedio, mientras otros siete tienen producción por debajo de esa cifra. Las perspectivas son más que “preocupantes”.
En Uruguay la crisis hídrica hizo irrupción pública en 2013, a pesar de los esfuerzos gubernamentales por ignorarla, con los episodios del mal olor y la contaminación con cianobacterias del agua corriente de Montevideo. Se comprobó que los agro-tóxicos de las plantaciones de soja y las industrias cárnicas (feed lots) y lecheras asentadas en la cuenca del río Santa Lucía consiguieron contaminar su corriente que abastece de agua a la capital. Las propuestas de “militarizar” ese río para impedir la contaminación, si no fueran un insulto a la memoria histórica de un país que aún mantiene la impunidad de los criminales militares de la dictadura, deberían tomarse sólo como una sátira mordaz sobre la inutilidad de nuestras “fuerzas armadas” con el “comandante” EFH /7 conduciendo las cabriolas operacionales militares.
El episodio en abril de este año de mal olor y mal sabor del agua en Maldonado quiso ser negado por las autoridades de OSE. Al principio dijeron que “no les constaba” el mal olor y sabor del agua, luego reconocieron el problema, pero dijeron que era bebible y finalmente confesaron que el agua no era potable”, informó la Comisión de Maldonado por la Tierra y el Agua. El descuento de tarifas de agua corriente decretado por el presidente Vázquez, se hizo porque afectaba a Maldonado y Punta del Este. Descuento populista que no resuelve ni la comprobada contaminación de la Laguna del Sauce que abastece la región, ni el intento de envenenamiento a la población con el agua que provee la compañía estatal.
La Dirección nacional de medio Ambiente (Dinama) reconoce que casi la totalidad de los recursos hídricos del país están contaminados. El río Olimar por las industrializadoras de arroz y generadoras de electricidad mediante incineración de la cáscara del grano. Y algunos de ellos como el Río Uruguay y el Negro con toxinas perjudiciales para la salud por contaminación de la industria celulósica. Esta última es la responsable también de la disminución de las aguas subterráneas (capa freática) y la consiguiente seca de los pozos en hogares y escuelas rurales en el entorno de las zonas forestadas con eucaliptus.
Como en todo el enclave sudamericano, el ministro de ganadería, agricultura y pesca, Tabaré Aguerre acusó a la falta de lluvias y a la caída -30% menos- del precio internacional de la soja, por los malos resultados previsibles en la zafra actual. Por las exportaciones de soja, ingresarían U$S 800 millones menos que en la zafra que se exportó en 2014. La falta de agua hizo que los rendimientos no sobrepasaran los 2.500 kilos por hectárea. Y en algunos departamentos como Florida el rendimiento apenas llega a 1.400 K/he /8. Sin reconocer la crisis hídrica que afecta al país, sus declaraciones son preparatorias del debate que se hará sobre el presupuesto y las restricciones financieras que pretenden adoptarse.
Pero el cuestionamiento al sistema de desarrollo frenteamplista no cesa. Hace dos semanas se realizó una importante movilización en el interior, en defensa del agua. Habitantes de Tacuarembó y de varias ciudades más del país y del extranjero se movilizaron el sábado 25 de abril en dicha ciudad, en una marcha organizada por la Comisión Tacuarembó por la Vida y el Agua, contra la mega-minería a cielo abierto y la extracción de gas de esquisto y en defensa del Acuífero Guaraní. Éste que es una de las reservas de agua dulce más importante de la región, se extiende por suelos de cuatro de los países del enclave transgénico: Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay, y a diferencia de otros departamentos, donde el acuífero se encuentra a 1.000 metros por debajo del nivel del suelo, en el corredor de Tacuarembó y Rivera donde se ubica la zona de recarga, está a menos de 100 metros y hay afloramientos /9. Los proyectos mineros amenazan con extender la contaminación hídrica nacional al acuífero.
