Colombia: investigadores alertan sobre el incremento de la violencia hacia los indígenas

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Investigadores del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) alertaron que se vive una nueva escalada de violencia contra los indígenas en el departamento del Cauca, donde denunciaron que en lo que va de año han sido asesinados al menos nueve aborígenes.

La alarma del Cerac, uno de los principales grupos dedicados a estudiar la violencia en el país, se recoge en un informe que señala que esta semana fueron encontrados en el convulso municipio de Toribío los cuerpos torturados y sin vida de dos miembros de la etnia Nasa.

El caso se suma, denunciaron, «al de otros siete indígenas asesinados en condiciones similares en este año».

Por este motivo, sostienen que la «preocupante» situación apunta «a una nueva escalada de violencia selectiva contra los indígenas del departamento» ya que aunque se desconocen quiénes cometieron los asesinatos, existen «notables coincidencias» entre los homicidios.

Por ejemplo, en su «modus operandi» que incluye desaparición y torturas, o en las características que se conocen de los agresores, tales como que portaban armas largas, iban vestidos de civil y se desplazaban en camionetas con vidrios polarizados.

Según el Cerac, las autoridades evalúan dos hipótesis con relación a estos casos: o bien que sea una venganza contra determinados individuos de la comunidad Nasa o por el contrario contra el conjunto de la etnia.

Según el informe, la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN) sostiene que los asesinatos «pueden ser un mecanismo para presionar y amedrentar a las comunidades con el fin de que suspendan las acciones de resistencia y denuncia contra la minería ilegal».

Para el Cerac esta hipótesis es «plausible», ya que la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la banda criminal de origen paramilitar Los Rastrojos y otros grupos «controlan la explotación informal e ilegal de oro en municipios con población afrocolombiana e indígena de la región».

Además, agrega que los Nasa poseen un «alto nivel organizativo» que les facilita «llevar a cabo acciones de resistencia».

En cuanto a la posibilidad de que los crímenes sean venganzas contra determinados individuos y no contra la comunidad, el Cerac menciona que el auge de la violencia se enmarcaría «en una reciente disputa por el control» del narcotráfico donde «estarían involucrados las FARC y los otros grupos».

En una última conjetura, se apunta a que los asesinatos serían «un castigo a personas que habrían podido dar información a las autoridades sobre estas actividades o los grupos que las controlan».

Para sustentar esta hipótesis, los investigadores resaltan que en la zona han aumentado las operaciones antinarcóticos y que cinco de los indígenas asesinados murieron cerca de una zona en donde días antes se había producido un gran despliegue de la fuerza pública.

El Cerac concluye que es «urgente que las autoridades tomen medidas oportunas para proteger la vida de las comunidades indígenas de la región», que ponen de manifiesto «los retos de seguridad que afrontaría el campo colombiano» incluso si se alcanza la paz con las FARC en las negociaciones que se llevan a cabo en La Habana

Caracol

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