Relatos de Cristian Curto, miembro de la Cooperativa Viarava, sobre la experiencia vivida por los integrantes de El Hormiguero en Venezuela

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Compartimos los relatos de Cristian Curto, de la Cooperativa Viarava, sobre la experiencia vivida por los integrantes de “El Hormiguero” en Venezuela.

1. Por culpa de Chávez.

Explicar que es el socialismo venezolano del siglo XXI no es tarea fácil. A pesar de haber leído bastante sobre el tema, solo lo pude terminar de entender escuchando a sus verdaderos protagonistas. Se me viene a la cabeza una de esas mantas que tejen las mujeres del altiplano, compuestas por diferentes trazos, colores, dibujos, ribetes, significados y significantes. No es posible comprender a cada trazo por si solo, como tampoco es posible entender las diferentes experiencias aisladas del pueblo venezolano. El caso de José López es una guarda más en este tejido histórico. Podríamos decir que, en este caso, le agrega el color de la tierra, de las semillas, de los frutos y el aroma de las hierbas. El mismo aroma que sentimos aquella tarde de febrero en su casa, junto a él y su mujer, Cortesa, cuando seguíamos tras los rastros y los rostros de ese socialismo del siglo XXI. La historia de José comienza muchos años antes de Chávez, en la llamada Cuarta República, donde todo era bien diferente.

“Para nosotros los pobres no había posibilidad de comer bien, por lo tanto no había posibilidad de pensar mucho. Al que pensaba lo asesinaban, lo amedrentaban a uno. En mi casa allanaron dos o tres veces, fue fuerte. A las cuatro de la mañana llegó un cuerpo represivo y me detuvieron dos días. Fue en el año 1982. En aquel entonces tratar de pensar y colectivizar el pensamiento era un peligro. Por aquellos años, el FMI impuso aquí una receta que no lo dejaba a uno comer. Entonces es cuando se fue despertando esa conciencia en los cuarteles venezolanos, entre ellos estaba el Comandante Chávez. En ese momento no lo conocíamos, no sabíamos que estaba pasando allí, pero había mucho descontento en las Fuerzas Armadas. Y el Presidente Chávez en esa época se unió con un grupo de jóvenes revolucionarios de las fuerzas armadas y el pueblo se sumo. Y luego comienza un proceso de transformación. Lo primero fue la constitución porque era el marco jurídico que posibilitaba desarrollar el proceso de democracia participativa. Allí fuimos reivindicados todos. No hubo un sector del país que no aparezca con un párrafo en la constitución. Nosotros, las personas con discapacidad, que éramos minusválidos en aquella época, nos reconocía como personas. Fuimos incorporados a través del Artículo 81i donde tenemos derechos ciudadanos igual que todo el mundo. O también los ancianos o los indígenas que nunca se nombraban. Los trataban como monos, como animales. Ahorita en la constitución aparecen como los originarios nuestros. Como la gente que fueron nuestros primeros padres, en ese tiempo. Y asi empezó este proceso y aquí vamos. En nuestro caso particular, nos incorporamos a través de la siembra en las casas, los cultivos. Nos propusimos volver al conocu familiar y aquí nosotros en el conocu nos tocó y nos tocará siempre dar todo en lo que va a ser la construcción en el socialismo agro ecológico”.

Nuevos conceptos y nuevas ideas que aparecen recuperadas de los viejos saberes ancestrales. En la ronda de café servida por Cortesa, Rider Molina, comunicador popular y amigo de la casa, nos explica de que se trata el socialismo agroecológico:

“Cuando decimos agro ecología decimos un balance entre el uso de los recursos y el bienestar del hombre. Greenpeace, por ejemplo, va al africa a impedir que maten a las ballenas, pero quizás en esa costa hay un pueblo que vive del cuero y carne de la ballena. Se hacen la publicidad ellos. Nosotros mas que de ecología, hablamos de eco socialismo, en donde pueda haber un equilibrio entre el bienestar de la población y de la naturaleza”

José, vuelve el testimonio a la tierra y amplía más cómo es su participación y la de su familia en la construcción de este socialismo, de esta nueva-ancestral forma de vida que vino-volvió para quedarse.