La resistencia al nefasto sistema de desarrollo productivo adoptado por el Frente Amplio, está acrecentando la consciencia ecológica como aspecto clave para una economía política alternativa. Algo desatendido o relegado por la izquierda tradicional, subordinada por el stalinismo a la tecnología y ciencia positivista del Capital.
Capitales excedentes de las metrópolis en nuevo arreglo espacio-temporal
La categoría del arreglo espacial (o arreglo espacio/temporal) que utilizó David Harvey /10 para explicar las burbujas inmobiliarias es aplicable también a las nuevas inversiones de capitales en nuestro continente, como ya lo hemos mencionado oportunamente. Harvey se apoya en la afirmación de que los ciclos de acumulación capitalistas construyen geografías a su medida.
Con el inmenso enclave transgénico, Sudamérica atiborrada de monocultivos, ha transfigurado su geografía transformándola en enormes extensiones de territorios de desiertos verdes que producen materias primas para el mercado mundial, en detrimento de la producción de alimentos para su población. Con consecuencias nefastas de deforestamiento para su vegetación nativa, y envenenamiento de sus acuíferos, nacientes y corrientes a la vez de una gran disminución del caudal de sus ríos.
Desde la ocupación de tierras para plantíos de monocultivos transgénicos o forestales; o las plantas industriales para procesar materias primas -como la celulosa-; la construcción de diques, embalses y represas hidroeléctricas, plantas de procesamiento de biomasa, gasificadoras y los pozos de extracción de gas de esquisto (fracking), para abastecer de energía los proyectos; o la acción minera a cielo abierto; la instalación de infraestructura vial, puertos y aeropuertos, sistemas de transporte marítimo, ferroviario, y de carreteras y avanzados medios de comunicación. Todo esto no es un sector menor de la economía, y es capaz de absorber ingentes cantidades de capital e inmovilizarlo por años, dando beneficios por décadas.
Se trata de un proceso global de conquista geopolítica de fuentes de recursos naturales, claves para la expansión del Capital. Es un arreglo espacial que supone un relanzamiento del proceso de acumulación de capital mediante un nuevo conjunto de relaciones territoriales, como en Sudamérica y también en África, que generan nuevas escalas espaciales y proveen insospechados volúmenes de plusvalía, con la colaboración de gobiernos lacayos y sin ninguna clase de obligación con las poblaciones afectadas. Es un nuevo tipo de colonialismo económico -en países que brindan la posibilidad de enclaves- que se concentra sólo en los privilegios y beneficios, y desconoce y elude todo tipo de costos ambientales, sanitarios, sociales o políticos.
La resistencia crece
Nuestras caracterizaciones económicas, sociales y políticas del grave problema causado en nuestra América por los sistemas de desarrollo productivo adoptados por los gobiernos “progresistas”, basados en agricultura transgénica, minería a cielo abierto y combustibles fósiles, nos muestran la enorme magnitud de las consecuencias negativas en todos los planos de la vida humana y la salud ambiental que sufre el continente.
Ya existe una resistencia popular creciente no sólo en el campo como también en las ciudades afectadas por la crisis hídrica. En Brasil los movimientos sociales resisten los cortes de agua en S. Paulo, Rio y Belo Horizonte, etc. Los especialistas han identificado como un culpable de la crisis a las modificaciones que se realizaron al Código Forestal para favorecer a los ruralistas. Y el enfrentamiento violento en el ámbito rural determinó que Brasil tenga el triste record de contabilizar la mayor cantidad de asesinatos de ambientalistas en el mundo, en 2014. Para el MST en este año “ se abre un nuevo período, que permite la intensificación de las luchas sociales” /11.
En Paraguay hay una verdadera guerra civil en el campo. Los “carperos”, campesinos sin tierra, ocupan con carpas los territorios fiscales usurpados por los plantadores de soja y los enfrentamientos son permanentes y violentos.
