Los operadores caribeños necesitan poner rumbo al sur

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Nuevas oportunidades en el sur para las aerolíneas del Caribe

La región del Caribe es, sin duda, un imán turístico en todo el mundo. Sin embargo, el 1,5 por ciento de crecimiento previsto para los próximos 20 años en el interior de la región Caribeña es bastante modesto. Ante la fuerte competencia, procedente sobre todo del norte (EE.UU. y Canadá), que opera grandes aviones y con frecuencias cada vez mayores, los operadores basados en el Caribe necesitan reaccionar pronto si quieren recuperar la competitividad y seguir creciendo.

Las aerolíneas basadas en el Caribe que operan en esta región sirven a un mercado de unos 42 millones de habitantes que acoge, cada año, cerca de 25 millones de turistas. El PIB (Producto Interior Bruto) del Caribe -290 millones de dólares- es superior al PIB de Chile. Sin embargo, las siete principales aerolíneas no estadounidenses basadas en el Caribe operan una flota de aviones de pequeño y mediano tamaño, compuesta por una mezcla de aviones antiguos y de última generación, principalmente de pasillo único y con un promedio de 15 años de antigüedad (una tasa superior a la media mundial).

Las aerolíneas de la región no deben pasar por alto la sólida previsión de crecimiento en Sudamérica, donde se espera que el tráfico crezca a un ritmo del 5 por ciento anual durante los próximos 20 años. La llegada de turistas procedentes de Sudamérica ha crecido un 70 por ciento entre 2009 y 2013. No hay duda de que la conexión entre los dos mercados, Sudamérica y el Caribe está en marcha, y de que esta nueva oportunidad de mercado está aún lejos de estar establecida.

Con el fin de aprovechar estas oportunidades adecuadamente, los operadores basados en el Caribe necesitan proveerse con la herramienta adecuada: aviones de última generación. Sólo los aviones modernos pueden proporcionar el alcance requerido y la rentabilidad económica que los operadores necesitan.

La menor disponibilidad de aviones de generaciones anteriores y el efecto exponencial que el envejecimiento de las aeronaves tiene sobre los costos son razones suficientes para que las aerolíneas del Caribe consideren seriamente aprovechar la tecnología más reciente. Por ejemplo, si se compara un A320 de 10 años de edad con un MD-80 de 25 años de edad, los gastos de mantenimiento se reducen a la mitad, y el combustible por asiento, en un 25 por ciento.

Incluso teniendo en cuenta las diferencias en las tasas de arrendamiento de estos aviones, se puede lograr una reducción de costes de dos dígitos. Si además, añadimos la fiabilidad y la comodidad que ofrecen los aviones de última generación, la decisión es aún más clara.

Fuente: Noticias Airbus

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