“Acá con mi esposa y los hijos nos decidimos a ser parques productivos, a hacer la huerta. Y desde aquí nosotros comenzamos a encontrarnos con otros muchachos, jóvenes y adultos con la posibilidad de que se creara la Universidad Campesina. Porque se había creado la universidad de los trabajadores, de todo el mundo, pero de los campesinos no había. Y esa propuesta se fue fraguando en los movimientos populares. Y nosotros aquí con la familia fuimos participando en las reuniones, en Caracas, aquí en Barquisimeto, en Portuguesa, en Barinas. Entonces lo llamamos a Rider (Molina), y hablando con él le dimos forma a la cosa. Yo lo que se es sembrar la tierra. Y cantar. Pero ellos saben más de cosas de la universidad. Al final vino para acá la universidad, y ahí la tenemos. Está funcionando y gracias a dios se ha mantenido al gente. Es una universidad netamente política. Ahí se están formando cuadros revolucionarios, para la siembra, para tantas cosas. Pero netamente es una universidad política. Para ser posible que nos consolidemos como un país socialista. Aquí la universidad tiene un papel importante porque ahí están los maestros – pueblo. Son ellos los que asumen la responsabilidad de la clase y la clase se hace trabajando.
Hay componente teórico, pero agarra más el tema de la tierra, con la gente en la siembra. La preocupación del campesino de seguir avanzando. Y la participación de la gente del campo es maravillosa. De este lugar salió la idea de una universidad para nosotros, para reconocernos, para poder sentarnos a conversar”.

Rider sigue y profundiza el surco de la conversación:

“Aquí no entra mondiablo, Monsanto. Tiene la puerta de Venezuela trabada, aunque hay diputados de la derecha que quieren implantar la cultura Monsanto. Conocemos de gente que se gradúa en la cultura Monsanto. No conocen lo que es del pueblo, la cultura originaria. Aquí defendemos la semilla originaria. Le decimos a la gente que siembre, cultive la semilla originaria. En el país hay nueve tipos de semillas de maíz. ¿Cuál es el engaño del transgénico? Te vamos a dar frutos más grandes. Pero esa fruta después no da semillas. El eco socialismo es el no al transgénico y apoyar siempre a la semilla originaria. Aquí defendemos al cultura rural.

La semilla que utilizamos acá es la semilla originaria, la semilla de toda la vida. Recuerdo una vez que fui a comparar a un negocio que había por acá semillas, que parecían pintadas, y no se la comían ni los bachacosii, y no se dieron. Hasta que un señor me dijo, Rider, planta la semilla de aquí, que esa es la que se da, la que reconoce su tierra. Viene genéticamente creado por Dios, para la tierra.”

La semilla del socialismo se dispersa, de a poquito, por toda Venezuela. Mano a mano, boca a boca, brazo a brazo, el proceso de consolida. Pero necesita del aporte de todos y todas.
Dice José:

“A nosotros nos falta mucha publicidad de las cosas que hacemos. Aquí la derecha cualquier cosa que haga es un escándalo. Y aquí se vienen haciendo cosas…aquí contamos con una radio comunitaria pero hace falta más fuerza. Esta bueno que ustedes se lleven estas noticias y la publiquen, porque aquí hay una campaña feísima. Aquí tu te montas en un taxi, y eso es dale y dale con que este gobierno nos está matando de hambre, comunismo. La derecha ha logrado que la gente hable eso, de lo que ellos dicen y lo repitan. Yo fui a la ciudad, iba viajando y el chofer y un señor se pusieron a hablar del gobierno. Yo me metí en la conversación y le pregunte: ”¿Ustedes piensan que si aquí ustedes tumbaran al gobierno las cosas mejorarían?” Entonces dicen: “Nooo, pero el gobierno no sirve”, “Lo que pasa es que Chávez era mejor que Maduro”, “Hay colas en las compras”. Antes aquí no se veían colas porque no había plata para comprar. Antes se veian las colas aquí en el mayorista recogiendo los que los ricos botaban para comer, una lechuga, un repollo. Del suelo. Aquí cerca hay un vertedero, aquí iban los niños a recoger con los padres basura para comer. Esas eran las tremendas colas que se hacían. Ahorita si hay colas, pero esas colas no las ha producido adrede el gobierno. El trabajo que nos corresponde nosotros ahora, es concientizar a la gente. Yo le decía a un guaroiii, ¿tú haces cola?, “si yo hago cola”, me contesta. ¿Qué tu vas a comparar, papel? Límpiate con agua, es mas higiénico, solo tenes que cortarte un poco las uñas (risas) . Uno a veces no quiere chocar con ellos porque es gente igual que uno, pero hay que hablar. Nosotros somos una radio andante, caminante. Hace poco me dio un infarto y me internaron. Al lado mio había otro guaro. Los dos nos mejoramos. El hombre se sentó sobre la cama y empezó a hablar mal del gobierno. Yo le dije: “Mira chico, el desgraciado eres tú. Estas aquí en el CDIiv, te estás dando todas las medicinas, tienes tres médicos aquí a disposición y el gobierno no sirve, cómo es eso”. Los médicos cubanos me escucharon y yo pensé que me iban a sacar de ahí. Pero me llamaron y me dijeron, lo felicito. En todos lados, en donde estén, hablen de la revolución. Defiendan lo que es de ustedes. Y hay mucha gente aquí que está dispuesta a no dejarse quitar lo que conquistó. Nosotros vamos lejos. Es que estamos hablando de revolución desde hace muchos años. No había posibilidades en aquella época. Y ahora tenemos tremenda chances. Yo le digo a la gente que hay que ubicarse. Yo me la pasaba tirando piedras, quemando gomas en el pedagógico, protestas y mas cosas en aquella época. Una vez me cruza un policía, era malo y me dice, tu no estudias en el pedagógico, tu lo que eres un mocho infiltrado, me dijo. Y corrió para agarrarme. Pero yo no me dejé agarrar. Cuando a uno lo agarraban eran duro los palazos., lo ponian preso. Ahorita yo le digo a los compañeros que tenemos una gran oportunidad de demostrar, como decía Guevara, que somos socialistas o que somos cristianos. Entonces lo que tenemos que hacer es irnos ubicando, cada quien en donde puede dar más. Nosotros nos ubicamos en la agricultura familiar. Vamos pa´ adelante con la siembra, acompañadita de talleres de formación, capacitación política, encuentros. Nos encontramos en Caracas con compañeros del país en donde hablamos de experiencias, de canteritos, gente hablando de su cantero, de su pedacito, pero en ese pedacito tiene cilantro, tiene una matita de ají, ají dulce, lo que usa uno en la cocina. Como cuatro rubros, en un pedacito. De ahí pa´ arriba.