En Argentina, que es donde Monsanto penetró primero con sus OGM a mediados de los 90, la campaña pública contra los transgénicos se ha extendido y radicalizado en los últimos meses. En abril la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA), con más de 30.000 médicos y otros técnicos sanitarios, apoyándose en “sospechas” de la OMS sobre el glifosato como causante de cáncer, publicó una declaración afirmando que: “El glifosato no sólo provoca cáncer, también está asociado al aumento de abortos espontáneos, malformaciones genéticas, enfermedades de la piel, respiratorias y neurológicas”. Y pide su prohibición /12.
Y cómo detallamos, en Uruguay las actividades en protección del medio ambiente involucran a varios movimientos de defensa de la tierra y el agua con muy buena inserción en el interior del país. Como podemos apreciar existe en Sudamérica una posibilidad creciente de alianzas multitudinarias democráticas y sociales para enfrentar y derrotar estos sistemas im-productivos funestos.
(*) El autor es miembro del consejo de edición y redacción de Desacato.info
Fuente: www.rebelión.org
Notas
1/ Concentración de la oferta de un sector industrial o comercial em um pequeño número de empresas. Las diez principales compañías productoras de semillas degradadas biológicamente controlan casi el 70% del mercado mundial de OGM.
2/ Tranquilo Favero otorgo uma entrevista para la Folha de SPaulo ABC 13 02 2012
El sojero Tranquilo Favero fue entrevistado por el sitio Folha.com, donde se refiere a los carperos (campesinos que ocupan tierras fiscales usurpadas por los sojeros) como delincuentes que deben ser castigados “como mujer de malandro, a palos”. Odia la pobreza y se declara católico. Un verdadero “demócrata-feminista”. También declara no saber guaraní, porque cuando se tiene dinero “no hace falta”.
3/ Miriam Ross. British aid is helping agribusiness carve up Africa – New Internationalist blog 14 04 2015
http://newint.org/blog/2014/04/14/british-aid-agribusiness-africa/
Versión en português en Portal Forum: Ajuda Humanitária uma nova “partilha da África” http://www.revistaforum.com.br/blog/2014/04/ajuda-humanitaria-uma-nova-partilha-da-africa/
4/ JLB El voto a Dilma no es um cheque en blanco Desacato.info octubre 2014.
http://rebelion.org/noticia.php?id=191337
5/ Juan Gasalla. Más pronósticos anticipan una cosecha récord de soja argentina Infobae 03 03 2015-05-04 http://www.infobae.com/2015/03/03/1713609-mas-pronosticos-anticipan-una-cosecha-record-soja-argentina
6/ Estimación por Análisis Geo-Espacial de Cobertura del Cultivo de Soja, campaña 2014-2015. Instituto de Bio-tecnología Agrícola (INBIO) Asunción 27 04 2015.
7/ Eleuterio Fernández Huidobro, ex-guerrillero y actual Ministro de Defensa en el gonierno del Frente Amplio.
8/ Tabaré Aguerre: Ventas de soja pueden registrar una caída de hasta US$ 800 millones El País 13 04 2015.
http://www.elpais.com.uy/informacion/rendimiento-soja-afecta-exportaciones.html
9/ Amanda Muñoz De todas partes – Marcha por el acuífero Guaraní La Diaria 27 04 2015
10/ David Harvey La solución espacial: Hegel, Von Thünen y Marx. 2007. En Espacios del Capital. Madrid, Akal. Cuestiones de Antagonismo y El Nuevo imperialismo: acumulación por desposesión. Socialist Register, 2004.
11/ ‘Governo paga o preço pela ação despolitizadora do último período’ Entrevista a Gilmar Mauro MST,. Desacato.info
http://desacato.info/brasil/governo-paga-o-preco-pela-acao-despolitizadora-do-ultimo-periodo/
12/ Argentina 30 000 médicos e profissionais exigiram a proibição do glifosato Desacato.info 04 05 2015.
Referencias
Fátima Oliveira “Engenharia Genética: o sétimo dia da criação” Moderna, 1995. Y “Transgênicos: o direito de saber e a liberdade de escolher” Mazza Edições, 2000.