Senado paraguayo aprueba reclamar a Brasil que devuelva cañón incautado durante la Guerra de la Triple Alianza
El Senado aprobó una declaración para pedir al Gobierno de Brasil que devuelva a Paraguay el conocido como «Cañón Cristiano», un objeto incautado por Brasil durante la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870).
Se trata de una pieza de bronce de 10 toneladas que toma su nombre de las campanas de las iglesias utilizadas como material para su fundición en 1867, y del que se apoderaron las fuerzas brasileñas que combatían junto a Argentina y Uruguay contra Paraguay.
«Paraguay pide que Brasil le devuelva el cañón como resarcimiento por una guerra absurda, injusta y fratricida», dijo a Efe el senador Luis Alberto Wagner, promotor de la declaración.
El texto solicita que se inicien los trámites por vía diplomática para reclamar a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que su país devuelva el cañón a Paraguay.
Wagner aseguró además que «es la primera vez que se pide formalmente a Brasil que restituya el cañón», y dijo que se pedirá ahora a la Cancillería paraguaya que «agilice los trámites» para la gestión ante Brasil.
En marzo de 2013, el entonces presidente paraguayo, Federico Franco, ya exigió durante su discurso del Día de Los Héroes, la fiesta nacional paraguaya, que Brasil retornara el «Cañón Cristiano».
Si Brasil aceptara el envío del objeto de vuelta a Paraguay, la intención del Gobierno sería exhibirlo en algún museo del país, según Wagner.
Para el senador, el objeto bélico simboliza «la lucha y sacrificio del pueblo paraguayo en una guerra injusta», que dejó diezmada a la población de Paraguay.
«Brasil fue el protagonista de los momentos más trágicos de la Guerra Grande. No creo que se enorgullezcan de su actuación, ni de tener un objeto como trofeo de esa guerra», observó Wagner.
Brasil fue además el último de los vencedores de la guerra en devolver todos los objetos sustraídos y en condonar la deuda impuesta a Paraguay, después de que Uruguay lo hiciera en 1885 y Argentina en 1942.
Durante la guerra contra la Triple Alianza, Paraguay perdió a cerca de la mitad de la población, quedando una relación de cuatro mujeres por cada hombre, según los cálculos más aceptados por los historiadores.