Nos organizamos en un consejo de prosumidores y prosumidoras, quien produce también consume. A partir de aquí se ha montado una fábrica de insumos agroecológicos, por ejemplo.

A nosotros nos apasiona esto porque lo vivimos todos los días a cada ratito. Este es nuestro trabajo. Acá no hay momento en el que usted nos vea sembrando una mata, inventando, buscando cositas por ahí, porque es nuestro espacio, es la casa. Es mi casa. Es una empresa de mi familia, tengo que cuidarla mucho. Queremos mucho a este espacio aquí.”

José reconoce que ya habló bastante y le da paso a su mujer, Cortesa:
“Este lugar para nosotros es nuestro paraíso. Como cristianos, nosotros tomamos a Mateo 13, la parábola del sembrador. No solamente sembramos aquí si no que compartimos con los vecinos con los amigos, con los hermanos, y todo aquel que quiera sembrar. Una vez una vecina nos dijo “Yo quiero una barbacoa como usted la tiene”. Y bueno, se la explicamos y se la enseñamos a elaborar: Cuando fuimos a la casa empezamos a ver que tenia maderas sueltas y con eso pudimos la pudimos construir. Comenzamos a buscar martillo, clavos y le dejamos lista la barbacoa. Ahora ya la tienen sembrada con cilantro y lechuga. Pero no solo eso, sino que ella contagio a siete más. Y con esos siete que contagió nosotros fuimos a conversar y resulta que nos llevan a una iglesia grande donde había un salón con muchos hermanos con la inquietud de que querían sembrar, porque el pastor estaba mandando a producir su propio alimento. Esto es parte de este trabajo tan armónico que nosotros realizamos. Aquí tenemos también plantas medicinales. Ahorita cuando nos dio la chikunguyav nosotros no tuvimos que ir a buscar afuera la medicina. Teníamos la amoringas, la insulina, stevia, el rabo de ratón. Con el rabo de ratón le llene de hojas la cama a José y le quito toda esa fiebre y esas hojitas quedaron secas. “

Pero tenían hormigas – recuerda José
No tenían hormigas! Y si fueron las hormigas bienvenidas sean! Bajaron la fiebre!

Entre hormigas, plantas medicinales, risas y compañerismo, José cerró el encuentro con su otra habilidad: el canto. Con el cuatro venezolano en mano, tocó una canción en homenaje al Comandante Chávez, aquel que de alguna u otra manera, tenía la culpa de que estemos todos allí sentados.

Notas
I. El Artículo 81 de la la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela sostiene que “toda persona con discapacidad o necesidades especiales tiene derecho al ejercicio pleno y autónomo de sus capacidades y a su integración familiar y comunitaria. El estado, con la participación solidaria de las familias y la sociedad, le garantizará el respeto a su dignidad humana, la equiparación de oportunidades, condiciones laborales satisfactorias, y la promoverá su formación, capacitación y acceso al empleo acorde con sus condiciones, de conformidad con la ley. Se les reconoce a las personas sordas o mudas el derecho a expresarse y comunicarse a través de la lengua de señas venezolana”.
II. Hormigas
III. Nativo o habitante del Estado de Lara, Venezuela.
IV. Centro de Diagnóstico Integral. Centros de salud públicos y gratuitos de alta tecnología, construidos durante la presidencia de Chávez, donde atienden médicos cubanos y venezolanos a la población.
V. Especie de fiebre de reciente aparición en Venezuela.

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