Se celebran elecciones municipales en Cuba para elegir delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular
Los cubanos acudirán hoy a las urnas en primera vuelta para elegir a los delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular.
La segunda vuelta -según el cronograma de la Comisión Electoral Nacional- está prevista para el 26 de abril próximo en los lugares donde no se alcanzó la votación requerida por uno de los candidatos.
El voto en Cuba sigue siendo hoy un derecho y un deber cívico y, a diferencia de otros países, no constituye una obligación jurídica, cuyo incumplimiento derive responsabilidad.
En la isla el sufragio tiene asiento constitucional y todos los ciudadanos mayores de 16 años de edad pueden acceder a el, siempre que no estén comprendidos en los casos de incapacidad que regulan la propia carta magna y la Ley Electoral. Los procesos electorales en la isla alcanzan altos niveles de votación, lo cual significa una real y efectiva participación ciudadana en la conformación de la democracia.
La Ley Electoral específica que tendrán pleno derecho al voto todos los individuos residentes de manera permanente en la nación por un período no menor de dos años antes de las elecciones.
La edad constituye uno de los criterios universales para determinar el elector, pues esta debe suponer la madurez de la persona que le permita estar en condiciones de formular una decisión política.
En Cuba se equipara a la edad en que se puede asumir la defensa del país, que es también la edad penal, o sea, aquella en que se adquiere responsabilidad por los actos en ese campo del derecho.
Asimismo, en el proceso de elecciones a delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular el voto se caracteriza por ser libre, igual, directo, nominal, preferencial y secreto.
En los comicios de este tipo que se efectuarán este domingo, del total de habitantes en Cuba tienen el derecho al sufragio ocho millones de personas en 24 mil 646 colegios electorales en 12 mil 589 circunscripciones.
Esta consulta contará con 188 mil 988 autoridades electorales.
Votar: un deber como ciudadano
El mítico machetero Reinaldo Castro se propuso ir bien temprano este domingo a ejercer el derecho de sufragio activo en su tierra natal. Nadie me lo pidió, pero desde los tiempos en yo cortaba caña siempre me gustó ser el primero, dijo orgulloso y con énfasis en cada palabra.
Luego de acudir a la mesa del colegio número uno, en la circunscripción cuatro, en el sureño territorio, el primer Héroe Nacional del Trabajo en Cuba reconoció que para él acudir a las urnas en su país además de un derecho es un deber patrio. “Es mi obligación como revolucionario y ciudadano, el de elegir al mejor y el más capaz, y lo más importante, de votar por la unidad y por Cuba, que es votar por Fidel”.
Mientras camina por las calles del poblado de Calimete, Reynaldo Castro disfruta de la más alta estimación de sus compatriotas, esas personas humildes y anónimas que habitan este pedazo de la geografía matancera. Admite que no le gusta magnificar la grandeza de su país pero que uno de sus mayores compromisos es poder hacer algo por la Revolución cada día.
Esta jornada de victoria y de elecciones le sirvió de excusa para inspirar a la nueva generación. Los jóvenes deben saber que sobre sus hombros descansa el presente y futuro de la Patria, y cuando se sientan cansados deben pensar en el Che, quien aun con ataque de asma cruzaba ríos crecidos y ascendía montañas, sostuvo para enfatizar. “Y para quienes no sepan qué hacer, muy sencillo, que piensen en cómo la haría Fidel”.
Al extenderse en el extraordinario ejemplo legado por el Che, recordó que durante una agotadora competencia de macheteros el Guerrillero Heroico le comentó que todo hombre tiene derecho a cansarse pero entonces no puede ser vanguardia. “Ese día corté 1 328 arrobas en ocho horas y gané la competencia. En la última hora derribé 480 arrobas. El Che, que no dejaba de observarme, se acercó y me preguntó si estaba cansado. Lo negué de plano y le dije que si me ponían luz en el cañaveral cortaba 24 horas más”.
Este hombre de una historia hermosa, sencilla y al propio tiempo, colosal, asume que su mayor orgullo es serle fiel a Fidel, porque es lo más grande que ha dado Cuba, dice, y porque los padres de ambos proceden de Galicia.
Reinaldo Castro comenzó a cortar caña a los ocho años de edad para ayudar al sustento familiar, y aunque ya hace bastante tiempo que abandonó el machete se niega a ser un espectador pasivo. “Estoy muy al tanto de la voluntad y de los muchos esfuerzos en la provincia por cumplir el plan azucarero, pero en la zafra, como sucede en la pelota y en el boxeo, la victoria hay que fabricarla temprano; no es recomendable dejarla para el final”.