El análisis de Pedro Brieger, director de Nodal, sobre la situación en el país
La Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, se reunió el lunes 9 de febrero en Montevideo para tratar la compleja situación que vive Venezuela. UNASUR ratificó su apoyo al gobierno del presidente Nicolás Maduro y rechazó las sanciones que el gobierno de los Estados Unidos le está imponiendo a funcionarios venezolanos.
La inestabilidad política y económica de Venezuela está marcado por dos aspectos. Por un lado el interno, y por el otro el externo, debido a la intervención abierta de los Estados Unidos en los asuntos internos de dicho país.
Este es un año de mucha tensión política en Venezuela porque se renueva la Asamblea Nacional. La oposición tendrá una nueva oportunidad de demostrar lo que siempre afirma, es decir, que representa a la inmensa mayoría de la población, aunque esto haya sido desmentido una y otra vez en las urnas. La contradicción entre lo que se enuncia y los resultados ha llevado a numerosos líderes opositores a denunciar que ha habido fraude cada vez que perdieron. Pero como bien señala Luis Vicente León -presidente de la consultora venezolana Datanálisis- la única manera de demostrar que no les han birlado una elección es consiguiendo un veinte por ciento de diferencia a su favor (El País, Madrid, 12.02.15), algo que toda la oposición unificada nunca ha logrado.
Las movilizaciones opositoras de 2014 tampoco lograron derrocar a Nicolás Maduro y la oposición tendrá que jugar otra vez en un terreno que le es adverso, la contienda electoral. Sus principales líderes imaginan que las críticas de los medios de comunicación contra el gobierno de Maduro o las medidas concretas que toma la Casa Blanca –como las recientes sanciones contra funcionarios- los refuerza. En realidad los aísla más de los otros gobiernos latinoamericanos ya que éstos consideran que no sólo desestabilizan la democracia de Venezuela sino a toda la región. Los recientes comunicados de UNASUR, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) al respecto son contundentes. Todos han manifestado su absoluto rechazo a las medidas unilaterales de la Casa Blanca contra la República Bolivariana de Venezuela.
Cuesta creer que la tensión ceda en un año electoral y donde lo interno y lo externo están íntimamente entrelazados.