Susana Baca, ex ministra de Cultura de Perú: “Humala traicionó a los pueblos indígenas”
Por Gabriela Wiener
Cantante. Investigadora de los ritmos y costumbres afroperuanos. Dos veces ganadora del Premio Grammy. Ex ministra de Cultura del gobierno de Ollanta Humala. Formada como maestra en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle.
Cuando Susana Baca ganó el Grammy, le dedicaron muchos homenajes por todo el mundo pero ninguno como el de San Vicente de Cañete. Como una virgen de ébano, Baca fue llevada entre cantos y bailarines seguida por la banda del pueblo y con los niños corriendo detrás. Ahora la intérprete se ha mudado a esa localidad, a ese pueblo de “golondrinos”, los campesinos que van migrando de campo en campo para la cosecha. Y lo ha hecho para dar vida por un fin a un antiguo sueño: fundar un museo de la memoria afrodescendiente en el Perú, que sea a la vez un centro cultural y una escuela de música campesina. “Espero que pueda ser una alternativa de conocimiento y expresión para una población totalmente huérfana de los planes de cultura de los gobiernos”.
También es parte de este trabajo de recuperación de aquel legado la muestra ‘Lo africano en el Perú’, que acaba de inaugurar hace pocos días en Alcalá de Henares, a media hora de Madrid, y la presentación del libro ‘El amargo camino de la caña dulce’, preparado junto con Francisco Basili y Ricardo Pereira, en el que recoge veinte años de investigación en nuestras raíces negras. “Como dice Ricardo, este libro es un exorcismo de la memoria. Una necesidad de ir al fondo de la verdad para ver qué fue realmente lo que sucedió y a partir de ahí cerrar heridas”.
Hace poco murió Victoria Santa Cruz, una de las grandes activistas de lo negro en el Perú, que cantaba: “Me gritaron negra… me lacié el cabello, me empolvé la cara y en mis entrañas resonaba la misma palabra Negra Negra Negra”. ¿A ti también te gritaron negra? ¿Cuánto tiempo pasa hasta que uno puede decir sí, soy negra y qué?
Es muy penoso. Yo por el dolor de la discriminación deseé tener el pelo de otra manera. Me lacié, me puse peluca.. ahora lo cuento para que los jóvenes que se sientan así, no lo hagan, porque es cubrirte, es camuflarte, es querer desaparecer. Antes no lo contaba. Me daba mucha vergüenza. Después me dije: yo no soy culpable. Como afrodescendiente no puedo olvidar lo que vivieron mi abuela, mi madre, mis tías, que la han pasado peor por ser mujeres y por negras. Ellas me han enseñado el perdón, ese perdón del que habla Mandela. Perdón, no olvido.
Y está muy vigente.
Tenemos las cárceles llenas de afrodescendientes. Es un síntoma de racismo también. Como hace unos años, ser joven y tener rasgos indígenas era sinónimo de ser terrorista. Nuestro país tiene esos temores, es una enfermedad, que se puso de manifiesto en las últimas elecciones. En las redes sociales se dijeron cosas que a mí, que estoy metida en el tema, se me cayeron las lágrimas de ver que todavía hay mucho racismo en el Perú.
En tu opinión, ¿en qué acertó y en qué se equivocó Susana Villarán durante su gestión?
Es la política más honesta que conozco. Quizá al principio de su gestión tardó en arrancar cosas y debió priorizar. Al final tomó decisiones importantes, pero no la dejaron gobernar. No le perdonaron jamás que fuera de izquierda. Tampoco le perdonaron que fuera mujer. Le hicieron perder tiempo tratando de defenderse, de demostrar que era capaz. Y ahora gobierna una persona que no tiene ni plan y nadie dice nada.
El regreso de Luis Castañeda ha significado un recorte brutal en el presupuesto de cultura. ¿Por qué crees que los limeños seguimos votando en contra de esta?
No lo entiendo. No podemos asimilar que somos un país con una cultura poderosa. Cuando veía mi presupuesto como ministra era una cosa de pena, de vergüenza. Y cuando veía el presupuesto que se da en México o Ecuador o Chile… ¡Por favor! Si los gobernantes no entienden la importancia de invertir en cultura, vamos a seguir igual.
¿Alguna vez creíste que Humala sería nuestro Pepe Mujica?
Cuando hablé por primera vez con el Presidente me dio la sensación de que era un hombre que quería lo mejor para el Perú. Claro, no tenía la experiencia. Se rodeó de gente que le podía dar buenos consejos, pero al poco tiempo se deshizo de ellos.
¿Te ha decepcionado personalmente el Presidente?
Creo que es una persona que está muy sola ahora. Y sí, decepciona, porque hubo cosas maravillosas, como la Ley de Consulta Previa, que fue desaprovechada. Todos los que vivimos Bagua encontramos en la aprobación unánime de esa ley en el Congreso la seguridad de que ahora sí, por fin, todos íbamos a tener el mismo estatus de peruanos. Yo le pedí a Humala acompañarlo personalmente a entregar esta ley en Bagua, pero al final no me eligieron. Pero la ley estaba. La reglamentación de esa ley le tocaba hacerla al Ministerio de Cultura. Se trabajó sin parar. El equipo del Viceministerio de Interculturalidad trabajaba hasta los domingos. Se entregó la reglamentación cuando yo ya me había ido, salió publicada, pero nunca pudo ejecutarse tal como se había planificado. Nunca se aplicó. Eso sí lo considero, no solo una decepción, sino una traición del Presidente a los pueblos indígenas.
Siempre fuiste una mujer de izquierda, así que no estás ajena a los que pasa en Europa: El triunfo de Syriza en Grecia. El avance de Podemos en España. ¿Crees que es posible una nueva izquierda peruana que encarne toda esta indignación?
Siento que hay mucha distancia entre los viejos líderes de siempre y los jóvenes metidos en política que quieren ver cambios pero que no tienen espacio, ni llegan a ser conocidos, siquiera. ¿Cuántos años llevamos eligiendo el mal menor? Es para que nos analicen psiquiátricamente.
La foto del Frente Amplio remece: 50 señores mayores de 60, ni una mujer, ni un joven, ni un gay, ni una lesbiana…
La performance de los candidatos es de pena, no hay ideas, no hay debate. Los miembros del Frente Amplio no están ni conectados internamente, ¿cómo piensan conectar con la gente?… Nos quedamos sin nombres, y lo peor es que hay políticos jóvenes, talentosos, que podrían hacerlo bien pero que no van a tener el apoyo popular, porque hay un divorcio entre los partidos y el pueblo.
El nombre de Verónika Mendoza empieza a sonar fuerte. ¿Te gusta?
Me parece una persona muy honesta. Qué bueno sería contar con ella. Yo la he conocido como congresista y siempre está del lado de la gente que más lo necesita, que necesitan ser escuchadas.