“Venezuela no es una amenaza para ningún país del mundo” – Jesús Torrealba, secretario general de la MUD
Secretario Ejecutivo de la MUD reconoce que Venezuela no es una amenaza para Estados Unidos
“Yo reivindico el Pacto de Punto Fijo, porque eso es ejemplo de democracia, así se debe gobernar un país, esa forma de gobernar está en el adn del demócrata. Aquí tuvimos 40 años de gobiernos de pacto, de consenso, y así es que se gobierna un país”, acotó el jefe de la MUD
El secretario general de la autodenominada Mesa de la Unidad (MUD) de la derecha venezolana, Jesús Torrealba, admitió este domingo que la República Bolivariana de Venezuela no es una amenaza para ningún país del mundo, y mucho menos para el imperio de los Estados Unidos de Norteamérica.
“Venezuela no es una amenaza para ningún país del mundo”, recalcó Torrealba durante su participación en el programa Diálogo Con Carlos Croes, que transmite el canal privado Televen, al ser interrogado sobre el decreto emitido por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el que califica a Venezuela como “una amenaza inusual extraordinaria e inusual” contra la seguridad de su país.
Torrealba, quien a pesar de su postura no manifestó su rechazo al decreto injerencista dictado por la administración de Obama contra el pueblo venezolano, aseguró que la amenaza en Venezuela es “el gobierno”, el cual ha permitido a la población alcanzar distintos logros sociales, como disminución de la pobreza, incremento en la escolaridad en niños, niñas y adolescentes, democratización a los estudios universitarios de forma gratuita, alfabetización, creación de Misiones Sociales, incremento progresivo y continuo del salario, mejor distribución de las riquezas, entre muchas otras reivindicaciones sociales obtenidas en los 16 años de Revolución Bolivariana.
El vocero de la MUD, tras criticar al proceso Revolucionario que nació producto de la explosión social que se generó por la exclusión generalizada que sufrió el pueblo en la cuarta república, defendió esos 40 años de gobierno de la derecha que se fundamentaron en el Pacto de Punto Fijo, y que doblegó a la población venezolana a vivir en extrema pobreza, con altos indicadores de exclusión, privatización de los servicios públicos básicos, del derecho a la educación, altos precios en alimentos y una marcada división social entre la burguesía adinerada que gobernaba el país, y la mayoría de la población que estaba signada a la miseria.
“Yo reivindico el Pacto de Punto Fijo, porque eso es ejemplo de democracia, así se debe gobernar un país, esa forma de gobernar está en el adn del demócrata. Aquí tuvimos 40 años de gobiernos de pacto, de consenso, y así es que se gobierna un país”, acotó el jefe de la MUD.
CÚPULA CATÓLICA DEFIENDE A LA DERECHA
Por su parte, el mayor representante de la cúpula de la iglesia católica venezolana, Cardenal Jorge Urosa, aprovechó el espacio de la referida televisora para atacar, al igual que lo hizo el jefe de la MUD, a la Revolución Bolivariana.
“El problema no es la oposición, sino el Gobierno que con todos los recursos quiere implantar un totalitarismo”, aseguró el jefe de la cúpula eclesiástica, quien sostuvo que la iglesia no está con partidos políticos, sino que está para “defender a los pobres”.
Urosa, sin embargo, tras decir que la iglesia no influye en la política venezolana, recalcó que actualmente la cúpula eclesiástica en Venezuela, para poder cumplir con su misión de defender “a los pobres”, está “contra la ideología” y “la política del gobierno”, que durante los últimos tres años lidera una fuerte batalla contra la guerra económica inducida por sectores poderosos de la derecha y la burguesía empresarial.
Estos sectores de la derecha han decidido unilateralmente ejecutar un plan contra el pueblo y el Estado venezolano, apoyado por grandes corporaciones mediáticas nacionales e internacionales, para promover el alza de precios, la especulación, la inflación, y la desaparición de los anaqueles del mercado de productos de primera necesidad como alimentos, rubros para higiene, aseo personal, medicamentos, con el propósito de generar psicológicamente un malestar generalizado en el país, que produzca el rechazo al Gobierno Bolivariano, y por ende el derrocamiento del presidente Nicolás Maduro a través de salidas antidemocráticas e inconstitucionales.